Nos lanzamos a la vida con una estructura mental desdoblada, por un lado entrenando a fondo nuestro intelecto y razón para ser más inteligentes, pues hoy en día se envidia al más inteligente, siendo un signo de prosperidad, creyendo que su desarrollo constituirá la solución de nuestros problemas. También nuestro “razonamiento” se nutre de nuestra elección “moral”, o sea de elegir lo que está bien y está mal.Por otro lado está nuestra mente emocional que responde íntimamente a los designios de nuestros “instintos”, es decir hacer lo necesario para sobrevivir y satisfacer el placer al vivir. Pero ¡ojo!, que nuestras emociones suelen a menudo descontrolarse y desacomodarnos frente a los hechos que la vida nos presenta. En la realidad ambas mentes se comportan en perfecto equilibrio, donde el pensar y sentir es armónico, nosotros deberíamos impedir que una crezca por encima de la otra, para evitar exageraciones, por ejemplo si nos detenemos a pensar frente a un animal peligroso y no corremos seremos su “bocadillo”, o si agredimos a nuestro vecino por que nos miró “feo” acabaremos mal. El equilibrio consiste en que las emociones “alimenten, impulsen y den color” a la mente pensante, y al mismo tiempo la mente pensante o racional “limpie, limite, depure o anule” los excesos de nuestras emociones, actuando ambas bien relacionadas sobre los diferentes aspectos de nuestro pensar y motivaciones.La acción de ambas debe estar coordinada, los sentimientos necesitan de los pensamientos y los pensamientos de los sentimientos, pero cuando predominan los extremos nos desbalanceamos, si hay exceso de emociones aplastamos nuestra razón para convertirnos en irracionales, por ejemplo sólo veamos los desmanes que producen los fanáticos de futbol.Por el otro lado si exageramos con el pensar seremos tipo “robot fríos” incapaces de sentir, es lo que pretenden algunos profesores de médicos, que para que no se dañe el profesional nos debemos convertir en ejemplares indiferentes que no sienten y que sólo razonen frente al paciente.La mente racional es más lenta y reflexiva, que analiza, piensa y medita para llegar a la mejor respuesta, piensa de forma consciente paso a paso, es más exacta que veloz y selecciona lo bueno de lo malo (moral).La mente emocional es más rápida, es puro impulso y acción, y no se detiene a pensar lo que está haciendo, ella siente, toma decisiones en milisegundos como saltar y salir corriendo cuando ve una serpiente, siendo útil en estos casos donde se necesitan respuestas rápidas, después la mente racional analizará si estuvo bien o no.Las respuestas de la mente emocional se hacen sin ser conscientes, es más veloz que exacta, no hace un análisis reflexivo, analiza que ese ser que se aproxima está furioso conmigo y debo defenderme o por lo menos desconfiar de él, es el radar que tenemos para percibir el peligro.Si analizáramos racionalmente eso que parece una víbora, seguro nos mordería antes de llegar a una conclusión, por eso necesitamos una mente rápida, emocional que nos haga saltar lejos, aunque después descubramos que es una rama con forma de serpiente. Hay un primer tipo de respuesta emocional, rápida, casi instantánea, inconsciente o “primer impulso” que aparece ante una emergencia, por ejemplo la pena intensa al recibir la noticia de la muerte de un ser cercano que nos hace llorar y gritar.Luego existe un segundo tipo de reacción emocional, más lenta que la respuesta rápida, tardan segundos o minutos en aparecer, esta segunda reacción se entremezcla con la evaluación que hacen nuestros pensamientos, y estamos conscientes de ella, esta da lugar a la aparición de un “sentimiento” posterior, por ejemplo la angustia que sigue a la pérdida del ser querido, o la vergüenza que sigue porque me pescaron copiando en un examen. Aparece luego de una evaluación mental, es cuando me enojo porque me doy cuenta que el almacenero me está engañando con el vuelto.También existen un tercer tipo de emociones que son buscadas o evocadas, como el actor que busca recuerdos tristes para llorar, o cualquier persona que evoca un recuerdo y se emociona riendo o llorando, según el recuerdo tocado, es el sentimiento buscado por medio del pensamiento.Cuando revivimos con nuestra memoria un hecho del pasado, lo hacemos con su carga emocional, y el pasado revive en el presente.Nuestra mente emocional asocia, lo que ya tiene guardado con el episodio actual y compara, si pego un salto ante lo que me parece una víbora es porque aprendí previamente que estas pueden ser peligrosas para nosotros. “El hombre nació en la tierra de Yen, pero creció y se educó lejos de allí. En su ancianidad tuvo nostalgia de su tierra natal y decidió volver a ella.En su viaje, sus compañeros de viaje decidieron gastarle una broma. Al llegar a un poblado uno le dijo: “Este es tu pueblo”, él quedó muy serio. Otro señaló un edificio y le dijo: “Este es el templo al que te llevaban de pequeño”. Él suspiró profundamente.Otro le llevó a una casa abandonada y le dijo: “Esta es la donde tú naciste”.El hombre se emocionó visiblemente, luego otro compañero de viaje le llevó a un cementerio, le mostró unas tumbas antiguas y le dijo: “Éstas son las tumbas de tus antepasados”. Ante ellas el hombre se postró y se deshizo en sollozos y lágrimas.Viéndolo tan apesadumbrado decidieron que ya era bastante y le dijeron que todo era una broma. El hombre pidió perdón por sus emociones, y no habló más por el camino.Llegaron por fin a su verdadero pueblo y allí vio su verdadera casa donde nació y las tumbas de sus antepasados. Pero no se sintió mal ni lloró. El hombre había entendido que nuestras emociones no son el resultado de lo que realmente es, sino de lo que nosotros creemos que es.Nuestros sentimientos no vienen de las cosas en sí, sino de nuestras creencias acerca de ellas, quien entiende eso, encuentra la paz”. -Carlos G. Vallés-por Bazán J. L. – MédicoDeseo tu opinió[email protected]
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