Desde que nacemos atravesamos distintos rituales que nos van “enseñando” a formar parte de la sociedad. Nos obligan a cumplir el estándar de “lo que hay que hacer” para ser una persona “normal” y de “bien”, o pena de recibir críticas desde una mirada medieval de los conservadores más recalcitrantes. Bautismo, escolarización, matrimonio, etc. etc. etc. Pero desde hace más de 20 años, muchos sostienen que el país perdió uno de sus ritos sociales constitutivos para los hombres, el Servicio Militar Obligatorio. De forma polémica, a esa falta de “instrucción”, se le atribuyen todos los males de las nuevas generaciones de jóvenes argentinos varones. Irresponsabilidad cívica, no querer trabajar, el vicio de la droga, la “joda” constante, el delito, entre muchos otros. ¿Será así?Esta última semana en la comisión de defensa de la Cámara de Diputados se presentaron tres proyectos para derogar definitivamente la posibilidad de que vuelva el servicio militar obligatorio. Si, así como lo lee, porque aunque fue derogado en agosto de 1994 por el presidente Carlos Menem, supuestamente había resquicios en la Ley 17.531 y la (siguiente) Ley del Servicio Militar Voluntario para que eventualmente, algún Gobierno volviera a convocar a jóvenes de 18 años a la “Colimba” (Corre, limpia, barre).Vayamos hacia la fuente histórica para saber por qué Argentina tenía este adiestramiento militar y cuáles fueron los motivos por los que abruptamente desapareció de nuestra idiosincrasia. Formador de ciudadanía y reserva militarEn 1901, durante el mandato de Julio Argentino Roca, su ministro de Defensa, el teniente General Pablo Richieri, impulsó el proyecto para que a los 21 años de edad, los jóvenes recibieran enseñanza militar, accedieran a la alfabetización, afianzaran el patriotismo y también se pudiera integrar ideológica y socialmente a los hijos de inmigrantes bajo los valores de la Nación Argentina. Esto fue así hasta quienes habían nacido en 1955, cuando la normativa acerca de la edad fue reducida hacia los 18 años. Por ese motivo, las clases 1956 y 1957 quedaron exceptuados de la convocatoria. El llamado era seguido con mucho nerviosismo por la muchachada de todo el país. A través de un sorteo especial realizado en la sede de la Lotería Nacional, transmitido por radio y después reproducido por los diarios, se procedía a vincular cada bolilla que salía con los tres últimos números del documento nacional de Identidad. Si tenías suerte te tocaba número bajo y “safabas”, ya que a partir (más o menos) del 300 hacia arriba, eran llamados a la conscripción. Cuánto más alto era el número de sorteo, con más seguridad iban a parar a instrucción en la Fuerza Naval. Después seguía la Fuerza Aérea y mayormente a muchos les tocaba el Ejército. Podías quedar exceptuado si eras seminarista religioso o si eras único sostén de la familia. Podías al menos posponerlo si estabas por terminar los estudios secundarios o si ya habías empezado la universidad. En 1982, los convocados de la clase 1963 y 1964 con escasísima instrucción militar, fueron usados como “carne de cañón” por el Gobierno de Leopoldo Fortunato Galtieri, y terminaron combatiendo en la Guerra de Malvinas, con valor y amor por la patria. El caso Carrasco y chau colimbaEn 1994 cambió todo de forma trágica. El país se conmocionó con la noticia de la muerte del soldado Omar Carrasco, cuando prestaba el servicio militar en la unidad del Ejército ubicada en Zapala, Neuquén. El joven que se ganaba la vida repartiendo pollos, se había incorporado al servicio militar el 3 de marzo de 1994 en la guarnición militar de Zapala. Tres días después (según cuentan las crónicas e investigaciones periodísticas de la época), recibió una paliza de parte de sus superiores porque “era torpe”. Patada artera en la costilla que le perforó un pulmón y un gran golpe en el ojo. Moriría minutos después a causa de una hemorragia interna. Escondieron su cuerpo. Sus padres fueron a visitarlo en su primer franco y les comunicaron que había desertado. Conociéndolo como una persona responsable, sospecharon de la versión. Alarmados comenzaron a buscarlo y a hacer pública la desaparición de su hijo. Al mes siguiente el cuerpo del conscripto Carrasco fue encontrado en las afueras del cuartel vestido con ropa militar, pero con un cinturón que se notaba que había sido colocado hacía poco, y que no había acompañado la descomposición del cuerpo. El caso estalló y Menem hizo volar por los aires el Servicio Militar Obligatorio. El 14 de diciembre de ese año se aprobaba la Ley 24.429 que ofrecía el Servicio Militar Voluntario, rentado. Por el crimen fueron condenados, el 31 de enero de 1996, el subteniente Ignacio Canevaro (a 15 años de prisión) y los soldados (no conscriptos) Cristian Suárez y Víctor Salazar, a 10 años. Al sargento Carlos Sánchez le dieron 3 años por encubridor.Canevaro (quién habría ordenado la paliza) salió libre en 2004, tras cumplirse dos tercios de la condena. Negó siempre haber sido responsable de la muerte y culpó a un gran encubrimiento de sus oficiales superiores. Cerrarlo con llave legislativaLa reunión en la Comisión de Defensa de este martes último, tuvo como eje la discusión de que la Ley del Servicio Militar Voluntario tiene algo así como una salvaguarda, ya que en el “caso excepcional” de que el cupo de soldados voluntarios no llegue a cubrirse, el Presidente puede convocar a los ciudadanos mayores de 18 años y por el término de un año, previa autorización del Congreso.Esta polémica estuvo basada en el “polémico” artículo 19 de la Ley 24.429, que estuvo en la mira de la oposición, junto con la del Servicio Social Sustitutorio (contenido en los siguientes 10 artículos) destinado a los objetores de conciencia, por convicciones “religiosas, filosóficas o morales” contrarias a armas y uniformes.El oficialismo de Cambiemos buscó trabar la derogación. El Ministerio de Defensa que encabeza Julio Martínez, y las Fuerzas Armadas seguían con atención el debate.Según el diario Clarín, altas fuentes del Ejército se mostraron alarmados por la derogación del artículo. “No queremos Servicio Militar Obligatorio pero es lógico, como en todos los países del mundo, que el Estado mantenga una llave. Por lo menos hasta que tengamos una Ley de Reservas que nos permita convocar en una emergencia a quienes fueron soldados voluntarios estos años”. Hay sólo en Ejército 43.800 exvoluntarios “en condiciones” de ser convocados, que pasaron a reservas como “soldados instruidos”.Al cierre del debate, la titular de la comisión, la diputada y exministra de Defensa, Nilda Garré, dijo que “este país optó por otro sistema, por derogarlo y op
tar por un sistema voluntario, que técnicamente da más resultados porque están años en la fuerza, tienen más experiencia, más entrenamiento y por ello apostamos a mantener ese sistema y no volver al anterior”. Ahora el dictamen pasará a votación en el recinto. ¿Debería volver la “colimba”?Hoy es muy fácil encontrar muchas más opiniones a favor, que en contra de la vuelta del Servicio Militar Obligatorio. Pero esta semana, en una entrevista televisiva, el polémico, excombatiente de Malvinas, el rebelde “carapintada”, exfuncionario bonaerense y exintendente de la localidad de San Miguel, Aldo Rico, considera que “no es la solución” para parar el delito en los jóvenes como muchos creen. Opinó que los argentinos que piden por la vuelta del Servicio Militar Obligatorio están confundidos por los mismos políticos. “¿Ustedes creen que el problema de los chicos en la calle y la droga se soluciona con algún tipo de servicio militar? Eso se soluciona con educación, familia, empleo genuino y con ejemplo de la dirigencia política, que es lo que nos falta. ¿Acaso van a transformar los cuarteles en reformatorios y los sargentos en terapeutas? Los problemas sociales que tiene hoy Argentina llevan 30 años, son errores de las sucesivas dirigencias. La corrupción, el viva la pepa, robemos todo que no hay ningún tipo de control, mantener al ciudadano empobrecido, porque así no tiene libertad y es esclavo y presa fácil de los punteros políticos. El empobrecimiento del pueblo argentino ha sido programado por la dirigencia política”. Si vuelve la colimba, “¿a qué edad los van a incorporar, a los doce años, que es cuando comienzan en el delito y la droga? No es lógico lo que le pasó a la Argentina y llevará años salir. Hacen falta Gobiernos que funcionen y ciudadanos que estén dispuestos a trabajar por la patria, algo que también se ha perdido. No se soluciona con Servicio Militar Obligatorio. El problema de Argentina no es económico, es moral, hay que terminar con la impunidad”.“Tagarna, carrera mar, cuerpo a tierra”Las opiniones están divididas, porque de aquellos que hicieron la conscripción, hay de los que tienen buenos recuerdos, anécdotas de “raneadas, bailes” y hasta grandes amistades forjadas dentro de los cuarteles. Pero así también hay otros que lo consideraron como una pérdida de tiempo. ¿Se habría frenado los niveles de delincuencia o el consumo de drogas si nunca hubiera ocurrido el Caso Carrasco, o si siguiera vigente la obligatoriedad de la “colimba”? Lindo tema para la charla en el encuentro familiar de los domingos. Colaboración: Lic. Hernán Centurión
Discussion about this post