El miedo es una emoción básica que sirve al ser humano para alejarse o estar prevenido de ciertas situaciones. Se tiene miedo a dejar de existir o sufrir un daño en la existencia. Esta sería la emoción primaria con la que nace el ser humano, si bien luego desde un desarrollo ontológico sano el miedo pasaría a convertirse en la persona madura en algo que no bloquea ni paraliza, sino que se convierte en un valor que cuida y protege de la propia existencia, estoy hablando de la prudencia. La persona prudente se aleja o no se relaciona con aquellas cosas, situaciones o personas que la pueden perjudicar.El adulto, al ir aprendiendo y al ir haciéndose de recursos para su existencia, se enfrentará ante las situaciones desde la prudencia y la valentía, donde tendrá que decidir si exponerse a un posible riesgo, defendiendo lo que “es” frente a algo que quiere dejar que “sea”, defendiendo el ser por encima de la existencia. La lucha por los derechos fundamentales del ser humano es un ejemplo, defendiendo lo que uno es a pesar del riesgo para su existencia. Habría otras formas de aceptar esta amenaza: alejarse del riesgo o bien someterse al sacrificio del “ser” a cambio de seguir existiendo. Desde la prudencia y la valentía en estos casos la persona tendrá que decidir entre enfrentarse a la amenaza o alejarse. Desde el miedo se bloqueará o cederá lo que es. Eso ocurre también ante los miedos comunes como por ejemplo: Los físicos: miedo a las alturas, al agua, a volar, a conducir;Los psicológicos: a estar solo, a ser rechazado, a hablar en público, a cometer un error.Cuando el miedo se apodera de la persona, ésta deja de existir tal y como es y lo que existe en su conciencia es precisamente aquello que teme. Existe lo temido en vez de la persona, produciéndose una sensación de “agobio” o ansiedad.La ansiedad es la sensación de dejar de existir, porque en un primer momento se ha cedido. Esta es la explicación básica que se da en las neurosis, donde los miedos forman parte de la estructura de la persona (en especial en las fobias), la cual despliega una serie de defensas para poder afrontarlos.Los miedos a la amenaza directa desde un estado dictatorial o desde las creencias religiosas parece que tienen claro su origen, pero, ¿de dónde provienen los miedos irracionales que pueden causar bastantes problemas en la vida diaria de las personas, mermando la existencia, sin poder disfrutar en plenitud?En psicología habría tres formar de explicación de estos miedos:De origen orgánico o genético: es la estructura fisiológica la que provoca estos miedos. Se plantea que existe algún gen que provoca estos miedos irracionales como el caso de la agorafobia.De origen ambiental, por un estímulo adverso: es el aprendizaje de algún estímulo que ha provocado esa reacción, esa respuesta condicionada. Sería la teoría conductistaDe origen mental: construido desde las experiencias vividas por la persona, a partir del aprendizaje sobre la realidad (la diferencia entre el conductismo y esta teoría es que el conductismo niega la mente, como algo independiente y autónomo del ambiente, y niega también la realidad, viéndola como meros estímulos). Esta teoría es la que más nos puede ayudar a profundizar en el origen de los miedos.Si nos fijamos en el desarrollo del individuo, la persona tendrá que ir “recreando” lo que encuentra en la realidad, creando un mapa de realidad que replica lo que le rodea. Es lo que Xavier Zubirí define como “Un animal de realidades”, cuando habla del ser humano. En este proceso de recrear la realidad, es la capacidad del aprendizaje, con ayuda de la educación (el acompañamiento en ese aprendizaje), lo que produce la construcción del mapa de la realidad, en donde se insertarán los valores, creencias, emociones, cogniciones, imágenes, recuerdos, pensamientos. Todo lo que la persona construye a partir de la realidad que le rodea.En ese acompañamiento sería una parte fundamental la educación, participando en el desarrollo de la persona. Formas de educaciónLos padres tienen tres formas de educar, basadas en criterios muy distintos:Infraprotección: en este caso el niño tiene carencia de cuidado y protección, estando expuesto a situaciones de riesgo.Sobreprotección: al niño no se le deja experimentar, no se le permite desarrollar recursos para enfrentarse a las situaciones reales que le tocará vivir, con lo que los recursos que irá adquiriendo serán insuficientes para sostener su existencia en la etapa adulta.Autonomización desde la protección y el cuidado: en este caso los progenitores acompañan en el desarrollo, permitiendo al infante aprender y conseguir los recursos necesarios para lograr una existencia autónoma, así como experimentar errores y fracasos para poder rectificar estos.En cada sistema o modelo educativo por parte de los progenitores, habría un mayor predominio de una de las formas, si bien suele ocurrir que se den formas de educación en donde convivan más de un modelo. Un ejemplo sería cuando los padres tienen como valor de la educación la autonomización de su hijo, pero ante ciertas situaciones se actúa con sobreprotección.Pero aunque estas sean las tres formas principales de educar, a partir de valores propios de los padres, existen instrumentos o herramientas que son utilizados para dar forma a esa educación. Uno de los instrumentos más dañinos y que sería utilizado tanto en la sobreprotección como en la infraprotección es el miedo.¿Por qué provocar miedo?La generación de miedo ha sido una de las herramientas más utilizadas en las familias y en la sociedad en general. Provocar miedo para poder lograr que el individuo acepte, modifique o desarrolle ciertas conductas o valores se ha ido repitiendo en la educación de los niños y, pese a una supuesta modernidad, hoy en día aún se utiliza esta herramienta.El miedo como herramienta se posiciona frente a la razón, a la lógica, a la educación desde la explicación, para que el niño comprenda la mejor manera de desarrollar su vida. La educación donde existe la amenaza producirá un cambio evidente pero sin una interiorización o asunción propia.Hay dos formas de provocar miedo:Directa: con amenazas físicas o psicológicas (castigos, rechazos, manipulaciones, chantajes, coacciones), Indirecta: haciendo ver que el mundo que lo rodea es peligroso, que difícilmente no va a ser dañado, a no ser que ceda su autonomía a la persona que puede protegerlo o bien que no exista, que no salga al mundo.Todas las personas hemos visto, padecido, recibido e incluso utilizado el miedo como modo coacción. Ahora tendríamos que preguntarnos cuáles son las consecuencias cuando se utiliza sistemáticamente esta herramienta.Nos ponemos en la situación de alguien que tiene miedo a “x”. Cuando se da el fenómeno psicológico del miedo en la persona, esta deja de existir en su propia conciencia, deja de controlar su propia existencia, pa
ra ser controlado por lo externo, por lo temido. Desde el miedo uno se enajena y pasa a ceder el dominio. Consecuencias de la utilización del miedo como herramientaInseguridad: la falta de seguridad en sí mismo, en sus capacidades para afrontar la existenciaNecesidad de control: Aparecerán defensas de control y manipulación.Escepticismo: se confiará poco en el mundo, en lo que le rodea.Dependencia: la persona se hará dependiente del entorno, no logrando una autonomía e independencia.Agresividad: se sentirá la necesidad de que no exista aquello que provoca miedo, sea identificado o no.Resentimiento: sentir continuamente miedo provoca un rechazo hacia lo externoCulpabilidad: la persona siempre creerá que en parte es responsable del daño o del posible daño que le viene de fuera.Falta de autoestima: La persona no se ve con los recursos propios para poder afrontar situaciones de la vida en general.Nulo sentimiento de libertad: la persona con miedo verá la vida con obligaciones y con acciones subyugadas al exterior para evitar el daño o castigo.Irresponsabilidad: la persona que aprende por miedo no siente que lo aprende por sí mismo, para sí mismo, no hace propio ese aprendizaje, no habiendo una identificación con sus acciones. Puede llegar a una responsabilidad, pero será “heteroresponsabilidad” y no “autoresponsabilidad”.¿Y el sistema educativo?Históricamente al sistema educativo le ha costado mirar a las personas con discapacidad intelectual. De hecho, durante mucho tiempo las escuelas decidían que si un alumno no podía aprender debía ser derivado a una escuela especial, que se hizo cargo de niños con desnutrición, problemas familiares, culturales y sociales. Esta política de exclusión por un lado y de inclusión errónea por el otro, no tenía pautas claras dentro del sistema educativo. Hoy podemos hablar de procesos inclusivos en serio. Argentina se ha apropiado de marcos legales internacionales que nos obligan en ese sentido, pero queda pendiente lo actitudinal, ya que no siempre las transformaciones legales son acompañadas por todos los actores, lo que generó una dicotomía: la ley exige algo que la comunidad educativa aún no acompaña del todo. Por eso son necesarias las maestras de apoyo, ya que de alguna manera se han convertido en sostenedoras y guardianas de las normativas frente a las familias, los docentes comunes y los propios alumnos.La principal tensión que se genera en la escuela es la distancia entre el derecho de los alumnos con discapacidad a estar y aprender en la escuela común, establecido por las leyes, y la postura de docentes que no están preparados para recibirlos y no obstante deben hacer que la escuela gestione esos cambios. Mientras esta brecha se ha ido acortando y la resistencia de las maestras comunes ha ido disminuyendo; la tensión va desapareciendo. Las personas con discapacidad nos enfrentan a nuestras propias representaciones acerca de lo que implican las dificultades. Ese temor imposibilita pensar y limita el accionar. Entonces, en vez de intentar conocer al estudiante para saber cómo trabaja o puede aprender, hace falta un otro que lo garantice. Repercusión del miedo según la estructura de personalidadParanoidismo: la persona que ha aprendido o le han enseñado a tener que ser fuerte, duro, porque el mundo es una lucha constante, temerá cualquier signo de debilidad y temerá al mundo.Obsesividad: quien ha aprendido a hacer las cosas como le indicaban bajo la amenaza de castigo, temerá el error (obsesividad).Trastorno Obsesivo Compulsivo: la persona que ha aprendido a que de ella puede salir cualquier cosa o que el mundo es algo inexplicable, temerá no controlarse o no controlar el mundo.Rebeldía: quien ha aprendido que le pueden robar, manipular u obligar en su existencia, temerá ceder o hacer lo que el mundo puede parecer que quiera, necesitando oponerse constantemente.Sensitivo: quien ha aprendido que vale no por lo que es sino por el trato del otro, temerá cualquier tipo de rechazo.Dependiente: quien ha aprendido a que necesita de otro para que lo cuiden y protejan temerá la soledad.Analizando todo lo dicho es posible sostener que los miedos sí se heredan, pero desde una transmisión de generación en generación por la cultura familiar.El aprendizaje que ha ido dañando nuestra forma de existencia, como es una existencia basada en los miedos, se puede cambiar, lo único necesario es responsabilizarse de ese aprendizaje, que en un momento dado nos ayudó a existir, pero que en el presente está mermando nuestra existencia y nuestro desarrollo.El tema es tan extenso que se torna imposible tratarlo en una sola entrega, por eso lo dejamos acá, y lo retomaremos el próximo domingo. Que tengan una muy buena semana.Colaboración: Báez Myrian MabelLic. en Psicopedagogí[email protected]
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