El susto de su vida fue el que se llevó el viernes por la tarde la empleada de una obra social de esta ciudad. Es que cuando se preparaba para iniciar sus labores descubrió que en su escritorio había una víbora yarará que, según ella, habría sido dejada por una compañera con la que había protagonizado una discusión laboral algunas horas antes.El curioso episodio tuvo lugar en una oficina del centro de la mencionada localidad y derivó en la intervención de efectivos de la Unidad Regional VI de la Policía provincial, junto con Bomberos, quienes fueron los encargados de retirar el reptil de la escena.Fue alrededor de las 16 que la empleada de 34 años llegó hasta ese lugar para cumplir con el turno tarde en la obra social para la cual trabaja. Como todos los días, la víctima se sentó en su oficina de trabajo y “extrajo”, el compartimiento donde se encuentran el teclado y el mouse. De reojo notó un elemento extraño en ese lugar. Cuando afinó la vista, no lo podía creer: se trataba de una víbora, allí, en medio de una oficina y justamente en su computadora.Tras dar un salto y esbozar un grito que se escuchó a varias cuadras de distancia, la empleada dio aviso a las autoridades. Al ser entrevistada por los policías, dio a entender que no se trataba de una casualidad y apuntó directamente contra una compañera de trabajo con quien el día anterior había discutido por cuestiones de índole personal.Luego de la contención hacia las víctimas, las autoridades se vieron en la difícil misión de extraer el animal. Especialistas de la zona indicaron que se trataba -al menos en principio- de una yarará, una serpiente venenosa y propia de la selva misionera que puede llegar a provocar la muerte en caso de una mordedura.Un operativo “interesante” fue el que entonces llevaron a cabo los Bomberos de la UR-VI, quienes lograron rescatar a la víbora de la oficina y trasladara hacia sede policial, donde quedó bajo el cuidado de especialistas. El espécimen midió 1.50 metros de longitud.La situación, insólita, fue informada por los efectivos a la jueza Selva Raquel Zuetta, titular del Juzgado de Instrucción 5 de la Primera Circunscripción Judicial, con asiento en Leandro N. Alem, quien ordenó una serie de actuaciones tendientes a determinar qué fue lo que realmente sucedió.?Hasta anoche no se descartaba ningún tipo de hipótesis.
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