Paradójicamente (o quizás no) fue su activo y elogiado cerebro el que lo “traicionó”. Fue el que determinó que su vida acabara a los 93 años. Ese mismo cerebro que ayudó a diseñar un estado, a hacerlo fuerte frente a las amenazas y, tiempo después, a vincularlo en una región hostil para encaminarlo hacia la paz.Shimon Peres murió el martes pasado a los 93 años dejando un legado difícil de olvidar tanto como para los que lo reivindican como para quienes lo defenestran. Recorrer su biografía es transcurrir la historia de su pueblo, la figura del país que él mismo ayudó a construir desde sus cimientos.Fue pastor de ovejas, soñaba con ser poeta y pasará a la historia como uno de los principales estadistas de la historia del mundo. Su desaparición pone fin a la generación de líderes que pusieron en pie hace 68 años el nuevo Estado de Israel.“Nos despedimos hoy con gran dolor de nuestro querido padre, el noveno presidente de Israel, Shimon Peres. Nuestro padre era uno de los fundadores de Israel, sirvió a su pueblo con lealtad antes de la creación del Estado y una vez creado desde su primer momento hasta el último”, dijo su hijo Jemi al anunciar oficialmente el deceso la madrugada del miércoles pasado (casi la medianoche del martes en Argentina).Desde el pasado 13 de septiembre, Peres se encontraba en coma inducido y bajo respiración artificial. El anuncio de una cierta mejora alimentó esperanzas pero la profundidad del daño cerebral y la avanzada edad colapsaron todos sus sistemas convirtiendo en la última la batalla que libraba.“Nunca pensé en la muerte. Soy consciente y no me quejo de que toda persona tiene un final. Cuando muera, estaré agradecido porque recibí más de lo que merecía”, dijo hace algunos años.Nació en 1923 en la localidad polaca de Wieniawie -hoy Bielorrusia-. Tenía un abuelo rabino, Tzví Meltzer, que fue asesinado por los nazis en el Holocausto. El ideal sionista (movimiento político internacional que propugnó desde sus inicios el restablecimiento de una patria segura para el pueblo judío en la Tierra de Israel) le llevó a su “tierra prometida” en 1934 entonces bajo el mandato británico. Tres años antes lo había hecho su padre. Tras vivir y estudiar en un internado agrícola, Peres se casó con Sonia. La educada y silenciosa muchacha tenía otros planes pero se dio cuenta que su Shimon no iba a dedicarse al campo o a la literatura sino al movimiento político y social judío para la creación de Israel en el 48.Los más veteranos le recuerdan aún como el joven y anónimo escudero del fundador del país, David Ben Gurión. Peres se ganó al “viejo” cuando se convirtió en el artífice del envío de armas y tecnología por parte de Francia. A los 29 años fue nombrado director general del Ministerio de Defensa.Otros lo recuerdan como el arquitecto de la central nuclear de Dimona y el impulsor de la hoy potente industria aeronáutica. Los más jóvenes como la estrella israelí que recibía elogios y abrazos de Barack Obama, Mijail Gorbachev, el Papa Francisco, Robert De Niro, Sharon Stone o Bono (U2). Admirado por su salud y ritmo de trabajo pese a la avanzada edad, Obama le preguntó una vez por su secreto. “Vivir siendo optimista”, le contestó Peres que deja tres hijos, ocho nietos y tres bisnietos.El rostro bélicoPeres siempre creyó que Israel debía potenciar y mantener una fuerza militar poderosa, para poder negociar con sus pares desde una posición mucho más sólida. A inicios de su carrera, tuvo un rol clave en acuerdos con proveedores extranjeros de armas e incluso, algunos atribuyen a su gestión la robusta industria armamentista y aeronáutica con la que cuenta Israel. Asimismo, es considerado el padre del programa nuclear de su país, al jugar un papel relevante en las negociaciones de su país en la materia. Antes de que extendiera su mano a la paz, rechazaba todo tipo de acuerdos o compromisos con los países o agrupaciones árabes hostiles al Estado judío. Según él, ello cambió en 1977, cuando recibió al Presidente egipcio Anuear el Sadat en su histórica visita, que concluyó con el primer tratado de paz árabe-israelí. No obstante, su pelea en contra de movimientos radicales nunca finalizó. “Estamos decididos a luchar contra Hamas y la yihad sin ningún tipo de dudas, sin ningún tipo de aplazamientos y sin ningún tipo de restricciones al igual que estamos decididos a continuar con el proceso de paz”, dijo en una ocasión. El rostro pacíficoAún así, su nombre se consolidó dentro de la lista de autoridades ícono en pro de la paz entre ambos pueblos. Tuvo un rol activo en las conversaciones para estimular la firma de los tratados de Oslo de 1993, un plan que proyectaba la creación de un Estado palestino, que pondría fin a decenas de años de conflicto. Ello le valió, un año más tarde, el ser galardonado con el premio Nobel de la Paz, que compartió con Isaac Rabin -el entonces jefe de estado israelí- y el líder palestino Yasser Arafat, quienes fallecieron en 1995 y 2004, respectivamente. “Lo que estamos haciendo hoy es más que firmar un acuerdo, es una revolución. Ayer era un sueño, hoy es un compromiso”, dijo Peres tras la firma del histórico acuerdo. “Estamos apenas en el principio de la historia y tenemos un largo camino adelante. Estamos tratando de darle un fin al fuego del odio y a los metales de la hostilidad que traen muerte y terror y pobreza a millones de personas en nuestra región”, dijo. A pesar de que los acuerdos firmados ese año han sufrido varios reveses y las relaciones entre palestinos e israelíes se han deteriorado en gran medida durante los últimos años, Peres nunca quitó la vista de su objetivo. En los últimos años creó un centro para la paz y ocupó un puesto de opositor al actual Primer Ministro, Benjamin Netanyahu. Pero principalmente, dirigió su labor como Presidente del país (cargo más bien simbólico que adquirió en 2007) a difundir su ideal de que los palestinos “podrían convertirse en los amigos más cercanos” de Israel.En su último tuit, hace menos de dos meses, Peres bromeaba anunciando a sus más de 61.000 seguidores que había llegado el momento de incorporarse a la aplicación que arrasa entre los más jóvenes. “Esta semana he cumplido 93 y parece la edad justa para unirse a Snapchat. Añade mi código snap shimon_peres”, escribió.Y un poco antes había lanzado su última iniciativa tecnológica para favorecer el diálogo entre las naciones y los pueblos, el “Centro de Innovación Israelí”. Un proyecto que publicitó en las redes sociales bajo el hashtag #Innovation4peace (Innovación por la paz) y cuyo principal objetivo es usar la tecnología para construir la paz y proporcionar un espacio seguro en el que judíos y árabes, israelíes y palestinos, dejen de enfrentarse y puedan innovar
juntos.De un palestino a un israelíEl Presidente palestino, Mahmoud Abas, afirmó que el exmandatario israelí Shimon Peres fue “un socio valiente para la paz”. A través de un telegrama, Abas expresó en su mensaje su “tristeza y dolor” por el deceso de Peres y valoró que fue él quien firmó los acuerdos de Oslo con su predecesor, Yasser Arafat. Abas envió un mensaje de pésame a la familia del premio Nobel de la Paz. El líder de la Autoridad Palestina destacó de Peres, además, “sus incesantes esfuerzos para alcanzar una paz duradera (…) hasta el último momento de su vida”. La relación entre Peres y Abas es conocida desde que ambos participaron en todo el proceso negociador que en 1993 condujo a la firma de los Acuerdos de Oslo, que supusieron el reconocimiento mutuo entre Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP). En los últimos años ambos coincidieron en varias ocasiones, tanto en Roma en 2014 en una inédita plegaria por la paz, como en Jordania un año antes a invitación del monarca hachemí Abdalá II.Su visión de ArgentinaEn agosto de este año y cuando acababa de cumplir los 93 años, Peres fue consultado por “Radio Jai” (la radio judía de América) acerca de su pensamiento sobre la actualidad de Argentina.Dijo al respecto: “Creo que la Argentina está en un período de transición. Los argentinos solían vivir en base a la tierra. Pero la tierra ha perdido importancia. Sin embargo, la generación joven mira al futuro en busca de ciencia y conocimiento. De ellos es el futuro y ellos vencerán. Puedes tener tierra pero eso no es suficiente. La tierra no es un gran hallazgo, porque no es algo creativo. El petróleo no se produce, se encuentra. Puedes encontrarlo o perderlo o pueden bajar los precios del barril”. “En cambio -agregó- la ciencia es algo creativo. Mira lo que pasa con Israel, cuando asumimos que no contábamos con nada, ni tierra, ni petróleo, ni oro, ni agua, ni amigos, ni nada. Entonces descubrimos que el mejor tesoro en la vida es invertir en el ser humano. Hemos basado todo en el ser humano. Hemos creado y desarrollado una agricultura prácticamente sin tierra y sin agua. La tuvimos que crear, porque no es normal. Si hubiera sucedido tal como muchos judíos le reclamaban a Moisés, que siguiera el éxodo hasta Arabia Saudita, estaríamos como ellos. Se puede ser pequeño en tierras y grandes en ciencia. Y hemos tenido una ganancia sin precedentes. Somos pobres en tierra, pero ricos en ciencia”.
Discussion about this post