Falleció el viernes a los 80 años el ministro del Superior Tribunal de Justicia Manuel Augusto Márquez Palacios, un hombre del Derecho que ocupó honorablemente y durante 29 años ininterrumpidos una de las más altas funciones públicas de la provincia, y cuyos aportes a la democracia misionera serán revalorizados con el paso del tiempo. En señal de duelo, el presidente del STJ Froilán Zarza declaró asueto en todo el Poder Judicial durante la jornada. El deceso se produjo a las 5 tras una larga internación de 25 días por problemas derivados de su delicado estado de salud. Pese a su edad, el final fue inesperado para sus afectos, ya que tenían esperanzas de que volviera a recuperarse como había sucedido en otras ocasiones, cuando apenas repuesto se reincorporaba inmediatamente al trabajo pese a los achaques del cuerpo. Lo van a extrañar en el quinto piso del Palacio de Justicia, sede de las oficinas de los ministros, donde impuso su alta vara de ética profesional, reserva moral, conducta intachable y permanente compromiso con el estudio y el trabajo; y en el cuarto, hasta donde de vez en cuando se pegaba una escapada para compartir unos mates; lo van a extrañar todos y cada uno de los empleados que lo veían llegar a primera hora, bien temprano, con su caminar lento de los últimos años, con su gesto absorto y concentrado que sin embargo no dudaba en interrumpir para saludar a cada uno como si ellos mismos fueran magistrados. Estos mismos empleados del Poder Judicial, junto con ministros y jueces, su familia y sus innumerables amigos de todos los ámbitos en los que participó socialmente, llenaron ayer los salones donde se llevó a cabo su velatorio en una procesión pocas veces vista de expresiones de dolor, de recuerdos, de anécdotas y de agradecimientos por la generosidad y humanidad que le impuso a todo lo que hizo. Perfil independienteMárquez Palacios, al que muchos llamaban simplemente por su apodo “Bebe”, ingresó al cargo de Ministro de la Corte misionera el 17 de julio de 1987, electo por el entonces gobernador Ricardo Barrios Arrechea. Ocupó la presidencia del alto cuerpo en los años 1996, 1997, 2000, 2001, 2002 y 2003 y mantuvo un contundente perfil independiente en los asuntos públicos que tuvo que enfrentar, aunque lo hizo siempre desde una posición respetuosa.También marcaron ese perfil sus votos en disidencia en asuntos políticos delicados en los que había fuertes intereses de por medio. “Hombre de pocas pero certeras palabras, de mirada tranquilizadora y confiable, atento y conciliador, vivió su vida haciendo honor a la palabra Derecho, aplicando en cada voto lo que la Ley manda, pero siempre asentando lo resuelto sobre la base de sus intachables principios y convicciones” señaló sobre uno de sus más queridos miembros la reseña que realizó el STJ en su página oficial. “Hoy la Justicia, representada en su imagen por la imparcialidad, mira, oye y pregona los dotes de un ser de bien, de hombre justo y excelente profesional que lamentablemente ya no nos acompaña, pero sus huellas se volverán indelebles para todos los que tuvieron el privilegio de conocerlo”, agrega el mismo homenaje.“Un faro en el STJ”“Sabía poner paz donde hay conflicto, se nos fue un gran amigo y un gran consejero” expresó el ministro Jorge “Kiko” Rojas, compañero de Márquez Palacios en los últimos 25 años, en representación de los demás miembros del STJ que permanecieron varias horas acompañando a sus deudos. El ministro recientemente incorporado Cristian Marcelo Benítez también valoró el aporte que le dejó en su propia formación. “Conocía profundamente al Poder Judicial y hacía grandes aportes respecto de la administración. Era como nuestro faro, cuando había que resolver algo complejo, tanto en lo administrativo como en lo jurídico, era la fuente segura de consulta. Un estudioso que además siempre fue generoso”. “Para nosotros es una pérdida importante, una voz de consulta siempre, sumamente capaz, trabajador, medido, con una pluma exquisita” reseñó el presidente del STJ Froilán Zarza al referirse a la partida del ministro. Destacó incluso su permanente buen ánimo aún a pesar de los contextos o los dolores personales. Según todos los testimonios, su partida no sólo deja una vacante en el más alto cuerpo, sino también un estándar al que el Poder Judicial deberá adaptar todo lo que venga en adelante. Sus colegas y afectos recordaron ayer que si bien su vida estuvo dedicada a la justicia y a su familia casi con la misma pasión y dedicación, fue también un gran tenista, un jugador destacado de ajedrez y un exigente instructor de tiro. En torno a su despedida se escuchó la misma frase una y otra vez: “Se nos fue un señor”.“Hasta el último suspiro”“La vida nos llevó y nos trajo de vuelta al pueblo. Feliz época la nuestra de la vuelta a la plaza, los asaltos, y los cumples que quedaron estampados en las fotos quinceañeras. Bebe -el más pintón- hablando bajito, casi susurrando y con la bondad en la cara, seducía en serie. Las chicas tenían que sacar turno para poder noviar” recordó ayer en una entrañable reseña el exgobernador Ricardo Barrios Arrechea al despedirse de su amigo en las redes sociales. “Tuve el honor de firmar su nombramiento como Ministro del Superior Tribunal de Justicia donde tuvo un desempeño independiente y ejemplar. En una oportunidad la Legislatura sacó una Ley “carnada” para jubilar y amenazar a los no dóciles. Tuvo la dignidad de rechazarla y seguir hasta su último suspiro en el cargo” refirió. “Cacho” contó que siguió visitando a su amigo hasta el final en su casa y en su despacho, porque “seguramente alguien nos dijo que había que empezar a despedirse”. STJ, una etapa se terminaEl Superior Tribunal de Justicia está compuesto por nueve miembros y junto por el Ejecutivo y el Legislativo, integra la tríada del Estado misionero. En este rol y desde que volvió la democracia en 1983, pasó por diversos períodos, y Manuel Augusto Márquez Palacios los vivió casi a todos.“Despedimos con hondo pesar a un hombre que supo hacer su trabajo con ejemplaridad en la Justicia misionera” señaló el gobernador Hugo Passalacqua en Twitter al enterarse del deceso del estimado miembro de la corte, el mayor de los nueve y el que hasta el último día de su vida fue considerado por sus pares como el modelo de ética dentro del cuerpo. El STJ?había sufrido un cimbronazo en febrero con el escándalo protagonizado por el exministro Sergio César Santiago, quien renunció al cargo tras confirmarse que cobraba honorarios mensuales también en la Entidad Binacional Yacyretá. Su apartamiento, más la vacante por el fallecimiento de Humberto Augusto Schiavoni, dejaron al STJ con siete miembros y una fuerte turbulencia interna, además del descrédito surgido por la conducta cuestionable de uno de sus miembros.
En mayo de este año el Gobernador decidió cubrir ambas vacantes con la incorporación de los doctores Cristian Marcelo Benítez y Rosanna Pía Venchiarutti, a la vez que con la presidencia de Froilán Zarza se inició un período marcado por las fuertes decisiones del STJ para corregir y sancionar el mal desempeño de varios magistrados, antes “intocables”.Ahora el cuerpo nuevamente está incompleto, por lo que habrá que ver quién es el ungido para el puesto. No será una tarea fácil ya que la vara quedó muy alta en este caso.
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