Ramona Ester Páez pasó 16 años y medio de su vida (198 meses) embarazada. Es que esta mujer que hoy tiene 59 años es madre de 24 hijos, aunque cinco de ellos fallecieron en los primeros meses de vida. Ramona es misionera, vive desde hace más de cincuenta años en la Picada Los Pumas, a pocos kilómetros de 25 de Mayo, en una muy precaria casita de madera construida con sus propias manos. Este martes 20 de septiembre, después de años de pedir sin suerte, Ramona vio con sus propios ojos cómo los trabajadores de la Cooperativa de Electricidad Cainguás, del municipio de Aristóbulo del Valle, pusieron los cables y la caja de luz. Aún quedaba algunos días más de trabajo para que esta mujer, los hijos que todavía viven con ella, los que levantaron a pocos metros su casita y los nietos que andan detrás suyo accedieran por primera vez en sus vidas al servicio de energía eléctrica. “Recién ahora creo que voy a tener electricidad”, le dijo la mujer a modo de saludo al diputado “Cacho” Bárbaro (Partido Agrario y Social) quien hizo las gestiones necesarias para que la familia acceda a este servicio. Hace una semana, Ramona llamó a la radio donde Bárbaro conduce un programa y pidió que la ayudaran para mejorar la calidad de vida de su nieto Marcelo Alarcón, un joven de quince años discapacitado que desde hace once años tiene una silla de ruedas construida con caños de bicicleta. Hasta el diputado se sorprendió de la rapidez con la que se movieron los mismos organismos que, hasta el momento, ignoraban la situación de Ramona o la conocían pero no hicieron nada para solucionarla. La Cooperativa de Electricidad se puso a trabajar de inmediato. Y pocas horas después de saber sobre Ramona, la subsecretaria de la Multilateral de Políticas Sociales, Alejandra Juañuk, hizo llegar a la familia bolsas con mercadería, leche en polvo, pañales para el joven discapacitado y una nueva silla de ruedas. Ese mismo martes 20, la funcionaria dispuso que “por primera vez en más de diez años”, según confirmó la familia, un médico se acercara al lote fiscal donde viven a corroborar la salud de Marcelo. Todos los hijos con el mismo padre“A los catorce años me acompañé con el que fue mi marido hasta hace un año y medio; y tuve a mi primer hijo. Ese hijo no se crió, murió a los pocos días de nacer. Después murieron otros cuatro de mis hijos, dos eran mellizos y tuve problema con la matriz porque ya la tenía muy débil por la cantidad de embarazos. En total tuve 24 hijos, siempre con el mismo hombre”, contó la mujer a PRIMERA EDICIÓN. Después de 43 años de convivencia con el padre de sus hijos, Ramona dijo basta hace un año y cinco meses, cansada de su adicción al alcohol “tomaba todo el día, no me ayudaba en nada. Un día le dije que ya no podía más, que estaba vieja y cansada de mantenerlo a él, un hombre sano, que se ponía violento cuando tomaba. Le dije que se fuera y que yo me quedaría con toda la gurisada. Si quería acercar algo para ayudar a los hijos y nietos estaba bien, pero si no nos arreglaríamos igual. Y se fue y no pienso juntarme nunca más porque sufrí demasiado con ese hombre”. Los 22 partos de Ramona (tuvo dos pares de mellizos) fueron en su casa, “a todos los tuve en mi cama con parto normal (vaginal) y asistida por mi mamá que era partera. No tuve ningún parto complicado, me enfermaba y al rato ya nacían”, detalló. Esta mujer trabajó toda su vida y lo sigue haciendo hoy, pese a que desde 2011 cobra la pensión por madre por siete hijos. “Debería cobrar tres pensiones”, bromea. “Yo trabajé siempre, con o sin panza; lo que cobro por la pensión no alcanza para vivir porque hay muchas bocas que alimentar acá… además hay que trabajar para ganarse el pan. Yo siempre hice changas, fui al rozado, carpía, macheteaba… iba por todos lados con toda la gurisada, ahora ya no salgo tanto, pero sigo trabajando con mi patrón del campo vecino cada vez que me llama”, indicó. Marcelo, con muy bajo peso Contó que hace dos meses, trajo a una de sus hijas (Ana) para que viva en una casita aledaña a la suya con sus seis chicos (otros dos fallecieron) “se separó y quedó sola. Marcelo (el joven discapacitado) es hijo de Ana, él tuvo una enfermedad de muy chiquito y quedó así: no camina, no habla, usa pañales… pero entiende todo. Ahora está mejor de peso, debe tener más de 30 kilos porque cuesta alzarlo, pero hace unos meses tenía sólo 17 kilos”. En el mismo lote, a unos cuarenta metros de su casa, además, está la casa de otra de sus hijas (Celeste), mamá de media docena de hijos. “Ella está acompañada, creo que el resto de mis hijos ya están todos separados”, agregó. Con Ramona vive su hijo más chico, de 17 años, la pareja de este; otra de sus hijas y su marido. También su nieto Marcelo, “él quiere estar conmigo y no con la mamá”, detalló. Tiene 40 nietos y 8 bisnietos Esta prolífera madre, posiblemente la más multípara de toda la provincia, ya tiene en su haber cuarenta nietos y ocho bisnietos. “Nací en Aristóbulo del Valle y fui a la escuela hasta tercer grado. Después empecé a trabajar y me acompañé a los 14”, recordó. “No me cuidaba para no quedar embarazada porque no era como ahora que hay cómo cuidarse”, señaló. Según la mujer, todos sus hijos tienen DNI y fueron a la escuela pero la mayoría de ellos no terminó la secundaria. Donde todo falta Un foco de bajo consumo alimentado con kerosene es una de las pocas “comodidades” de esta numerosa familia del Paraje Los Pumas. El agua que toman la sacan de una vertiente cercana. Cuando tengan conexión eléctrica (supuestamente ya la tendrán a partir de esta semana) no cambiará sustancialmente su calidad de vida puesto que todavía no tienen artefactos de luz y mucho menos electrodomésticos como una heladera o un ventilador. Unas cuantas sillas, tres camas de una plaza y los troncos que están ubicados debajo de un árbol son los únicos muebles que poseen. En su casa viven sus dos hijos con sus respectivas parejas, además de su nieto discapacitado y la jefa de la familia. Sin embargo, la vivienda tiene sólo dos habitaciones y una cocina. La letrina está a unos veinte metros. Pese a que vive en ese lote de dos hectáreas desde hace medio siglo, no tiene papeles que acrediten su propiedad. Para enriquecer su olla de todos los días, Ramona planta maíz, poroto, mandioca y batata. También tiene algunas gallinas. “Siempre trabajé para que no le faltara la comida a mis hijos… a veces costaba mucho y apenas teníamos para comer, por eso peleaba mucho con mi marido que tomaba y no se daba cuenta que los chicos estaban desnutridos. Los chicos lloraban a mi alrededor y me pe
dían comida, pero para él era un problema pasajero”, relató.Para poder trabajar, Ramona dejaba a sus hijos más pequeños al cuidado de los mayores, “me iba con los más grandes para que me ayudaran pero también quedaban uno o dos mayores para cuidar a los más chiquitos. Uno vive así, con mucho sacrificio pero se sigue adelante”, describió. Nueve hermanos en un aula“Hubo una época en que llegué a tener a nueve de los hijos de Ramona en un solo grado”, recordó la actual directora de la Escuela 578, Miriam Batista Do Santos. Esta docente fue quien se movilizó para que Ramona gestionara la pensión por madre numerosa. “Paradójicamente, fue una de las últimas madres en hacer los trámites para poder cobrar este beneficio… por eso le pedimos que nos traiga fotocopias de los documentos de identidad de sus hijos para iniciar el trámite”, recordó Miriam. En la actualidad, asisten a esa misma escuela algunos de los nietos de la mujer. Los otros viven en otros puntos de la provincia. Récord mundialAl libro Guinness de los Récords no le ha sido fácil establecer un insólito hito: el de la madre con más hijos de la historia. Hasta 1983, figuraba como la madre más prolífica de la historia la chilena Leontina Espinoza, con un total de 58 hijos.Pero tras su fallecimiento, una investigación policial determinó que la madre había mentido añadiendo un total de 42 descendientes a su gran familia de 16 hijos para beneficiarse de las ayudas alimenticias.El récord fue retirado del libro Guinness, pero en 1998 proclamó a la mujer de Feodor Vassilyev, con 69 hijos, como la madre más prolífica de la historia. Se trataba de una familia numerosa de campesinos de Shuya (Rusia).Esta mujer pasó gran parte de su vida embarazada y dando a luz a un total de 69 hijos en tan sólo 27 partos, todos ellos múltiples. Tuvo 16 partos de gemelos, 7 de trillizos y 4 de cuatrillizos.Por Gisela FernándezFotos: Gentileza Patricia López
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