El embajador de Ucrania en la Argentina, Yurii Diudin, asistió a la Fiesta Nacional del Inmigrante, que se desarrolla en Oberá, y se reunió con el gobernador Hugo Passalacqua, con el fin de reflotar un acuerdo de cooperación entre Misiones y la región de Ternópil (Ucrania), firmado hace 21 años.“El acuerdo fue firmado en 1995, y mi objetivo es hacerlo funcionar, llenarlo de contenido práctico. Nos pusimos de acuerdo con el Gobernador para realizar visitas empresariales y de dirigentes de ambas provincias, en 2017. Quiero que los empresarios de Ucrania vengan a Misiones, a conocerla, y que los de acá puedan ver lo que se puede comprar o vender allá, y así realizar inversiones recíprocas”, manifestó Diudin, en esta segunda visita a la tierra colorada. La primera fue hace dos años, también en ocasión de la misma festividad, pero "muy breve" por lo que “tenía una deuda con la comunidad y quería cumplirla”. Consideró a la Fiesta del Inmigrante como “un lujo” y a su entender, “es lo máximo que tiene la provincia después de las Cataratas del Iguazú”, una maravilla natural. A su entender, “la coexistencia pacífica de varias etnias, naciones, es una cosa ejemplar. Mi anhelo es que los pueblos del mundo puedan vivir así: sin odio, sin guerras, sin preconceptos, sin conflictos. Tratarse de igual a igual, como lo hacen los descendientes de polacos, de alemanes, de suizos. Estuve dos días en la Casa Ucraniana y me sentí como en la mía. Si cerraba los ojos por un instante y me distraía, pareciera que estaba en una aldea ucraniana”. Conmovido, manifestó su agradecimiento a la comunidad ucraniana de Misiones “que haya preservado los valores culturales, las tradiciones artísticas, gastronómicas. Mientras esto esté vigente, vivirá el alma, el corazón ucraniano”. El diplomático también aprovechó la estadía en la tierra colorada para entrevistarse con el intendente de San José, Jorge Tenaschuk y el jefe comunal de Apóstoles, Mario Vialey. Sobre el encuentro con los alcaldes de la Zona Sur, donde reside un importante número de descendientes, dijo que fue “productivo” y que “hablamos de un hermanamiento de sus ciudades con algunas de Ucrania con características similares. Hay muchos inmigrantes de vinieron, por ejemplo, de Ivano-Frankivsk. Tengo conocimiento que muchos misioneros quieren ir a conocer el lugar de donde vinieron sus antepasados por lo que sería interesante unir esfuerzos”.EsperanzasDiudin sostuvo que el nuevo Gobierno argentino proclamó una línea de apertura para todos los países. “Y así lo percibí desde el primer día, cuando fui recibido por la canciller Susana Malcorra y los vicecancilleres, que se manifestaron interesados en desarrollar acciones con Ucrania porque con el gobierno anterior era un poco difícil. Proyectos en áreas como la aviación, turbinas, cuestiones energéticas, estaban congelados y tratamos de destrabar para ponerlos en marcha. Estamos viendo qué tipo de proyectos podemos realizar en conjunto pero tengo esperanzas que con este gobierno podremos salir adelante”, señaló. Aseguró que “queda mucho por hacer. La tecnología ucraniana (turbinas hidráulicas, transformadores, aviones) es bastante conocida en Argentina y Ucrania tiene el potencial humano para desarrollarla. Tenemos mucho para ofrecer pero también cosas por aprender de Argentina. Son dos grandes países agrícolas. En Ucrania casi no se utiliza el silo bolsa o la siembra directa, que aquí es muy difundida. Mi idea es traer empresarios para que vean, conozcan, y también organizar a delegaciones empresariales para que visiten Ucrania. Eso será de gran ayuda para que se desarrollen esas relaciones comerciales y económicas”.Tarde o tempranoLa “guerra híbrida” desatada en Ucrania no tuvo mayores avances desde su primera visita a Misiones. Para Diudin, existe una hoja de ruta trazada en Minsk (capital de Bielorrusia) con 13 puntos bien especificados que se deben cumplir, “empezando por el cese al fuego, pasando por el intercambio de prisioneros, hasta el último punto que son las elecciones libres en esas regiones, pero todos los días vemos violaciones de alto el fuego. Ucrania está cumpliendo, la otra parte no lo quiere. La única razón es porque Rusia no quiere que se termine; no quiere dejarnos salir de su influencia, de su órbita”. Pidió que no se hable de la guerra civil en Ucrania porque considera “incorrecto”. Es que “no hay ucranianos buenos luchando contra ucranianos malos. Lo que hay es una agresión abierta de Rusia que está apoyando a los llamados separatistas con material bélico, municiones, dinero, y tropas. Sabemos de la existencia de tropas rusas en Ucrania pero ellos lo niegan y fingen no ser parte del conflicto”. Confió que Rusia quiere que se levanten las sanciones impuestas por Estados Unidos porque “afectan y mucho a su economía” pero que en la Cumbre del G20 (Barack) Obama le dijo a (Vladímir) Putin que no levantarán las sanciones hasta que cumpla el acuerdo de Minsk. Esta medida “es muy importante para nosotros. Tenemos el apoyo de la comunidad internacional, de los Estados Unidos, Canadá, Australia, Japón, Corea, entre otros”, dijo, al tiempo que aclaró que “las sanciones no son para perjudicar al pueblo ruso sino para hacer detener esta guerra”. Al referirse a Crimea el diplomático sostuvo que “para nosotros sigue siendo territorio ucraniano ilegalmente ocupado, anexado por Rusia. Recuperarlo por vías militares, no es el camino. La única manera es por la vía judicial, a través de Tribunales Internacionales como la Corte de La Haya. Creemos que un día, más tarde o más temprano, Crimea -una zona ahora muy militarizada- volverá a ser de Ucrania”.
Discussion about this post