La confección de huevos de Pascua a partir de la cascara del huevo de gallina decorado relleno con maní es una tradición que se mantiene muy vigente, más aun en la zona rural. El legado proviene de los ancestros que no tenían a disposición el chocolate para hacer los huevitos, como sí se realiza ahora. En la feria franca de San Vicente comenzaron a ofrecer este producto hace ya algunas semanas y también este miércoles se podrán conseguir en el encuentro de emprendedores de esa localidad. Sello personalSi bien la base de este producto es uno mismo, cada fabricante le da su toque personal en cuanto a cómo los decora, rellena y cierra. Además hay quienes elaboran canastitos de diferentes materiales para colocar los huevitos formando un arreglo.Olinda Hunt, productora de Picada Doradito ubicada a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad elaboró estos huevitos y también de chocolate para ofrecer en su mesa de la Feria Franca.“En nuestras familias es una tradición hacer huevos de Pascua con huevos de gallinas y el relleno de maní tostado con azúcar. Yo lo aprendí a hacer con mi madre y lo hicimos toda la vida para los hijos cuando eran chicos. Ahora los hago para mis nietos y aprovecho la feria franca para vender”, señaló a PRIMERA EDICIÓN. ¿Cómo se elaboran?Hunt detalló que se debe hacer un agujerito pequeño para extraer la clara y la yema. Luego se lavan y pintan. “Yo uso la técnica de echar varios colores de pintura sintética en un recipiente con agua. La pintura tiene que cubrir una película muy fina el agua. Con cuidado hundimos la cascara de huevo por la parte sana y la pintura se pega en la cascara y forma figuras de todo tipo como rayas y círculos con varios colores”.Para el relleno explicó que “el maní se tuesta bien en el horno de barro y luego se lo muele y se le agrega azúcar. Luego con una cucharita chica lo cargamos y cerramos con unas tapitas de papel de distintos colores que venden en las reposterías”. Orgullosa con su producto, contó que “la gente ve el huevo de Pascua y cuenta que se acuerdan de su niñez y llevan para comerlos o para enseñarle a sus hijos o nietos cómo eran los huevos de pascuas de antes”, relató.Por su parte, Eva Antunez contó que para el decorado “pintamos las cáscaras con pinturas de telas y pincel y hacemos distintos motivos y diseños, rayas, lunares, lo que a cada uno le guste”. En cuanto al relleno, contó que su receta es tostar el maní en el horno de barro y luego se endulza con almíbar y esencia. Para ello, se hierve el azúcar y luego se coloca el maní, revolviendo para evitar que se peguen “porque sino queda un turrón”. Luego se rellenan y sellan con un papel de colores.
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