La Municipalidad de San Vicente recolectó más de 150 toneladas de cacharros entre enero y febrero. Todavía hay puntos neurálgicos que hay que resolver que son los depósitos de los desarmaderos. En el caso de las gomerías, todos los viernes la Municipalidad recolecta las cubiertas viejas. La basura fue a parar al predio de la excantera municipal, a cien metros del Barrio Hermoso a la espera de ser compactada y enterrada.La aparición del dengue hizo que los municipios se ocuparan, luego de ocho años, a juntar los cacharros y trastos viejos que los vecinos acumulan en sus casas. Desde el 11 de enero, cuando se declaró la emergencia sanitaria en el municipio se comenzó el trabajo de juntar los cacharros de las casas de los vecinos.La comuna comenzó a trabajar un poco diezmado por que la mayoría de los trabajadores municipales estaban con la licencia anual. Sin embargo, con el personal disponible, la Dirección de Bromatología y Zoonosis diagramó un trabajo en todos los barrios de la ciudad y los centros poblados a la vera de la ruta nacional 14.El Director de Bromatología y Zoonosis, el veterinario Mario Kamada explicó que, “nos agarró con el personal de vacaciones, tuvimos que llamar a algunos que se reintegren para comenzar a trabajar en forma urgente. Hicimos una diagramación rápida y comenzamos con la tarea de descacharrizar y fumigar. Tuvimos que jugar con la impaciencia de la gente que se desesperaba con las noticias que llegaban sobre el avance de la enfermedad”.El trabajo fuerte se realizó hasta los últimos días de febrero. Un equipo de bromatología recorría los barrios y recomendaba a los vecinos sacar sus cacharros y esa misma tarde o al otro día pasaba un camión, contratado por el municipio para esa labor, recoger la basura.Los cacharros y trastos viejos se depositaron en el predio de la ex cantera municipal que está ubicado sobre la calle Cedros a escasos 100 metros del barrio Hermoso. Allí se tiraron casi 340 cargas de camiones. La basura es aplastada y luego enterrada para evitar que se genere un depósito de basura.En el 2008 se hizo una descacharrización masiva en el municipio. En aquella oportunidad la aparición de la fiebre amarilla obligó a hacer un trabajo de limpieza profunda. Se juntó el doble de basura que en esta oportunidad. La diferencia es que esa vez los operarios municipales y de salud pública provincial entraban a los terrenos y juntaban todo lo que podía ser foco de proliferación del mosquito. Mientras que en esta oportunidad se optó por la responsabilidad de la gente.Todavía falta resolver el caso de los depósitos de pedazos de autos de los desarmaderos que proliferan en distintos puntos de las afueras de la ciudad y algunos chicos dentro de la zona urbana. Kamada aclaró que “se hicieron fumigaciones en los desarmaderos una vez por semana y se les dejó una solución biológica a cada uno de los desarmaderos para que ellos lo pongan en forma periódica y se va a seguir fumigando hasta que se tome una determinación definitiva de qué hacer con ellos”.En el caso de las gomería, el funcionario aclaró “hay un trabajo que venimos haciendo hace un tiempo que es pasar por las gomerías a retirar las cubiertas viejas. El comerciante nos avisa y un camión pasa a buscarlo por la tarde”.
Discussion about this post