El predio donde fue levantada la estructura se encuentra a unos tres kilómetros del casco céntrico, donde son frecuentes los cortes del servicio, y la electricidad no llegó aún al terreno donde se realizó la instalación del radar del Sistema Nacional de Radares Meteorológicos (Sinarame), que proyecta instalar doce aparatos en total antes de diciembre de 2016. Las fotografías de las obras concluidas se pueden apreciar en el Facebook de la Estación Meteorológica Bernardo de Irigoyen, que desde mediados de noviembre no actualiza la información de la página. La fibra óptica también es un factor fundamental en este engranaje a fin de ir actualizando la información y poder transmitir durante las 24 horas. “Los inconvenientes que se presentan tienen que ver con la electricidad que debe venir al lugar desde la ciudad, y que no es suficiente. Pero, además, para el suministro tienen que colocar nuevos postes porque tiene que ser mayor la provisión de energía. Es una cosa muy importante para la provincia”, confió un poblador de la zona. Confió que en Irigoyen “prácticamente no existe Internet, que es otro de los problemas que tendrán que resolver. Deberán llevar a esa zona de la provincia para poder tener la información al instante”.En mayo de 2015 el exgobernador Maurice Closs manifestó al subsecretario de Recursos Hídricos de la Nación el interés de Misiones en la instalación de un Radar Meteorológico Argentino (RMA) a partir del contrato firmado para la finalización del Sinarame entre esta subsecretaría y la empresa Invap. Había sugerido como escenario a la localidad de Bernardo de Irigoyen porque consideraba que “es el punto más alto de la Mesopotamia e incluso de mayor altura de todo el este argentino”.En el escrito añadió que por las condiciones climáticas de la provincia y su localización, una herramienta que permita generar pronósticos a medio y corto plazo, prever y monitorear contingencias ambientales (granizos, tormentas), además de brindar seguridad a la navegación y aeronavegación y suministrar datos básicos para la investigación científica, será de gran utilidad para dar cobertura integral a la protección de vidas humanas ante tormentas fuertes, tornados, e inundaciones que puedan registrarse. Esto, además de colaborar con las actividades agropecuarias, de energía, de transporte, entre otras aplicaciones. Estos radares nacionales cuentan con una nueva tecnología que se llama doble polarización, lo que permite al radar poder distinguir la forma de las partículas precipitantes, dando señales distintas para la lluvia o el granizo.
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