“El agua subió en minutos, no nos dio tiempo a nada. En un momento empezó a llover y al siguiente a mis dos nietitos los estaba tapando el agua. No sabíamos qué hacer porque el barrio se convirtió en un lugar de gritos y desesperación, todos los niños quedaron tapados por el agua. Gracias a que la Policía nos acudió rápidamente y sacaron upa a los niños del barrio, no pasó una desgracia”, contó entre lágrimas y presa de los nervios Delia Acosta, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. La mujer tiene su casa en la calle 115 casi Santa Cruz, donde un pequeño asentamiento de cuarenta familias se convirtió en una suerte de pozo hacia donde se escurría el agua en el momento de mayor intensidad. “Seis años hace que vivimos acá, pero el desastre de hoy (por ayer) fue impresionante. El agua de las avenidas desembocaba en nuestro barrio y nos afectó a todos por igual. Ahora es de día pero cuando caiga la noche ¿qué vamos a hacer? Nuestros hijos no tienen una ropa o un colchón seco para dormir”, relató. Ante ese panorama, y sin haber recibido todavía la asistencia comunal, en el marco del dispositivo de contingencia para estos casos que se implementa a través de Obras Públicas, Desarrollo Social y Calidad de Vida, las familias hicieron un piquete a la entrada del barrio para reclamar la presencia de los funcionarios. Por esta situación el tránsito capitalino estuvo interrumpido en tres puntos de la ciudad: calle 108 y Av.115 (chacra 239), Martín Fierro y Costanera Oeste y avenida San Martín y Andresito. En este último lugar, en inmediaciones de El Acuerdo, sigue bloqueado el tránsito este sábado por la mañana.En esos tramos grupos de no más de veinte familias se autoconvocaron en un reclamo común: asistencia y relocalización. Básicamente lo que contaron los afectados en diálogo con este Diario fue que el desborde de los cursos de algunos arroyos y el taponamiento de las alcantarillas hizo que el agua se meta a sus hogares, que en algunos la altura de agua que ingresó las casas superó el metro. En términos parecidos se refirió Ramón Salinas del barrio Ripiera (Garupá) donde el arroyo en un sector detrás de la estación de Bomberos creció más de medio metro y lo inundó todo.“Nos ayudamos entre nosotros, al menos para salvar algunas cosas de la casa. Después de la lluvia se acercó gente de la Comuna (de Garupá) a relevar lo que pasó. Ojalá nos den un solución porque cada vez que llueve, la pasamos peor”, dijo entre la crítica y la resignación. Testimonios muy similares fueron recabados por este medio en distintas ciudades misioneras donde los anegamientos, cortes de luz e incertidumbre volvieron a dar la nota en el marco de los efectos del Niño que se van a prologar hasta el invierno de 2016. El pronósticoDe acuerdo a los datos proporcionados el viernes por la Oficina de Prevención Ante Desastres naturales (Opad) de la Municipalidad de Posadas, a través de su director Favio Cabello, el tiempo irá mejorando paulatinamente a partir de este sábado por la tarde, aunque habrá precipitaciones residuales por la mañana. Según esas previsiones, refrescará por la noche y el domingo saldrá el sol.
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