Tomy tiene tres añitos. Hasta ahora estuvo realizando su escolaridad en un jardín maternal, donde felizmente cursó años atrás su hermana mayor, quien fuera en su momento, flamante abanderada. Un jardín con rosas, con “disfraces”, con juegos y juguetes. En el lugar todo brilla, las luces, los artefactos, los zapatos de las seños, el discurso de la administrativa que abre o cierra la puerta y además se encarga de cobrar las cuotas a mamá y papá. Hay esencia de vainilla en el ambiente. Hay carteles luminosos, panfletos y un reloj cu-cu que canta y una lechuza dormilona. Sin embargo, paulatinamente, las ganas de Tomy de ir al jardín se han ido apagando. Hoy le cuesta despertarse, prefiere quedarse en su casa, aunque no tenga mascota ni juegos taaan gigantes como en su escuelita. Él está triste. Cuenta que no tiene amigos, que juega solito, que lo hacen sentarse por horas y horas. Que puede ir al patio pero NO tiene permiso para jugar. Es sólo por un ratito y para tomar el desayuno.Los padres de Tomy están preocupados, pues ellos decidieron hacer un gran esfuerzo económico para que él ingrese a ese colegio con “apellido instalado socialmente” y ahora entienden que “NO todo lo que brilla es oro”. En este caso, conforme a su sistema de creencias, ellos prefieren una escuela donde el niño juegue, desarrolle su vida plenamente y aprenda, errando”. Una escuela donde se escuchen risas, música y maestras que eduquen desde el corazón. Prefieren ver al hijo sucio por jugar, que impecablemente reprimido.Entonces: ¿qué podemos decir al respecto? La educación de un niño es un muy importante ya que marcará el resto de su vida. Por ello, hay que tener en cuenta la relevancia de encontrar el colegio que sea mejor para el niño. Entender que aunque existan instituciones de buena reputación, quizás para un niño en concreto no sean las que le puedan ir del todo bien. Además, se debe ser consciente del tipo de educación que se desea que reciban: pública/privada, religiosa/laica, monolingüe/bilingüe, etc. Todos estos requisitos apuntarán hacia qué escuela es la más apropiada para que el niño crezca intelectualmente y como persona. Miles de padres buscan en estas fechas plazas de colegio para el próximo año. Esta elección los condicionará más de lo que piensan. En esta época, muchos primerizos se enfrentan a una decisión más importante de lo que puede parecer; ya que después del trabajo, el colegio de los hijos suele ser la institución que más condiciona la vida cotidiana de las familias. Implica el progreso académico y personal de nuestros hijos.La escuela elegida será además su primer entorno de socialización y el principal generador de valores, después de los padres. La regla de oro: “piensa en las condiciones de tu hijo antes que en las condiciones del colegio”.No existen colegios perfectos en general, sino colegios adecuados para tal niño en concreto. Antes que la excelencia académica, los idiomas, los deportes o las instalaciones de la escuela, hay que considerar las cualidades del niño a escolarizar. Por tanto, la pregunta del millón no debe ser: “¿Es un buen colegio?” sino “¿le viene bien a mi hijo este colegio?”.Es muy importante que el padre reciba información detallada del colegio o la escuela y de los planes de estudios, así podrá comprobar si es bueno y lo más acertado para su hijo.Buscar referencias de personas conocidas y que tengan más o menos objetivos similares a los nuestros. Ayudará mucho tener opiniones diversas.Si es posible conocer a los profesores o saber algo sobre ellos, también será un punto que facilitará la elección de la escuela.Corroborar que el colegio ofrece todo aquello que buscamos para el niño: actividades, programas educativos, horarios, situación, etc.Es sumamente importante conocer todas las actividades extraescolares, el comedor, la biblioteca y la zona de juegos y deportes ya que serán el espacio en el que el niño potenciará sus aptitudes más allá del estudio y le permitirá desarrollarse en muchos aspectos.¿Qué deberán hacer los padres concretamente, antes de elegir?Deberán recopilar información general de la institución que les interese.Es imprescindible que visiten los colegios para así comprobar por ellos mismos las instalaciones y el ambiente.Sería bueno que consulten en el CGE y /o SPEM (autoridades educativas provinciales) si dicho colegio tiene un programa educativo aceptable.Y finalmente, se debe considerar la zona en la que se sitúa el colegio.El objetivo como adres es dar lo mejor a nuestros hijos y cuando pensamos en ello, probablemente, creemos en darle la mejor educación, para que se prepare y sea?“alguien en la vida”. Por lo tanto, primero se debe tener en cuenta que la mejor escuela no es necesariamente la más reconocida o la más recomendada, sino aquella que dé respuestas al proyecto de vida que cada uno quiere para su familia. No olvidemos que una propuesta educativa proporciona los elementos que aseguran una formación integral para lograr ser el tipo de persona que quieres que tu hijo sea. Por ello resulta vital buscar una escuela adecuada para tu hijo en base al cumplimiento de los objetivos previamente establecidos.Según los expertos en Educación existen algunos errores de fondo más comunes a la hora de elegir colegio:1. Tomar la decisión en poco tiempoLa relación de los padres con un colegio puede llegar a durar hasta quince años o más. Hay aspectos que pueden agradar puntualmente (personalidad del director, simpatía del profesorado, determinadas actividades extraescolares, etc.) pero otros van a condicionar el día a día (distancia del domicilio, coste económico, sistema pedagógico e ideario de la institución). Tomar una decisión precipitada puede ocasionarnos muchos disgustos, por lo que conviene dedicar tiempo suficiente a pensar y a valorar pros y contras, para no dejarse llevar por impresiones fugaces. Sin embargo, tampoco conviene angustiarse: la elección de colegio nunca es irreversible. 2. No pedir consejo a nadie o consultar sólo con determinadas personas.Muchos padres han pasado por la misma situación que usted y tienen experiencias que valen la pena escuchar. Pero ¡ojo! no se queden en la anécdota, porque hay tantos casos como alumnos. Traten de escuchar un número suficientemente amplio de opiniones para poder confirmar ideas sobre cada institución escolar. Además de la opinión de los padres, resulta conveniente contar con la valoración de la dirección y, de ser posible, de profesores y personal del colegio.3. Valorar en exceso un solo aspecto de la educación.Que un colegio sea privado, amplio, barato, bilingüe, religioso, deportista o excelente desde el punto de vista académico son sólo elementos que, por separado, no deben determinar una decisión tan importante como ésta. La educación es un todo. Tener los mejores rankings de selectividad es un indicativo positivo, pero
quizá no compense otras carencias educativas (la tasa de fracaso escolar, por ejemplo). No se debe reducir la Educación al mero aprendizaje de unas disciplinas.4. De entre el personal del colegio, interesarse sólo por los docentes.Es importante que un centro tenga buenos profesores, pero sobre todo que ellos conozcan muy bien a tus hijos y los conozcan a ustedes como padres. Si el colegio que has elegido te exige ser mejor, como persona y como padres, entonces has acertado plenamente.Conviene conocer el clima de la institución: sus normas de convivencia, sus valores prioritarios, los programas de innovación educativa o de atención al alumnado que nos revelan si los profesores están motivados e implicados.5. Despreocuparse de las relaciones sociales.De la misma forma que los padres no deben llevar a los hijos a un colegio sólo pensando en quiénes acuden allí, tampoco pueden desentenderse de ese hecho, sobre todo en las primeras etapas. El colegio es también el lugar donde los hijos aprenden a socializar y donde desarrollan un concepto de su entorno; también reciben la influencia de los valores predominantes en dicho entorno. Nadie mejor que los padres para colocar a sus hijos en un ambiente lo suficientemente diverso, para desarrollar valores de convivencia, y lo suficientemente familiar para que el niño no se encuentre desubicado. La mejor opción es, sin duda, visualizar a nuestro hijo de adulto: qué clase de persona queremos que sea, cuáles son los valores primordiales para nosotros como familia. El período escolar no es solamente el presente; es el camino que nuestro hijo va a recorrer para convertirse en adulto.6. Olvidarse de la orientación psicopedagógica y la atención personalizada.Muchas dificultades del aprendizaje son tan comunes como solucionables, pero no nos preocupamos por ellas hasta que aparecen. ¿Cómo se atienden en este colegio las dificultades en el aprendizaje? Es una pregunta importante. A veces basta con un mero control psicopedagógico en el colegio, aunque es mejor una atención personalizada y continua. Así se pueden prevenir defectos o corregirlos cuando estos se han manifestado. Además, ayuda a detectar y desarrollar las capacidades de los alumnos.7. Fijarse en las dimensiones y el número de instalaciones, pero no en su cuidado.El cuidado y el mantenimiento de las instalaciones de un colegio dice más de su competencia educativa que la diversidad o abundancia de ellas. De nada sirve una piscina con algas o campos de fútbol con porterías inestables o canastas de baloncesto que están rotas. Por el contrario, la limpieza, el mantenimiento y el orden reflejan un modo de proceder que impregna a todos los niveles hasta llegar a las aulas.Una gran idea: 10 preguntas antes de elegir escuela para tus hijos…1. ¿Cuáles son los valores que quiero que mi hijo aprenda?2. ¿El proyecto de la escuela incluye el sano desarrollo de la inteligencia emocional y forja actitudes positivas? ¿Se busca la realización integral de los alumnos para que sean felices durante su proceso de aprendizaje?3. ¿La forma de enseñar en el colegio estimula las habilidades del pensamiento y el desarrollo de competencias?4. ¿El proyecto escolar contempla las inteligencias múltiples, respetando los ritmos y las diferencias de aprendizaje de cada alumno?5. ¿Los profesores hacen sentir a los alumnos que son capaces y aceptados?6. La educación es personalizada: ¿Se atiende verdaderamente a la diversidad o es sólo una formalidad que luego no se cumple?7. ¿Los docentes usan tecnología de vanguardia que les facilite el acompañar el aprendizaje de los alumnos, tomándolos en cuenta como aprendices digitales?8. ¿Los maestros están actualizados y capacitados de manera continua?9. ¿El colegio está cerca de mi domicilio o en mi ruta al trabajo?, lo cual facilitará el llevar a los hijos a la escuela. ¿Parientes o amigos tienen a sus hijos ahí?, esto con el objetivo de formar un grupo de apoyo.10. ¿El costo de aranceles está dentro de mi presupuesto?Para finalizar, tengamos en cuenta que el aprendizaje para que sea significativo debe estar contextualizado; es decir, debe ser capaz de dar respuesta y solución a las situaciones de la vida diaria. Ya no se trata de saber más, ni de aprobar exámenes; se trata de “ser”, “conocer” y “construir” para una vida mejor. Saber, desde un inicio, qué se quiere exactamente para un hijo, y escucharlo, es la vía para encontrar la mejor escuela.Colaboración: Báez Myrian MabelLic. en Psicopedagogí[email protected]
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