Se dice que en la gran depresión de los años ’30, el Gobierno americano quitó el dinero del mercado. En ese tiempo el dinero era real, tenía respaldo en metales preciosos.
Como el dinero era real, cada vez que había miedo o desconfianza en la economía el dinero se escondía.
En las crisis del 2000, cuando cae la bolsa americana, la reserva federal comienza a inundar de dinero o sea que no se cortó el suministro, claro que era dinero fabricado sin reserva detrás.
Y no hubo la recesión de los 30, por ese motivo y porque había muchas personas con dinero era fácil endeudarse.
Las tarjetas de crédito no existían en la gran depresión. El problema es que como hay tanto dinero falso, tanta deuda, muchas personas están en peor forma financiera que si fueran pobres.
Escuchaste bien: “es mejor ser pobre que endeudado”.
Ahora existe otro tipo de depresión, la depresión emocional de tener mucha riqueza material, pero toneladas de deudas.
Yo diría que hay cosas peores que no tener una linda casa como tenerla, pero estar con la soga al cuello.
Como bien saben muchos en carne propia, “no hay peor pobre que el endeudado”. Parte de la casa la podemos hacer con deuda, pero parte la tenemos que hacer con buena administración, paciencia y ahorro. La idea debería ser dejarle la casa a nuestros hijos, no la cuenta.
Por cada acción hay una reacción igual y opuesta, Newton lo decía. Como siempre buscamos aprender sobre cómo llegar a la libertad financiera, una de las razones para ser mejor inversionista, con muy poco de tu dinero en la mesa es estar preparado para la reacción a toda esa deuda.
Cuando llegue esa reacción según lo dice Robert Kiyosaki: “tener dinero listo para comenzar a moverlo y elegir activos reales”. Lo cual incrementará la velocidad de tu dinero si sabes lo que estás haciendo y tienes el control de tus finanzas.
Colabora
Perla Haydee Dieminger
Contadora, Magister en
Gestión Pública.
Profesora en la
Cuenca del Plata.
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