Sucede que la población de esa pequeña localidad neuquina tiene como principal sustento la cría de chivas y ovejas, y los ciclos de pastoreo de estos animales la obligan a ejercer la trashumancia, es decir, a vivir una parte del año allí y otra en la localidad de Cajón Chico, a 70 kilómetros.”
Fundada en 1911, la escuela abría sus puertas apenas un par de meses durante décadas, debido a que el resto del año no había alumnos. Hasta que en 1984 llegaron Orlando “Nano” Balbo, Pedro Vanrell y Alejandra Martínez e impulsaron una dinámica educativa adaptada a las necesidades de la población.
Sinopsis
Huncal, un paraje en la provincia de Neuquén donde habita la comunidad mapuche Millain Currical. Escuela Trashumante, un proyecto educativo que acompaña a esta comunidad en el desplazamiento que todos los años realizan en busca de pasturas para sus chivas y ovejas. Una escuela que se transforma en punto de encuentro entre diversas formas de ver el mundo; cosmovisiones que entran en conflicto, se complementan y nos invitan a pensar la educación en estos tiempos. Director: Alejandro Vagnenkos.
Esta actividad, se inscribe en el marco de la lucha por una universidad pública, gratuita y de calidad.
La Cátedra Abierta Simón Rodríguez
Sobre las particularidades de esta propuesta, el docente investigador de la Facultad de Humanidades, Pablo Vain, explicó que una “cátedra abierta es un espacio que posibilita la reflexión, discusión e investigación de temas de interés, sociales, culturales, científicos, pertinentes y significativos, así como problemáticas específicas para la Institución y la sociedad, que facilitan la participación de la universidad y la comunidad.
En relación al nombre de la cátedra, explican los impulsores de la iniciativa que “Simón Rodríguez nació en Caracas el 28 de octubre de 1769.
Desde 1791 ejerció como maestro de lectura y escritura para niños.
Poco después tuvo entre sus alumnos al futuro Libertador Simón Bolívar. Siempre inculcó el pensamiento creativo, el razonamiento científico, el desarrollo tecnológico y la originalidad.
La Iglesia lo bautizó como párvulo expósito, hijo de nadie, pero fue el más cuerdo hijo de la América hispánica. En castigo de su cordura, lo llamaban El Loco. Él decía que nuestros países no son libres, aunque tengan himno y bandera, porque libres son quienes crean no quienes copian, y libres son quienes piensan, no quienes obedecen”.