Donde había una parcela de tierra vacía y asolada por la maleza, ellos levantaron una huerta; donde detectaron algún caso de maltrato animal, ellos pusieron amor y cuchitas hechas con materiales reciclados; donde encontraron desechos implementaron un plan integral de reciclado y de separación responsable de residuos domiciliarios…
“Ellos” son, nada más y nada menos, que chicos que asisten a escuelas primarias de Posadas y Garupá, quienes con la ayuda y dirección de sus docentes, dieron grandes muestras de solidaridad y compromiso ambiental a través de trabajos creativos pero con extensión social.
Este miércoles se pudo observar una pequeña muestra de lo que cada uno, desde su lugar trabajó durante el año, durante la quinta muestra anual de proyectos ecológicos que realiza el circuito 3 de la supervisión escolar a cargo de la licenciada Catalina Jure. (Ver nota vinculada)
Paula Avellaneda, directora suplente de la Escuela 250, que albergó la muestra se mostró satisfecha con los resultados a la vez que explicó el trabajo de sus alumnos, que emociona por el compromiso con los desposeídos.
“Con las bolsas sachet del yogurt que los chicos toman en la escuela y para no tirarlos, se les ocurrió investigar cómo reutilizarlos. Ante la cantidad de personas en situación de calle, quienes pasaron un invierno muy frío, vimos la necesidad a de elaborar bolsas de dormir térmicas confeccionadas con sachet, pilotos para lluvia y cuchas para las mascotas todas elaboradas con el mismo material”, explicó.
Según explicó Avellaneda, la institución tomó contacto con una ONG que trabaja realizando bolsas de dormir para personas en situación de calle, por lo tanto todo lo que produjeron los alumnos será donado para que llegue a las personas que las necesitan.
Grandes inventores
En el recorrido por los estands de las escuelas, aparte de colorido y novedoso, los niños demostraron habilidades propias de pequeños grandes inventores.
Los chicos de quinto B, turno tarde de la Escuela 4 “Fraternidad” desplegaron un amplio abanico de trabajos hechos con tejas recicladas.
Recientemente la escuela fue refaccionada, y como iniciativa para no desperdiciar el material que sobró, alumnos y maestros elaboraron los más hermosos y llamativos adornos con ese material.
Joaquín Gimenez, alumnito de la Escuela Normal Mixta, por ejemplo, explicó la mirada elegida para el proyecto de su escuela basada en la adopción responsable de mascotas. Sus trabajitos y los de sus compañeros se basaron en la elaboración de utensillos prácticos para dar alimento y agua a los animales domiciliarios.
En el estand lindante, los chicos habían creado un sínnúmero de juegos didácticos, realizados con madera desechada en los aserraderos, para que los chicos aprendan fracciones y otras operaciones matemáticas, jugando.
Aunque las maestras acompañaron con didáctica y herramientas, para cada uno de los casos (de hecho,los padres también fueron pieza importante en la cadena creativa) todos los chicos, sin excepción, explicaron con suma elocuencia, todas las fases de aprendizaje hasta el final del proceso.
A la sociedad
La mayoría de las 23 escuelas presentes en la muestra orientaron el trabajo aúlico hacia un fin social.
Aunque nombrar algunas, deja fuera arbitrariamente a otras, es destacable no obstante, la forma en la cual trabajaron las Escuelas 930 de Garupá y la Escuela 887 del barrio El Porvenir 2 de Posadas.
“Este años hicimos un proyecto de ayuda a los perritos callejeros que tuvo como finalidad dar una mano a un refugio de animales, Patitas de la Calle, que funciona en nuestra ciudad”, contó Diana Espíndola maestra de la 930.
Esa institución trabajó con reciclado de madera en la confección de cuchas, realizadas con cajones de manzana y casita con las maderas que nos donaban en los aserraderos porque iban a ser tirado a la basura.
El trabajo concluyó en el primer cuatrimestre con la entrega de los trabajos al refugio, pero también llevaron alimentos, materiales de limpieza más una pequeña ayuda económica que se logró juntar con la realización de una feria americana.
Por su parte, Valeria Robledo de la Escuela 887 contó detalles sobre el proyecto de huerta comunitaria en su colegio: “En cuatro grado nos propusimos desarrollar un proyecto de reciclaje de caños y por eso se nos ocurrió hacer huertas colgantes”.
“En nuestra escuela tenemos nuestra huerta, con las maestras trabajamos todo el año con reciclado. Esto nos pareció una oportunidad para combinar ambas cosas, para que los resultados sean a la vez soluciones viables “, explicó.
Posicionamiento y desafíos
“La propuesta es formar una conciencia ecológica que después los chicos lo adopten como estilo de vida”, dijo a PRIMERA EDICIÓN Catalina Jure, supervisora del circuito 3 de educación primaria del CGE, quien supo llevar con éxito la iniciativa ambiental escolar.
“Estamos formando consciencia, sobre todo con los más chiquitos, para que puedan complementar esos objetivos del proyecto”, destacó.
“Nos encontramos con una naturaleza maravillosa pero depredada. Con luces pero a veces con sombra, porque tenemos la capacidad de construir grandes cosas pero también podemos destruir y eso requiere profunda reflexión para revertir lo malo”, reflexionó Jure.
En apoyo a ésta gestión, el subsecretario de Educación Técnica, Alberto Galarza, presente en la muestra, explicó, por otra parte, que existe un diálogo con Jure para empezar a implementar el plan del aula invertida en las escuelas primarias.
“El desarrollo de habilidades que hoy requiere la sociedad nace en la escuela primaria. Ésta (por la muestra) es la forma en que los niños pueden expresar la construcción cotidiana. Los chicos hacen mucho trabajo y nos interpelan constantemente por el futuro hay que capacitar para hacer frente a estos desafíos”, aseguró.