POSADAS. Lo que en un principio fue un violento robo a un repartidor de pollos y su acompañante tomó en las últimas horas un nuevo giro, aún más inesperado que el anterior. A última hora del lunes, dos efectivos policiales fueron detenidos bajo sospechas de formar parte del “autorrobo” junto al chofer del camión, por el que se habrían quedado con cerca de 50 mil pesos en efectivo.Los uniformados fueron señalados por el repartidor, quien acorralado por el testimonio de su acompañante finalmente confesó el hecho e involucró a un oficial y a un cabo con prestación de servicios en la comisaría seccional Segunda de Apóstoles.Las detenciones se produjeron durante la noche del lunes en dos allanamientos realizados en esa ciudad, por orden del magistrado Marcelo Cardozo, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Posadas.En esos operativos se incautó el automóvil del oficial, con el que presuntamente los dos habrían “interceptado” al camión y posteriormente huyeron. También se secuestraron armas de fuego, entre otros elementos.Un supuesto roboEl hecho sucedió alrededor de las 22 del viernes 9 de noviembre sobre la ruta nacional 14, cerca de uno de los accesos a Fachinal y a unos diez kilómetros al norte del cruce de San José.En principio, se supo que un camión repartidor de pollos que regresaba a Apóstoles había sido interceptado por dos “piratas del asfalto”, quienes armados intimidaron al chofer y su acompañante y le robaron unos 50 mil pesos de la recaudación de la jornada.Como se informó desde un principio, los presuntos “delincuentes” hasta alcanzaron a disparar dos veces contra el camión, un Volkswagen 8-150.Esa primera versión se mantuvo varios días, hasta que el miércoles siguiente el acompañante se quebró y aseguró en sede policial que todo se había tratado de un engaño organizado y consumado por el camionero y otras dos personas.De inmediato, autoridades policiales procedieron a la detención del conductor. El caso llegó a manos del juez Cardozo, quien después de interiorizarse de la investigación lo llamó a indagatoria.El procedimiento se llevó a cabo en la tarde del último lunes y allí el repartidor finalmente confesó que todo había sido armado por él y otros dos conocidos. No tardó en apuntar a los dos policías como sus cómplices en el “autorrobo”.El camionero dio detalles del episodio y hasta aseguró que en un momento, cuando detenía el camión en la banquina para reunirse con los otros dos involucrados, pensó en la posibilidad de dar marcha atrás y abortar el plan. “Ya estamos acá”, le habrían dicho los policías para convencerlo, siempre según lo relatado por el chofer ante la Justicia.Servidores públicosAnte esta situación, Cardozo ordenó la detención de los dos policías, un oficial y un cabo de la Segunda apostoleña, de 36 y 27 años, respectivamente.Además, el juez solicitó una serie de allanamientos en las viviendas de los detenidos. Esos procedimientos arrojaron la incautación de un Ford Fiesta gris, propiedad del oficial, con el que los policías se habrían trasladado hasta el punto de encuentro con el camión.La Justicia también secuestró las armas reglamentarias de los uniformados -aunque en principio los disparos recibidos por el vehículo de carga pertenecerían a un rifle- y vestimenta de color oscuro que ambos habrían utilizado al momento del hecho.Los dos policías permanecen detenidos en distintas dependencias policiales de Apóstoles en carácter de incomunicados. El camionero, en tanto, fue excarcelado luego de declarar, beneficio contemplado ante el delito que se le imputa, el de “estafa”.Sobre los uniformados, fuentes policiales informaron que ambos fueron pasados a disponibilidad y actualmente su actuación en el hecho también es investigada por Asuntos Internos de la fuerza.La principal incógnita que ahora busca develar la Justicia es qué sucedió con el dinero. La primera hipótesis indica que los 50 mil pesos fueron repartidos en tres partes, una para el chofer y las otras dos para los policías involucrados.Según el testimonio del camionero, después del hecho el trío se habría reencontrado en Apóstoles y se dirigió al casino de la ciudad, donde supuestamente gastaron absolutamente todo. Ante esta situación, Cardozo solicitaría las filmaciones de las cámaras de seguridad de la casa de juegos para establecer si esto realmente fue así.





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