POSADAS. La que fue alguna vez una floreciente zona productiva en Garupá, se marchita. En 2009, cuando la Entidad Binacional Yacyretá comenzó los trabajos de movimiento de suelo para las obras del Acceso Sur clausuró todos sus reservorios principales. De movida que la situación afectó a las 200 familias del barrio Nuevo Garupá en todo sentido, y desde hace tres años, los vecinos se encuentran deambulando en distintas oficinas gubernamentales para que el Estado intervenga y se pueda poner a funcionar, de una vez por todas, la nueva perforación. Se trata de obras que habían sido encaradas por la cooperativa de agua Santa Clara, pero que ante el declive económico que sufrieron los socios, ahora ya no pueden continuar con los trabajos de la red domiciliaria, que es lo único que falta para que el servicio llegue a las casas. “Yo vivo enfrente de la perforación. La miro y me da una bronca porque tengo que tomar agua de pozo que está contaminada. Es increíble. Nadie nos da una solución”, relató desesperada Marcela Ferreira, una de las productoras de verduras afectadas por la necesidad de agua. “Ahora que llega el verano es cuando más agua usamos, nosotros acá tenemos muchos chicos, no podemos hacer una higiene adecuada y estamos consumiendo agua contaminada”, relató Miriam Olivera, otra vecina del lugar que todos los días se “rebusca” para llevar agua en baldes hasta su casa, distante a unas seis cuadras de donde hay una canilla. “El agua está. Están los tanques, también toda la instalación eléctrica. Sólo nos hacen falta los caños para hacer el tendido domiciliario. Inclusive desde la Municipalidad nos prometieron las obras de zanjeo. Pero estamos en la nada, porque hemos ido a todos los ministerios gubernamentales para pedir ayuda, pero jamás nos dieron una respuesta”, lamentó el presidente cooperativa, Luis Alberto Vargas.Todo nuevo“Cuando nos quedamos sin los reservorios principales de las zonas más bajas, nos propusimos construir todo de nuevo. Gestionamos la perforación, compramos los cables, logramos que la EBY, de la cual nosotros somos afectados, realice las obras de cableado, para que la bomba trabaje en las mejores condiciones, y no haya riesgos para que se queme, pero ahora no podemos distribuir el agua”, enumeró.“Presentamos notas en todos lados. Necesitamos conseguir esos caños, porque somos 200 familias que padecemos la falta de agua, pero teniendo el agua en frente de nuestras narices. Estamos necesitando, pasamos las peores necesidades. No tiene sentido”, puntualizó. En la zona unas cincuenta familias vivían de las verduras que producían. Por la falta de agua, quedaron seis. La mayor de las paradojasLa situación se convirtió en una tremenda paradoja: en el barrio funciona la cooperativa de agua Santa Clara, la cual encaró en conjunto con la Municipalidad y otros organismos del Estado provincial, las obras de perforación de 120 metros hasta las napas de agua aptas para el consumo. Se cuenta con dos tanques de agua, una bomba 0 kilómetro y todo el cableado eléctrico en condiciones para soportar cualquier demanda de tensión, sin importar las condiciones del tiempo. En una palabra la obra está en perfectas condiciones para abastecer a las 200 familias que padecen la falta de agua, pero es perfectamente inútil, ya que no consiguen los caños para extender la red hasta las casas.





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