PUERTO RICO. La interna policial en esta ciudad pareciera estar lejos de concluir. El viernes, un integrante de la UR IV fue demorado y acusado de sustraer una pistola 9 milímetros del arsenal de esa unidad.Al parecer, sus camaradas se percataron del faltante de la pistola y actuaron con celeridad para dar con el responsable.Lo curioso de todo fue la explicación que dio el sospechoso. Aseguró que “alguien” puso el arma de fuego en su coche para incriminarlo, negando todo tipo de vinculación con el episodio delictivo.La sustracción saltó a la luz el viernes pasado, aparentemente en un cambio de guardia, donde se procedió al recuento de las armas existentes en la UR IV.Pero, en realidad, habría ocurrido uno o dos días antes.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN dejaron entrever que se trataría de una maniobra encubierta para desprestigiar a la actual conducción de la regional de Puerto Rico. El objetivo habría sido evidenciar que el caos y el descontrol aún reinan en la UR IV y que robar un arma de fuego “era algo así como un juego de niños”.En este sentido, trascendió que el supuesto mensaje era “dejar al descubierto que podía desaparecer una pistola como una tonelada de marihuana, como sucedió en la anterior conducción”, indicó una fuente a este diario.El policía fue demorado en el marco de un sumario judicial por hurto. La Justicia dispuso la notificación de la causa al sospechoso y que continuara en libertad.La pistola 9 milímetros habría sido hallada en el interior de su coche. En su descargo, afirmó que el arma fue colocado y que se trató de una maniobra orquestada para hundirlo.No obstante, la teoría pareció no prosperar, sobre todo entre los camaradas que intentan, por todos los medios, levantar la alicaída imagen de la Policía puertorriquense o, al menos, de una parte de ella, a partir de la sustracción de más de una tonelada de marihuana de la comisaría seccional Primera y del crimen de la joven Angélica Ramírez.En esta causa, al menos dos uniformados están siendo investigados bajo sospechas de plantar la afamada “pista del hijo del juez” con el supuesto objetivo de entorpecer la pesquisa. Este diario pudo averiguar que, incluso, podrían ser acusados de los delitos de “entorpecimiento de la labor judicial o incumplimiento de los deberes de funcionario público”. La causa está en el Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico. Tras las rejasLa situación de los cuatro policías detenidos por su presunta vinculación con la desaparición de más de mil kilos de marihuana de la comisaría seccional Primera es más que complicada.La causa está radicada en el Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del juez subrogante José Luis Casals.Se trata del mismo magistrado que la semana pasada procesó y ordenó detener a cinco policías federales bajo sospechas de armar procedimientos antidrogas.El escándalo se destapó el 3 de septiembre, cuando trascendió la detención de un oficial del Comando Radioeléctrico de Puerto Rico, que había trabajado anteriormente en la comisaría seccional Primera, con 123 kilos de marihuana a la altura de la localidad de Puerto Leoni.Días después se entregó un ex convicto, que purgó condena por narcotráfico en Buenos Aires, sindicado como el hombre que acompañaba al policía y logró escapar antes de la redada de Prefectura.A posteriori fueron apresados los otros tres uniformados. Un “peso pesado” de uniformeLa caída de un agente encubierto de Prefectura Naval Argentina, sospechado de mantener vinculaciones con el narcotráfico, causó un gran revuelo en Misiones. Ahora trascendió que el hombre, que formaba parte de un grupo selecto de Inteligencia, tenía una amplia red de conexiones en los suburbios del mundo del hampa.Este hombre fue el mismo que intervino en la operación que desembocó en el arresto de un oficial de la Policía de Misiones con 123 kilos de marihuana, a la altura de Puerto Leoni.Al parecer, habría participado también en la operación de localización de 4.200 kilos de cannabis sativa que, posteriormente, fueron “incautados” por la fuerza de seguridad provincial, en marzo pasado.Justamente, ese cargamento habría sido el detonante de una feroz interna entre algunos sectores de ambas fuerzas.Dicen que el comprador de aquellos 123 kilos de marihuana era el mismo ciudadano paraguayo que cayó con el prefecturiano hace un mes aproximadamente, sospechados de tener nexos con la banda que intentó llevar más de tres toneladas de droga al Conurbano bonaerense.Ahora, están a disposición de la Justicia Federal de San Martín, Buenos Aires.





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