APÓSTOLES. En la primera parte de este informe, se desmenuzaba una serie de advertencias realizadas por el Cuerpo de Guardaparques de Misiones (CGM) acerca de la preocupante profundización de la crisis del Sistema de Áreas Naturales Protegidas en Misiones, a partir de la falta de recursos y los desmanejos políticos del Ministerio de Ecología. La coyuntura, encuentra a los parques provinciales de Misiones en máximo riesgo, siendo constantemente arrasados -por cazadores y depredadores- ante la pasividad de un Estado provincial que no asume la necesidad imperiosa de reforzar significativamente la cantidad del personal asignado a la custodia, control y resguardo de las áreas “protegidas”, y asimismo dotar de mejores condiciones a los guardaparques, quienes hoy denuncian que en muchos casos no cuentan ni siquiera con combustible, entre otras serias limitaciones, que desde ya incluyen el aspecto salarial.En esta segunda parte, se hace un recuento de las situaciones y testimonios que se han suscitado en el transcurso de este año, en relación a la depredación en Parques Provinciales. La retrospectiva sirve para entender que el planteo de los guardaparques locales, lejos de ser un “capricho”, es un llamado de atención severo tanto para autoridades como para la sociedad, en relación a patrimonios naturales -no renovables y muchos de ellos en extinción- que se ven totalmente amenazados. Dentro de esta mirada, sobresale un episodio puntual, paradigmático, la matanza de “Guacurarí”, el yaguareté. Este felino, que estaba siendo monitoreado por biólogos de Puerto Iguazú, fue hallado sin vida, con signos de haber sido atacado por cazadores furtivos, en pleno Parque Provincial Urugua-í. El caso expuso a nivel nacional las serias dificultades de control efectivo que existen en las áreas protegidas de Misiones, justamente por la falta de recursos adecuados. La indefensión del yaguaretéEn 1998, la Ley 2.589 declaró al yaguareté “Monumento Natural Provincial” a fin de “lograr la preservación, conservación, reproducción y evitar la desaparición de estas especies”. Pasaron catorce años, y la ley, no sólo nunca se cumplió, sino que asistimos actualmente a un escenario de extrema delicadeza, con menos de medio centenar de ejemplares sobrevivientes, y sus ecosistemas de vida, objetos de caza furtiva de todo tipo.Para Ana Di Pangracio, abogada especializada en Derecho Ambiental, que fue asistente Legal y asistente de Proyectos de Conservación de la Fundación Vida Silvestre, la muerte del yaguareté “Guacurarí”, cazado dentro de un parque provincial, evidenció “la escasez de guardaparques provinciales y la falta de los medios necesarios que permitan el correcto desarrollo de sus actividades y controles, que son uno de los principales problemas del sistema de áreas protegidas de Misiones”.La especialista también observó que “lo preocupante del caso de Guacurarí es que este se encontraba dentro de los límites de un área protegida. Debía estar a salvo allí, sin embargo terminó siendo vilmente abatido por cazadores furtivos que parecen moverse con preocupante facilidad y tranquilidad por la zona. Está protegido por ley nacional y provincial y se encontraba dentro de los límites del Parque Provincial más grande e importante de la provincia, se suponía debía estar a salvo”.Asimismo, se mostró preocupada por “la escasez de guardaparques provinciales, sus malas condiciones de trabajo, bajos sueldos y falta de medios adecuados para la ejecución de sus habituales actividades, particularmente de control. Esto supone graves problemas para el sistema de áreas protegidas misionero”.También advirtió que “el desdoble del Ministerio de Ecología, Recursos Naturales Renovables y Turismo en dos nuevos ministerios, habría resultado marcadamente en favor del de Turismo y en detrimento del de Ecología y Recursos Naturales Renovables, con un consecuente debilitamiento institucional, de estructura y financiamiento”.Cierre de la carreraOtro de los hechos que indudablemente impactó fuerte, fue la decisión de la Facultad de Ciencias Forestales (FCF) de cerrar la inscripción en los años 2013 y 2014 para la carrera de Guardaparques, paradójicamente cuando la provincia necesita desesperadamente formar recursos humanos para la conservación de áreas protegidas. Al respecto, desde la Asociación de Guardaparques de Misiones, observan que “el Consejo Directivo de la FCF decidió unilateralmente el cierre de la inscripción en los ciclos lectivos 2013-2014 a través de la Resolución 079/12, la cual tiene fecha de 5 de julio, siendo que la última reunión de coordinación fue realizada el día 15 de junio del corriente año y jamás se discutió la posibilidad de cerrar las inscripciones. Desde ya que está claro que el Consejo Académico tiene plenas facultades para tomar esta decisión, pero consideramos que un tema tan delicado como este que atañe no solo intereses de alumnos, docentes y graduados, sino también de un gran número de sampedrinos que invierten sus recursos apostando a obtener una utilidad económica con el movimiento que generan los estudiantes que llegan de todas partes del país (es decir a la comunidad en general de San Pedro), no debiera haberse tomado de manera tan apresurada sin el tratamiento serio con todos los actores involucrados y más sabiendo que esta carrera es la única de estas características en el país. Por ello hay alumnos provenientes desde Tierra del Fuego hasta Salta”.Advierten que “será tiempo de hallar un nuevo horizonte a la carrera de guardaparques de Misiones, que es un semillero de profesionales hacia todo el país, los cuales desplegarán sus conocimientos en pos de la protección del patrimonio natural y cultural de los argentinos”.Un año de luchaPara los guardaparques, el 2012 estuvo signado por la lucha por condiciones laborales y salariales dignas, y la constante alarma por el avance de la depredación. Es que la realidad denota un dato básico, que resulta un disparador adecuado para entender la complejidad del sector dependiente del Ministerio de Ecología: 108 efectivos deben asegurar la protección de más de 1.000.000 hectáreas de bosque nativo.“Resulta imposible la protección de los parques y reservas en este contexto. En promedio, cada guardaparque misionero debería custodiar mil hectáreas de bosques. No tenemos vehículos suficientes ni equipos de comunicación. Si hay móviles no hay combustible para el patrullaje y los salarios que percibimos son deplorables”, denunciaron los trabajadores del rubro nucleados a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE). “
Misiones no contrata guardaparques desde el año 2006. Y mientras se invita al mundo a visitar su exuberante naturaleza, las últimas porciones de selva que albergan una biodiversidad única en el planeta están en una situación crítica”, aseveran.“Nuestro patrimonio natural y todos los emprendimientos turísticos corren peligro, pidamos a los legisladores provinciales que declaren delito penal a la caza furtiva y al robo de madera nativa”, solicita el ambientalista. “No podemos quedarnos mirando, como los irresponsables nos saquean lo mejor que nos dio la naturaleza. Hay que recordar que un turista que ve una paca, un anta, un carayá o un venado, es una persona que va a promover nuestra provincia y va a recordar esa experiencia, para toda su vida”, agrega con suma claridad.La lucha de los guardaparques se reiteró en diversas ocasiones este año, con manifestaciones frente a la sede del Ministerio de Ecología, en reclamo de más y mejores herramientas de trabajo, el blanqueo de los trabajadores y aumento del básico del sueldo. La protesta se inició en enero con la suspensión de los servicios en el área de los Saltos del Moconá. Actualmente se mantienen en estado de alerta y asamblea permanente.A los reclamos, sucedieron las persecuciones, amenazas e incluso se efectivizaron traslados (una forma “legal” de apriete patronal) por parte de Ecología.





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