POSADAS. El Juzgado de Instrucción 6, a cargo del magistrado Ricardo Balor, procesó ayer por “promoción y facilitación de corrupción de menores, agravado por la corta edad de una de las víctimas” a cuatro individuos, uno de ellos padre de una de las chicas involucradas, indicaron fuentes oficiales. Se trata de la banda desbaratada recientemente tras ser sindicados por la Policía por ofrecer a menores y trasladarlas en una combi o en un remís para encuentros sexuales con “clientes”, tal como ya se publicó. La gavilla fue capturada a principios de septiembre pasado, tras semanas de investigación. En esa ocasión la Policía -orden judicial mediante- allanó una vivienda del populoso barrio de Miguel Lanús, procediendo a detener a ocho individuos -entre hombres y mujeres- y a rescatar en dicho lugar a tres adolescentes de 13, 14 y 16 años, víctimas de una red que las obligaba a prostituirse. Posteriormente y con el avance de la instrucción los pesquisas establecieron que cuatro de los apresados en dicho procedimiento no tenían vinculación con los hechos, por lo que se les dictó la “falta de mérito”, tal como adelantó este diario en su momento. Sin embargo, otros cuatro sujetos, uno de ellos “progenitor” de una de las chicas sometidas y a cuyo procesamiento (dictado en las últimas horas) se le sumó el “agravante por el vínculo”, quedaron tras las rejas. La combi, el remís y los clientesEn base a la investigación policial-judicial se estableció como era el “modus operandi” de la banda. Utilizaban una combi o un remís determinado para trasladar a las menores hacia distintos moteles de la capital provincial para encuentros “íntimos” con “clientes”. Se cree que estas últimas e inescrupulosas personas hacían los pedidos de menores como si se tratara de un “delivery-sexual”. Incluso se determinó que uno de los detenidos y ahora procesado, que se desempeñaba como remisero, hacía ese tipo de traslados donde las menores eran sus habituales “pasajeras”. En realidad, el siniestro sujeto cambiaba drásticamente de rol y de supuesto trabajador del volante pasaba a promover el ejercicio de la prostitución, tal como se desprende de la investigación que llevó adelante el mencionado Juzgado. El “remisero” fue señalado por las víctimas en una rueda de reconocimiento, lo que fue complicando su situación y dejando en claro cual fue su papel en la organización que desbarató la Policía. La banda estaba conformada por otros integrantes, lo que hacía mover los oscuros engranajes de esta red, que tal como lo determinó el auto de procesamiento se dedicaban a obligar a prostituir menores. “La base de operaciones”Los pesquisas descubrieron que la gavilla operaba desde un domicilio particular ubicado en Miguel Lanús. Justamente durante una redada en esa vivienda fueron detenidos ocho individuos, donde además fueron rescatadas las menores, que se hallaban en el lugar. Los efectivos requisaron la casa, perteneciente a un septuagenario que registraba antecedentes por presuntos abusos a su nieta, y arrestaron a tres mujeres y cinco hombres. Tras la liberación de cuatro de los sospechosos, quedaron tras las rejas el padre de una de las víctimas -la chiquita de trece años-, otro hombre y una mujer que sería de nexo entre los involucrados, y el citado remisero. Todos ellos fueron procesados y se estima que pronto la causa sería elevada a juicio.





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