POSADAS. La parte judicial de la investigación por el crimen de Angélica Ramírez (14) sumó ayer un nuevo capítulo, al conocerse que el tribunal de alzada rechazó la inhibición propuesta por el juez Itálico Lirussi, uno de los tres magistrados que había decidido apartarse del caso una vez que surgió en el expediente el nombre del hijo del juez Éctor Acosta, funcionario original a cargo de la causa.De esta manera, el expediente regresará a Puerto Rico desde Jardín América, donde estaba en manos de la jueza Laura Marcela González, a cargo del Juzgado Civil, Comercial, Laboral y de Familia de esa ciudad, último bastión que quedaba en la Cuarta Circunscripción Judicial luego de la “danza” de rechazos.La resolución se conoció ayer por medio de fuentes judiciales, quienes confirmaron la noticia y aseguraron que en las próximas horas Lirussi iba a ser notificado al respecto y recibiría de regreso el expediente de la causa.Vuelve a Puerto RicoEl cuerpo de la menor apareció masacrado cerca de las 6.40 del jueves 27 de septiembre sobre la calle Pionero Khun de Puerto Rico, a unos 200 metros del acceso norte a la localidad.Por cuestiones de jurisdicción, la causa recayó en el magistrado Éctor Acosta, al frente del Juzgado de Instrucción 1 de Puerto Rico, quien sustanció la causa durante los primeros días.Sin embargo, en la primera semana de octubre trascendió el nombre de uno de sus hijos en la investigación policial y Acosta debió apartarse de la causa. Con el correr del tiempo creció la hipótesis de que esa haya sido una pista falsa, hasta tal punto que ahora la Justicia investiga a los policías que dieron el nombre del hijo del juez.Ante la inhibición de Acosta, el caso pasó a manos del doctor Osvaldo Rubén Lunge, encargado del Juzgado Correccional y de Menores de Puerto Rico. El magistrado tuvo el expediente un par de días, hasta que finalmente resolvió apartarse ante la relación de amistad que lo une con Acosta.Así llegó la causa a Itálico Humberto Lirussi, al frente del Juzgado Civil, Comercial y Laboral de Puerto Rico. El juez se inhibió al asegurar que también es amigo de Acosta y que incluso el hijo del juez trabaja en su juzgado.El expediente viajó entonces a Jardín América, donde lo tomó González. La magistrada se hizo cargo del caso y soportó una recusación de la defensa del panadero -único detenido por el crimen-, que también fue rechazada por el Tribunal Penal 2 de Posadas, que actuó como tribunal de alzada.Entonces, González procesó al repartidor de panificados bajo el delito de “homicidio calificado por la alevosía”, en razón de las pruebas genéticas que confirmaron que rastros de sangre hallados en sus zapatillas pertenecen al patrón de ADN de la víctima.Esas pruebas también determinaron rastros genéticos de otras tres personas en el cuerpo de la víctima. Saber a quién pertenecen esos restos quedará ahora en manos del juez Lirussi.





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