POSADAS. Hoy en el Día de la Tradición muchas son las voces que se hacen eco de esta fecha tan significativa. Con actos, festejos la celebración vuelve a poner en el tapete aquellas tradiciones cotidianas y también algunas olvidadas, con el noble oficio de recrear un país de los primeros tiempos.Para la cantante Alejandra Cruz, que desde Buenos Aires entrelaza su pasión musical con grandes músicos misioneros tales como Ramón Ayala, Jorge Suligoy o Joselo Schuap. Aportó sus conceptos y destacó la importancia de transitar la vida siempre con la pasión enfocada a lo que uno anhela y desea. “Ser tradicionalista es respetar las costumbres y valores, no solo en el recuerdo sino fomentándolas para que se mantengan vigentes. Aprender, conocer y transmitir la herencia popular recibida de los mayores; esa herencia que nos identifica ante el resto del mundo, esa herencia que es esencia del Ser Nacional. El amor a la patria, la fe, la familia, la música, las comidas, el compartir cómo y con quién, las festividades… Ser tradicionalista es cultivar la raíz”, dijo con mucho respeto.Recordó que “cuando era chica, los domingos en casa era costumbre despertarnos con un chamamé, mi papá se levantaba muy temprano a preparar el mate y poner su música. Para él era el día de descanso y lo disfrutaba de esa manera, recordando mediante esas canciones, su tierra de Entre Ríos, la cual añoraba y a la que regresaba a través de los sonidos. Era parte del domingo también escuchar las historias y anécdotas de ese lugar, de esta forma el seguía manteniendo vivas esas tradiciones, (que justamente, son las costumbres de un pueblo que pasan de generación en generación). Así fui criándome, en una casa donde se guardaba un espacio para recordar épocas pasadas, donde se disfrutaba de la música folklórica, donde enseñaban a respetar a la gente trabajadora, al gaucho, a la del interior. Creo que han sido todos estos valores los que en un momento despertaron en mí la inquietud de conocer un poco más las tradiciones de mi país”.Entre conceptos la misma Ramona Galarza dijo que “me volqué a interpretar la música litoraleña porque es con la región que más me identifico, en la que convivo y la que más conozco”.Así también agregó que “el día de la tradición me deja un resto de tristeza porque en nuestro país no se lo considera como se debería o como yo quisiera. En los últimos años se empezaron a incluir festejos extranjeros, a los que se les da más importancia, incluso en las escuelas. Creo que falta una concientización de la gente sobre los valores de nuestro pueblo”.Sumando voces el bandoneonista correntino, Diego Gutierrez exclamó que “los pueblos que olvidan sus costumbres y tradiciones, pierden la conciencia de su destino”.Como todo nacimiento se conmemora, es que el 10 de noviembre con el natalicio del poeta argentino José Hernández, un país entero vuelve a tararear las estrofas del Martín Fierro, ese gaucho que retrata ese impecable aporte de un país que fue creciendo. Hoy en el rostro de las nuevas generaciones la tradición seguirá latente. “Murió el senador Martín Fierro…”Por Esteban Abad [email protected] la atención que muchas veces el 10 de noviembre pasa desapercibido o apenas -muy apenas-, recordado; siendo que es importante en el calendario de recordaciones argentinas: es el Día de la Tradición, día del nacimiento de José Hernández.Con ello se homenajea así al vate que, aún siendo político, recurrió a la poesía para manifestar su preocupación por el trabajador del campo y el campesino en general, sobre todo de aquellos llamados “gauchos”. Pobre de solemnidad, casi esclavo, sin más propiedad que un viejo mate, una bombilla de lata y un porrón de ginebra cuyo contenido ya había alegrado su jornada, era el gaucho quien con los años se vería reverenciado en tanto sus pilchas, su flete (cuando tuviera caballo), las calchas y los abalorios de ese su fiel amigo y hasta sus comidas de pobre serían íconos de la tradición que hoy celebramos. Como no pensar en un locro, comida del gaucho; en un poncho, un par de espuelas, un costillar a las brasas cruzado en un asador, unas picantes o dulces empanadas y un baile donde la chacarera o el chamamé probaran desde sus notas la aptitud de los bailarines. Inseparable de él y dueña de unos ojos negros y relucientes como las brasas del fogón, trenzas renegridas y donosura desde ellas hasta el ruedo de la ancha pollera, la china, completaba el cuadro que Molina Campos reflejaría. José Hernández no es imagen de la tradición sólo por su poesía gauchesca; él sufrió el destierro y hasta perdió el nombre en aras de su obra, de tal modo que al morir, un diario, desconociendo su calidad de poeta anunció “Murió hoy el senador Martín Fierro”. Como los argentinos de ahora que si festejan la tradición lo hacen olvidando que ella es el sustento de nuestra identidad.Y prefieren festejar (total es en el mismo mes), el evento de las calaveras y las calabazas.





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