POSADAS. Curioso, llamativo y hasta extraño. En los últimos doce meses, la cantidad de agua caída en la zona productora de la yerba mate fue la menor en muchos años. Sin embargo, de solo verificar los datos de la comercialización de la hoja verde, “los secaderos acopiaron casi 638 millones de kilos de hoja verde de yerba mate solamente entre enero y agosto, tras ocho meses de zafra, un 10% más que en igual período de 2011”. El dato lo reveló un trabajo del director del sitio especializado “Frontera Jesuita” (www.frontera.nearural.com), Carlos Vedoya Recio, al que accedió en exclusiva PRIMERA EDICIÓN.Probablemente, solo con sentido común, muchos se pregunten: sin precipitaciones ¿de dónde salió más yerba? Sin embargo, en base a lo comentado, “cuando todo parecía indicar que 2012 sería recordado como el año de la zafra récord, las declaraciones juradas de los secaderos registraron una inexplicable caída abrupta en el acopio de septiembre, el último mes de la zafra gruesa”, advirtió el mismo trabajo cuya síntesis se publica a continuación.Contradicciones“No hay dudas que el año que se va es el más seco de la historia reciente. A decir del Inta regional Misiones, desde noviembre del 2011 al pasado mes de septiembre, se registraron 907 milímetros de lluvia, casi la mitad de los 1.728 milímetros de promedio que suelen caer en once meses de campaña. Nunca antes, desde 1967, la zona productora de yerba mate argentina acusó tanto el impacto de la sequía. Y de las heladas. Y de las heladas tardías”. “Pero los papeles dicen otra cosa. En el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), las declaraciones juradas de los secaderos indican lo contrario. Hasta el mes de agosto pasado, los primeros ocho meses del año fueron los más productivos de los últimos cinco años. O en los que más hoja verde se vendió. O en los que más tributo se blanqueó. En números redondos, los secaderos acopiaron casi 638 millones de kilos de hoja verde de yerba mate solo entre enero y agosto, tras ocho meses de zafra, un 10% más que en igual período de 2011. En 2008, 576 millones; en 2009, 548; en 2010, 604 millones; en 2011, 580”. “Y cuando todo parecía indicar que 2012 sería recordado como el año de la zafra récord, las declaraciones juradas de los secaderos registraron una inexplicable caída abrupta en el acopio de septiembre, el último mes de la zafra gruesa. Solo en septiembre, en 2008 los secaderos habían comprado poco más de 90 millones de kilos; en los años sucesivos, declararon 81, 90 y 84 millones en el mismo mes del 2009, del 2010 y del 2011, a un promedio de 86 millones de kilos en septiembre. En 2012, en cambio, por razones que ningún secadero puede explicar, documentaron una reducción de casi el 50% de lo que habitualmente realizan en el mes de la primavera: 48.279.836 de kilos de hoja verde”.“En total, según el último informe mensual del INYM, el sector movió 687.740.730,66 de kilos de hoja verde, 23 millones de kilos (3%) por encima de la campaña anterior, y a tan solo 5 millones de kilos de la campaña de 2010, la más alta de los últimos cinco años”. ¿De dónde salió más yerba?“El año no fue tan malo como lo decíamos los medios. Por el contrario, el sector zapecó más que el año pasado. Pero ¿de dónde salieron los millones de kilos de más que garantizan la molienda de la industria local y la exportadora, que envasa 285 millones de kilos de canchada por año?• Del stock de canchada: está claro que no.• Del rinde superior de los yerbales, hiper clonales del sur, resistentes a seca y heladas: tampoco. (Que lo diga el Indec). • Del incremento de la superficie yerbatera es suponer, como mínimo, una expresión de deseo, una tesis demasiado inocente. • ¿Más palo? Menor calidad. • Una versión políticamente correcta dice que el “colchoncito” de hojas que habitualmente en años “normales” no se levanta, apareció en 2012 al mejor postor (a costa de la casi tala rasa de las plantas), efecto Yauhar mediante y compensó la voracidad de la seca. No está mal pensar así. Fin de la sequía“Se espera un verano con precipitaciones por encima de los promedios”, dijo José Olinuck, responsable del departamento de agrometeorología de la EEA Cerro Azul del Inta a Frontera Jesuita. Pero el pronóstico no garantiza sobreoferta a los industriales. “Va a ser una cosecha totalmente normal”, aseguró.El Programa Regional de Asistencia al Sector Yerbatero (PRASY) del INYM también registró el récord de octubre y, como el Inta, coincide que el verano llegará con mucha lluvia. “Presagiamos que las dos brotaciones que faltan, las que corresponden al verano y al principio del otoño, serán buenas para presagiar una producción buena de yerba mate”, dijo el ingeniero Raúl Escalada, titular del PRASY. Pero no “presagia” sobreoferta. “Es muy aventurado decir eso. Hay que esperar a ver como evolucionan los otros meses. El año pasado también empezamos bien y tuvimos una segunda brotación muy pobre debido a la sequía. Es muy temprano”, advirtió Escalada. En el té dicen lo mismo. “La sequía afectó la cosecha pasada con una merma del 30%”, dijo Helmuth Kummritz, del Ministerio del Agro y la Producción. “Según los pronosticadores vamos a tener un año con lluvias normales. Yo creo que la producción va a ser similar a la que tuvimos en los últimos años: entre 80 y 90 mil toneladas de té seco”, dijo. Nadie habló de sobreoferta, mal que le pese a los secaderos”. ¿Efecto Yahuar?A decir del Inta regional Misiones, desde noviembre de 2011 a septiembre pasado, ningún mes estuvo por encima del promedio. En septiembre, por ejemplo, el Inta registró 83,4 milímetros, cuando el promedio es de 156,7, diferencia del 53% en las precipitaciones. El porcentaje coincide con la merma en la compra de hoja verde. Sin embargo, en el mes de mayor escasez de agua, los secaderos compraron más hoja verde que en ningún otro año. Nunca se cosechó tanto en mayo! ¿Efecto Yauhar?En mayo pasado se registraron apenas 16 milímetros en un promedio de 155,4 en Misiones. En mayo, los secaderos compraron 125.098.868,01 de kilos de hoja verde, mucho más que en la serie 2008-2011, cuando compraron 89, 82, 87 y 114 millones respectivamente, en números redondos. Que l
a seca hizo estragos en mayo es conclusión que tampoco lo pueden explicar los secaderos. Durante los meses de octubre y noviembre, el INYM prohíbe la cosecha y secanza de yerba por razones agrobiológicas: esperan que las lluvias de primavera recompongan las plantas para que en diciembre, tras la primera de las tres brotaciones, el mercado despierte del letargo e inicie con la “zafrinha” de verano el año nuevo yerbatero. Falta poco. Y falta precio para la canchada de verano. En la última Sesión Especial de precios, los secaderos patearon el tablero y exigieron un incremento del 20% para su trabajo. Fue en septiembre, el mismo mes en que declararon la merma de casi el 50% en el ingreso de hoja verde. (¿Efecto Yauhar?)





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