BUENOS AIRES (DyN). La presidenta Cristina Fernández advirtió ayer, horas después del masivo cacerolazo en rechazo a su gobierno, que “no todos tienen que pensar lo mismo”, pero criticó la “ausencia” de una dirigencia que presente un “modelo alternativo” y denunció que haya un “aparato cultural” que genera “ideas distorsionadas”.En respuesta a los reclamos del 8N, la Presidenta señaló que “este proyecto incluye incluso a quienes se quejan de la inclusión de otros”, aseveró que “no te pueden expulsar de tus ideas ni de tus convicciones”, pero concedió que “lo que más enriquece es convivir con personas diferentes”.La jefa de Estado se presentó al mediodía en el Salón de las Mujeres de la Casa de Gobierno, ante medio centenar de intendentes bonaerenses, en compañía del gobernador Daniel Scioli y del ministro de Infraestructura de la Nación, Julio de Vido, para evaluar obras en los diferentes municipios.Allí, en un extenso discurso de casi cincuenta minutos, Cristina Fernández aseguró que “lo que más enriquece a una persona, a un país, a una sociedad, es poder incluir y poder convivir y compartir, aun con los que tienen historias diferentes” y por tanto “no tenemos que pensar exactamente todos lo mismo”. La Presidenta aseguró que un “formidable aparato cultural” se “extendió y actuó sobre todos los argentinos para que tuvieran ideas distorsionadas sobre el país”, para que pensar que “lo de afuera todo bien y lo de adentro todo mal”, según ironizó.“Nos han instalado determinadas frases, títulos, que cuando uno le pregunta sobre el título no sabe explicar o desarrollar. No hay sustento, ideas, es simplemente repetir lo que se lee o que alguien le dice desde una pantalla de televisión”, desarrolló, en presunta referencia a las consignas esgrimidas por los manifestantes del 8N.Tras exaltar su gestión de gobierno, a un día de la gigantesca marcha con reclamos, la Presidenta pidió que la “ayuden a hacer una Argentina mejor” y aseguró que ella está poniendo “todo” lo que tiene para llevar adelante su gestión. “Yo estoy poniendo todo lo que tengo, sinceramente más no tengo. Son las neuronas que tengo, el tiempo que tengo y lo pongo arriba de la mesa, como lo hice toda mi vida y sin quejarme”, subrayó.Sin embargo, aclaró: “No me victimizo, odio a los que se victimizan, porque aquí nadie me obligó a estar; si estoy sentada de presidenta es porque quise”. En esa línea, admitió que comete “muchos errores” pero porque ella y sus ministros se la pasan “las 24 horas laburando”, y en broma señaló que los vuelve “locos” a sus colaboradores para que trabajen “para el pueblo los 365 días del año”.Fernández dijo que los médicos le dicen que descanse, pero ella aseveró que “no hay sábados y domingos” para un presidente.En otra referencia al cacerolazo, criticó la “falta de una dirigencia política” que le presente a la ciudadanía un “modelo alternativo” y aseguró que su gobierno no puede “hacerse cargo” de esa supuesta carencia, ya que ya tiene el propio.En tanto, la mandataria se solidarizó ayer con Néstor Dib, el periodista del canal C5N que fue agredido durante el cacerolazo, y repudió “a los violentos”. 8N tambiénen ApóstolesLa céntrica plaza San Martín fue el epicentro del 8N en la Capital Nacional de la Yerba Mate. Allí, más de un centenar de personas se congregó para manifestar distintas demandas de alcance nacional y provincial.Con banderas, ollas, cánticos y pancartas los congregados expresaron sus mensajes, a tiempo que fue frecuente el tronar de bocinas provenientes de los autos que circulaban por la avenida Sarmiento. La concurrencia fue diversa. Docentes, comerciantes, estudiantes secundarios y universitarios, jubilados, dirigentes del agro y otros actores sociales confluyeron en el 8N apostoleño. Entre algunas de las personalidades conocidas, se vio al concejal radical Fernando Ostachuk, y a la ex candidata del radicalismo Mónica Sosa. También estuvieron referentes del peronismo, como Juan Manuel Ortiz, e integrantes de organizaciones sociales.





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