SAN PEDRO. Cornelio Morais murió de un tiro de escopeta en la nuca. En un principio se pensó que se trató de un homicidio en ocasión de robo, pero esa línea investigativa terminó de diluirse cuando la esposa de la víctima encontró los 30.000 pesos que -pensó- habían sustraído.El hecho ocurrió el lunes, poco después de las 18.30. El supuesto autor, conocido de la víctima, se entregó la madrugada siguiente, tras una ardua negociación con la Policía.Para ese entonces, más de treinta efectivos de las unidades regionales de Eldorado y San Vicente rodeaban el monte en donde se escondió.El sospechoso fue identificado como Noracindo Figuero de Olivera, de 35 años, al que vecinos de Morais siguieron después de perpetrar el lamentable episodio criminal.Justamente, fueron esos vecinos los que alertaron del crimen a la Policía.En un principio se pensó en la teoría de un asesinato en ocasión de robo, pero luego se derrumbó por completo.Eran las 18.30 del lunes cuando Morais salió de su casa en compañía de De Olivera, aparentemente con la intención de recorrer la plantación de tabaco.Algo pasó en el camino. La víctima se desplomó con un disparo de escopeta en la nuca mientras el autor se daba a la fuga. No le sirvió de mucho porque los vecinos lo siguieron y dieron las coordenadas de su ubicación a la Policía.Allí, a unos 800 metros de la casa de Morais, en el paraje Km 80 de San Pedro, terminó por entregarse a eso de las 5.30 del martes pasado.En el escenario del hecho los uniformados incautaron dos escopetas, calibres 32 y 36, que serán sometidas a pericias para determinar con cuál se efectuó el disparo mortal.





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