PUERTO IGUAZÚ. Un crimen, otra mujer de víctima y la sensación de una muerte que podría haberse evitado, porque había denuncias en contra del asesino por violencia doméstica y hasta una restricción judicial de acercarse a ella. Lamentablemente, bastó que la orden de mantenerse alejado caducara para que la tragedia irrumpiera en escena.A la gravedad del hecho en sí se suman otras aristas truculentas: dónde ocurrió y quién lo cometió. Mariel Sandra García tenía 39 años. El martes, en los primeros minutos, fue asesinada de un escopetazo en el pecho, en la mismísima Comisaría de la Mujer de Puerto Iguazú.Acudió a pedir ayuda porque su ex pareja la acosaba. Sin embargo, fue allí donde encontró la muerte. El sargento ayudante Mario Muga (44), el hombre del que alguna vez estuvo enamorada, le disparó con una escopeta recortada calibre 36.El oficial principal, Daniel Molina, comentó sobre lo sucedido que “el suboficial irrumpió en la comisaría y tuvo un forcejeo con el oficial de guardia. Ingresó a la oficina e intervino el oficial femenino que intentó que Sandra saliera del lugar pero Muga sacó una escopeta y le disparó, causándole la muerte casi instantánea”. Mariel se había separado hacía meses por violencia de género, con denuncia incluida. Incluso había una prohibición de acercamiento de Muga hacia ella, la que habría expirado el día de la tragedia. Ese día, el sargento ayudante fue a buscarla a la casa, razón por la que ella decidió concurrir a la Comisaría de la Mujer, ubicada en el barrio Ignacio Abiarú, para denunciar un nuevo hostigamiento y reiterar el pedido de prohibición de acercamiento. Muga huyó tras el homicidio en motocicleta pero, a sabiendas que lo buscaban por tierra y agua, decidió entregarse. “Tuvo contacto telefónico con colegas que lo convencieron de que se entregara”, contó el oficial principal Molina. El criminal permanece en la sección Resguardo y Custodia de Detenidos de la Unidad Regional V. Los familiaresEn medio del dolor, Paola García, hermana de la víctima, realizó declaraciones al programa Dinámica de Radio, de FM Visión, y reveló que “mi hermana hizo denuncias y nadie la escuchó. El tipo (Muga) se creía ‘Rambo’ y que nadie podía con él. El mismo juez nos dijo que no podía hacer nada”, aseguró en declaraciones radiales. Además, recalcó que “él siempre se enteraba de todos los movimientos que hacía mi hermana, no sé quien le avisaba”, agregó con un inconfundible tono de angustia y desazón en su voz. Ella y sus amigas comentaban que “desde hacía un tiempo ella -por la víctima- venía denunciando la violencia y el acoso que sufría y no hacían nada porque él es policía”, denunció. La pareja no tenía hijos en común pero cada uno de ellos era padre de relaciones anteriores. Mariel dejó injustamente a dos varones de once y trece años, indicaron fuentes consultadas. Ambos son conocidos en la comunidad. Mariel se desempeñaba como inspectora de tránsito de la Municipalidad y Muga ganó trascendencia el año pasado, cuando formó parte del acuartelamiento policial en el Comando Radioeléctrico por mejoras salariales. Un resbalón que le costó la vidaMariel Sandra García ensayó un último intento de fuga ante la locura de un hombre que se posicionó frente a ella dispuesto a acabar con su existencia.Alcanzó incluso a correr, en el límite de la desesperación, pero el destino le jugó una mala pasada. Resbaló y cayó. Ni bien recuperó la verticalidad, el cañón de la escopeta recortada, calibre 36, escupió una llamarada de acero y fuego que impactó de lleno en el lado izquierdo de su humanidad, a la altura del pecho.Cayó prácticamente sin vida mientras el asesino apuraba el paso hacia el exterior del edificio. En el camino, una oficial volvió a forcejear con él y logró sacarle el arma de fuego.No obstante, el uniformado logró su cometido. Subió a su moto marca Honda 150 y se dio a la fuga con rumbo desconocido.Minutos después de la tragedia, a eso de las 0.30 del martes, el juez Juan Pablo Fernández Rissi arribaba a la Comisaría de la Mujer, en la intersección de la avenida Las Calandrias y calle El Halcón.Unas dos horas después, consciente de que sus camaradas le pisaban los talones, Muga se entregó en la comisaría seccional Primera. El mismo se abstuvo de prestar declaración indagatoria por el delito de homicidio calificado. El incidenteMario Muga se presentó en la casa de Mariel García al filo de la medianoche del lunes y ni bien llegó, comenzaron a discutir.“Se produjo un incidente”, como narraron fuentes de la investigación, que motivó la presencia de un móvil policial de la comisaría seccional Tercera, de Puerto Iguazú.El oficial principal Daniel Molina, a cargo en ese momento de la comisaría seccional Tercera, ofreció todas las garantías a la mujer para que radicara la denuncia.Lamentablemente, a la luz de los acontecimientos, no sucedió de esa manera.Mariel se trasladó a la Comisaría de la Mujer pero en lugar de custodia y tranquilidad, quedó más expuesta que nunca. Muga irrumpió con un escopetón, se sacó de encima al personal femenino con facilidad y la mató sin piedad.





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