LA PLATA (NA). Alumnos de la Escuela Secundaria Técnica 5 “Salvador Debenedetti”, de Avellaneda, provincia de Buenos Aires, idearon un bastón blanco ultrasónico para “personas con capacidades visuales diferentes”, que al calcular la distancia a través de un algoritmo determina si hay obstáculos o desniveles presentes en la periferia. Se trata de un dispositivo con formato cilíndrico telescópico para funcionar de modo estándar en caso de fallas del sistema electrónico.Horacio Basta es el docente que coordinó el proyecto, presentado por Luciano Leguizamón y Germán Rajmu, en Miramar, en el primer taller de inventiva realizado en la Escuela 39 de La Plata, organizado por el Ministerio de Cultura y Educación de Buenos Aires.El origen del proyecto“Se charló en el aula, surgió casi como sin querer la cosa. Alguien había visto algo en una página de Internet sobre proyectos que no existen pero que podrían ser posibles. Se había trabajado con ciegos antes y ahí nació la idea de elaborar un bastón que facilitara la circulación de personas no videntes en la vía pública”, indicó Basta.Según demostraron los jóvenes en la exposición, el dispositivo funciona cuando se acerca un objeto viviente. La persona que lo porta lo lleva como si fuese un bastón blanco convencional enfocándolo hacia dónde se dirige: “Tiene que ir haciendo un barrido, como con el bastón común, sólo que en este caso el dispositivo electrónico le dará información”. Con fuerte espíritu visionario, los jóvenes señalaron que “aunque no hay matricería, queremos que el bastón sea telescópico -extensible como una antena de una radio- para que, en caso que se quede sin batería o se rompa; el usuario lo estire y se pueda utilizar como un bastón normal”.Trabajo contrarrelojEl bastón ultrasónico aún no ha sido usado por personas con disminución visual, dado que todavía no alcanzó un alto desarrollo.“Empezamos hace poco, ni en la industria se trabaja tan rápido. Pero en algún momento se podrá utilizar. Por ahora trabajamos con un prototipo en el aula, hay que ir trabajando el software y siempre aparecen problemas inesperados”, señalaron los alumnos de sexto año en las materias Lengua Electrónica y Aplicaciones Digitales.Ya han hecho cuatro bastones, uno por mes. A la hora del balance, el profesor no tiene dudas: “Vale la pena aprender a tener la dedicación de horas para pensar soluciones. Son chicos de sexto año que vinieron a la escuela en días que no había clases, quedándose horas en el laboratorio. Pusieron todo”, agregó.





Discussion about this post