LA PLATA (Medios digitales). Diego Cadícamo tiene 35 años y es conocido como el “Monstruo de La Plata”. El pasado viernes el Tribunal Oral Criminal N° 5 de la capital bonaerense adelantó que lo condenará, acusado por la violación y asesinato de la joven peruana Sandra Ayala Gamboa (en 2007), y por otras siete violaciones de mujeres, en otros hechos ocurridos en La Plata. Sin embargo recién el miércoles venidero los jueces informarán el monto de la pena que por la calificación del caso es única: perpetua, tal como había pedido la fiscal de juicio, Maribel Furnus. Desde dicho Tribunal también se informó que el imputado deberá ser trasladado luego a Misiones, para ser juzgado por el abuso sexual de una menor, perpetrado en la localidad de Apóstoles, a finales de 2009. “Violador serial irrecuperable”Durante el juicio, la fiscal además de la pena de perpetua, solicitó que se imponga a Cadícamo la accesoria de “reclusión por tiempo indeterminado” ya que se trata de un violador serial irrecuperable, según el dictamen de peritos psiquiatras, quienes calificaron al acusado como “la mente más siniestra” con la que se encontraron “en más de treinta años de experiencia”.Tras escuchar el relato de los investigadores del Gabinete de Homicidio de la DDI La Plata y de los peritos psicólogos y psiquiatras que entrevistaron al acusado, la fiscal concluyó que el acusado mató sobre seguro y por placer, y pidió a los magistrados agravar el delito.Para la fiscal, Ayala Gamboa estuvo en “estado de indefensión que fue creado por el imputado quien era el que generaba el ambiente, elegía y planificaba para que la víctima no pudiera defenderse”. Así la fiscal fundamentó la alevosía en el ataque. Respecto al agravante de matar por placer, contemplada en el punto 4 del artículo 80 del Código Penal, la doctora Furnus se apoyó en el relato de los peritos, quienes concluyeron que el placer máximo de Cadícamo es “matar” y lograr “la destrucción total de la víctima”. Cabe recordar que la fiscal Furnus logró la condena más alta en la historia penal argentina para un violador serial: Maximiliano Perandones Perez, más conocido como el “sátiro de la bicicleta roja”, quien fue condenado a 49 años de prisión por haber violado a 31 mujeres.El caso en Apóstoles (Misiones) ocurrió a finales de 2009, donde una adolescente fue violada por un sujeto que la llevó a un descampado tras decirle que necesitaba una niñera. Tal como era el “modus operandi” de Cadícamo. “Matar por placer”No existen muchos antecedentes de condenas dictadas el delito de matar por placer. La referencia más conocida es la de Santos Godino, conocido en la historia criminal como “el Petiso Orejudo”, el primer asesino serial del país. El otro caso es el de Martín Ríos, conocido como “el tirador de Belgrano”, pero fue declarado inimputable.Cadícamo, maestro mayor de obra, fue detenido en la ciudad misionera de Apóstoles en 2009 por un abuso sexual. Efectivos de la Policía de Misiones lograron en semanas -aunque sin saberlo-, lo que las autoridades platenses no pudieron en años. A finales de 2009 el padre de una adolescente de catorce años denunció que su hija fue violada salvajemente. Según contó la menor, regresaba de trabajar (ese día fue a cubrir a su hermana al empleo), y se encontraba en la parada de colectivo. Allí fue abordada por este sujeto, que se desplazaba en una moto tipo chopera. Este desconocido le ofreció un trabajo de niñera. Le dijo que su esposa estaba embarazada y necesitaba quien cuide a los chicos. La chica le dijo que quería trabajar y este aprovechó para invitarla a conocer la casa y supuestamente hablar con la esposa. Le dijo que suba a la moto que la llevaría y la chica accedió. El depravado la llevó a una casa abandonada en las afueras de la ciudad. Una vez allí la violó salvajemente e incluso intentó matarla, ya que según contó la joven, le pisó el cuello con el borceguí que llevaba hasta desmayarla, según comentaron fuentes cercanas a la investigación. El desvanecimiento le salvó la vida. Es que el violador creyó que la había matado y se fue de la casa abandonada. Desorientada y herida, caminó por el medio de la ruta pidiendo auxilio y luego la socorrieron. Fue gracias a un identikit de la víctima que la Policía misionera dio con el “Monstruo de La Plata”, quien estaba residiendo en la casa de una hermana en Apóstoles.





Discussion about this post