POSADAS. El único detenido por el crimen de un joven de 22 años, perpetrado el 30 de octubre pasado en el Parque de la Ciudad, al término de un festival de doma y folcklore, confesó la autoría material del hecho pero aclaró que lo hizo en defensa propia, en medio de un duelo a punta de facón, de vida o muerte.Sin embargo, la Justicia no pareció muy convencida de esta versión de la historia y la situación procesal del único detenido e imputado, Avelino Ayala, asoma más comprometida que antes.Fuentes de la causa señalaron que su procesamiento, por el supuesto delito de homicidio simple, es prácticamente un hecho.El hecho ocurrió el 30 de octubre pasado, ya en horas de la noche, en inmediaciones del camino que, antiguamente, conducía al aeroparque de Posadas.La víctima fatal fue identificada como Leonardo Quiróz (22), un muchacho diez años menor que su verdugo.Entre otras cuestiones, la Justicia no encontró rasgos de verosimilitud en la versión del duelo a muerte porque no encontró ningún facón en poder de Quiróz.Si bien es indudable que hubo un enfrentamiento, los investigadores creen que el muchacho más joven no llevaba arma blanca sino una guacha o rebenque con que enfrentó a Ayala.En medio de la contienda, Quiróz sufrió tres cuchilladas: en la pierna y en el brazo, pero la mortal ingresó a la altura del pecho. “Atravesó el corazón”, señaló uno de los investigadores asignados al caso.El enfrentamiento, “a muerte”, como indicó Ayala, se produjo ante los ojos de la hija de este hombre, una pequeña de doce que iba a caballo con él.Justamente, montado al equino intentó escapar, pero un móvil de la Policía Aeronáutica lo interceptó a la altura del acceso Oeste de Posadas. A partir de ese instante quedó detenido y al parecer, así seguirá por un buen tiempo. La teoría del imputadoAvelino Ayala habría dicho en sede judicial que todo comenzó con un primer incidente con el padre de Leonardo Quiróz, dentro del predio donde se llevaba a cabo el festival de doma y folcklore.Pero que fue el hijo quien tomó la parada y lo siguió, a caballo, una vez que él se había retirado del lugar.Siempre al decir de su versión, lo alcanzó a unos 1200 metros y desafió a batirse a duelo de cuchillo.Entonces Ayala, pese a que estaba acompañado por su hija de doce años, aceptó el reto y bajó del equino. El final es conocido.Así fue como, en su versión, habrían ocurrido los hechos. Sin embargo, la Justicia no pareció darle mucha verosimilitud.





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