POSADAS. La oscura y hostil trama que se esconde detrás de la distribución de las dádivas políticas comenzó a desnudarse ayer en el Tribunal Penal 2 de Posadas, donde se inició el juicio oral y público contra el puntero acusado de asesinar a otro de un puntazo en el corazón, en la previa a las elecciones municipales y provinciales del año pasado.En el banquillo está Luis Oscar Payal (36), ex empleado de la comuna posadeña y uno de los tantos “líderes barriales” que trabajaron en la campaña, acusado de ultimar de un puntazo en el corazón a José Alberto Rodríguez Dos Santos (35) en medio de un mitín político, el 25 de mayo de 2011 en Villa Cabello.El episodio conmocionó a la provincia e incluso alcanzó repercusión en distintos medios nacionales. En poco tiempo, el acusado fue procesado y ayer comenzó a develarse su participación en el sangriento hecho que deja al descubierto el trasfondo del clientelismo político.Feriado sangrientoEl caso ocurrió cerca de las 17.30 de aquel feriado patrio en la chacra 139 de Villa Cabello, al oeste de la capital provincial, en inmediaciones de Blas Parera y calle 143.En una vivienda, a cincuenta metros de la avenida, un grupo de punteros políticos que respondían al candidato a concejal Carlos Martinotti -alineado con el oficialismo comunal- decidieron llevar adelante una “chocolateada” para los niños del barrio.Según consta en la investigación que realizó en su momento el magistrado Ricardo Balor, al frente del Juzgado de Instrucción 6, en determinado momento se presentó en el lugar Payal, presuntamente alcoholizado, quien inició una discusión con otro puntero apodado “Caballo”, todos empleados de Obras Públicas de la comuna capitalina.Al parecer, Rodríguez Dos Santos intentó calmar los ánimos y fue en ese momento que el presunto autor del hecho le asestó un puntazo en el corazón que acabó con su vida cuando era trasladado en un automóvil particular hacia el Hospital René Favaloro.Ante la contundencia de las pruebas recolectadas en la instrucción, la fiscal Mabel Torrez solicitó la elevación de la causa a juicio a finales de agosto del año pasado. En tiempo récord, ayer finalmente comenzó el juicio oral y público en el que se intentará ventilar de manera fehaciente lo sucedido aquel día.Versiones cruzadasCerca de las 8.45 de ayer y acompañado por los jueces subrogantes Eduardo D’Orsaneo y Martín Errecaborde, el camarista Roque González, presidente del Tribunal Penal 2, dio inicio al esperado debate.El primero en tomar la palabra fue el acusado, defendido por el doctor Víctor Verón, quien aceptó la posibilidad de declarar y desplegó su coartada.“No estaba armado”, le dijo Payal a los jueces. El puntero negó la versión de testigos que en la instrucción aseguraron haberlo visto cerca del lugar del hecho al mediodía, alcoholizado, con un cuchillo y lanzando amenazas: “no le tengo miedo a nadie, con esto voy a bajar a unos cuantos”.En cambio, el acusado reconoció que por la tarde fue hasta la “chocolateada” y compró una cerveza en un kiosco de la zona. “Entonces se me acercó Martinotti y me dijo que me vaya, que estaba muy en pedo”, relató. Después, como está probado en el expediente, tuvo una discusión con “Caballo” hasta que la víctima se acercó a separar.De la investigación surge que Rodríguez Dos Santos intentó correr a Payal, pero cayó al piso. Entonces, según un nutrido grupo de testigos, el acusado le asestó un puntazo en el pecho que resultó fatal.“Todos los punteros están armados”, reconoció en una frase que desnuda una cruda realidad, aunque enseguida y ante la reflexión de la fiscal Liliana Picazo, dijo: “No uso armas, tengo criaturas”. De una u otra manera, el imputado continuó con su relato y dijo que Rodríguez Dos Santos lo atacó con un palo, que sufrió varios golpes y que después huyó de la escena en motocicleta. Después de atrincherarse en la casa de un familiar y rodeado por la Policía, decidió entregarse.Trasfondo políticoMás allá de la declaración del imputado sobre el hecho, relato que pareciera no haber resultado del todo convincente para el tribunal, esas palabras vinieron a desnudar toda una trama detrás del clientelismo político que encuentra su punto de máxima expresión en cada campaña proselitista.Tal como lo reflejaba meses atrás la serie de televisión “El Puntero”, el acusado reconoció: “Yo era gente de choque”. Lo dijo poco tiempo después de asegurar que “todos los punteros andan armados”, en una mezcla de frases que demuestran como el poder político se aprovecha de las necesidades para construir estructuras de fuerza.En otro tramo de la declaración, Payal aseguró que había “mala onda” con otros punteros “porque yo le daba más a mi gente, más vales de combustible, mercadería, colchones y todo eso”, en referencia a la distribución de las dádivas que, en muchos casos, podía generar el rencor entre “los 15 o 16 punteros que trabajábamos en la misma línea”.El debate continuará hoy con el testimonio de varios testigos, varios de los cuales son considerados claves para la resolución del hecho. AntecedentesAl ser consultado por los jueces, sobre antecedentes penales, antes de su declaración, el acusado titubeó.Desde la Secretaría del Tribunal Penal 2 accedieron al Registro Nacional de Reincidencia y descubrieron que el hombre tiene dos causas anteriores.La primera es por un hecho caratulado como “daños y amenazas”, que siguió su proceso hasta que el imputado aceptó ser sometido a un juicio a prueba, en fecha que no se conoció.La otra causa que surgió de la consulta tiene que ver con tenencia de estupefacientes, que se tramitó ante la Justicia Federal de Posadas. El acusado contó que sucedió una vez que iba a la Municipalidad y que le encontraron marihuana en la mochila.Según se informó ayer, el caso es de diciembre de 2008 y Payal también aceptó un juicio a prueba, a cambio de realizar tareas comunitarias en un comedor. Desde el TP 2 informaron que nunca las cumplió.





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