BUENOS AIRES (NA). El testigo Enrique Alfonso Severo, quien el jueves debía declarar en el juicio por el asesinato de Mariano Ferreyra, apareció en Gerli, partido de Avellaneda, muy cerca de su domicilio y denunció -horas más tarde- que fue secuestrado y amenazado, aunque aludió a que el mensaje no era para él, sino para la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.Severo fue hallado minutos después de las 22, con sus manos atadas con precintos, descalzo y con signos de haber sido golpeado por sus captores.Fue encontrado por un trabajador de Diario Popular, quien le cortó los precintos, lo hizo entrar a su casa, lo asistió y llamó a la Policía y a la familia de Alfonso. Luego fue trasladado hasta el Hospital Finochietto, en ese partido del sur del conurbano bonaerense. “Está muy golpeado y shockeado”, relató poco después de conocerse la noticia su hijo Gastón Severo, desde el centro médico. Intervienen los fiscales Elvio Laborde y Alejandro Rojas.El hombre, de 54 años, era intensamente buscado por la Policía Bonaerense, en medio de la gran repercusión que había causado su desaparición el miércoles por la noche, cuando se dirigía a visitar a su nieto.Tras la denuncia de Gastón Severo la Policía Bonaerense informó que halló su auto. El Renault Clío cinco puertas, color negro, con patente HSA137 fue encontrado en el partido de Avellaneda, cerca de su vivienda. Los investigadores buscaron pistas en el vehículo y hallaron: cuatro huellas dactilares; un documento personal de Severo; dinero y un medicamento. Además advirtieron que la llave del coche estaba puesta. DeclaraciónTras su reaparición, Severo prestó testimonio durante seis horas ante la Fiscalía Número 3 de Avellaneda. “Estuve secuestrado las 24 horas dentro de una furgoneta”, indicó. “Me dijeron que me dejara de joder con el ferrocarril, que no iba a volver y que ni la Policía, los Derechos Humanos ni la Presidenta me iban a salvar”, fueron parte del testimonio.Contó que dos hombres armados lo secuestraron, lo metieron dentro de una furgoneta, “anduvieron durante veinte minutos” y luego se detuvo. Finalmente, anoche lo liberaron en la zona de Gerli con sus manos atadas con precintos, descalzo y con signos de haber sido golpeado.Más temprano, y al salir a las 8 de su domicilio, custodiado por personal de la Policía Bonaerense, Severo llegó a decir en medio de un tumulto de periodistas, camarógrafos y fotógrafos que no sabía quiénes eran los responsables de su supuesto secuestro.“Voy a declarar, voy a contar todo (…) no tengo miedo”, aseguró antes de ingresar al auto que lo trasladó a la dependencia pública.Severo ratificó que “el mensaje fue para la presidenta Cristina Kirchner” y al ser consultado sobre si tenía previsto reunirse con la mandataria, afirmó: “Si ella quiere juntarse conmigo, yo no tengo ningún problema”.El hombre ratificó que declarará en el juicio que se le sigue a dirigentes de la Unión Ferroviaria por la muerte de Ferreyra el 20 de octubre de 2010.En tanto, el ministro de Justicia, Julio Alak, adelantó que el Gobierno Nacional investigará las “gravísimas” denuncias que realizó públicamente Severo. Alak agradeció además “la información que proporcionó la víctima” y expresó su satisfacción por la aparición con vida del testigo del Caso Ferreyra.“Quiero agradecer la aclaración pública de Severo de que él no había solicitado ingresar al programa de protección de testigos. A ese programa solamente se puede acceder si lo pide la Justicia”, explicó Alak.





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