POSADAS. El gobierno de Closs demoró demasiado la puesta en marcha de un plan para pagar las horas extra al personal policial, generando malestar entre los uniformados que ayer amenazaron con volver a las protestas. Aprovechando un contexto favorable, con reclamos de fuerzas de seguridad en todo el país, los policías misioneros le entregaron al jefe, Héctor Munaretto, un proyecto de decreto para comenzar a pagar horas extra desde el mes de noviembre, contemplando un presupuesto anual máximo de 140 millones de pesos.De acuerdo al acta firmada en febrero, y que ayudó a levantar el duro acuartelamiento, el Gobierno tenía que haber implementado el pago de las horas extra desde el mes de julio.Al cierre de esta edición, más de cien efectivos se concentraron frente a la Jefatura esperando la respuesta del jefe. Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, el ministro de Gobierno, Jorge Franco, estaba al tanto de los números y había dado el visto bueno; en tanto que Closs había asistido a primera hora de la noche a la Fiesta de la Orquídea en Montecarlo y se demoraba la firma del decreto, que en general no tendría objeción.El tema horas extras había sido uno de los puntos principales que dispararon el acuartelamiento. En Posadas, los policías realizan guardias de 12 horas por 24 de descanso; mientras que en el interior las guardias son de 24 por 24. El proyecto impulsado por los uniformados establece que luego de las ocho horas de guardia se paguen horas extra. Es de carácter “inclusivo”, es decir, faculta a que todos aquellos que estén en posibilidades de realizar horas extras puedan hacerlo, con la única limitación de no superar 48 horas mensuales (como cualquier trabajador del país), pero aclarando que los que excedan estas horas deberán recibir franco compensatorio en la primer quincena del mes siguiente.Otros reclamosEn la movida también se aprovechó para reclamar por el rescate de deuda, una propuesta que surgió del mismo Gobierno para destrabar el acuartelamiento pero que tampoco se cumplió. En este caso era responsabilidad del presidente del IPLyC, Eduardo “Balero” Torres, pero según explicaron los policías “pasaron ocho meses y no rescataron a nadie. El señor Torres no tuvo voluntad de avanzar”.Por la tarde de ayer trascendió extraoficialmente que el Gobierno firmó un acuerdo con dos bancos para refinanciar deudas de unos 400 policías provinciales, asumiendo el Estado el costo de los intereses.Los impulsores del reclamo también pusieron al tanto al jefe Munaretto el creciente malestar en las filas por los continuos traslados que ordena el subjefe, Omar Amarilla, incluso sobre los delegados del interior; que son interpretados como castigos por el acuartelamiento de febrero. Disidentes de la Mesa de DiálogoAyer varios policías dijeron a PRIMERA EDICIÓN que tanto ellos como colegas de distintos puntos de la provincia comenzaron a hacer circular un petitorio mucho más amplio, por fuera de la Mesa de Diálogo, y cargaron duramente contra quienes pertenecen a la misma.Hasta llegaron a advertir que de no adoptarse una posición “más firme” frente a las autoridades provinciales para que se cumplan los reclamos de los efectivos de la fuerza de seguridad, volverían las manifestaciones de manera espontánea.Bajo el anonimato, denunciaron que hubo “traslados de castigo” para varios de sus compañeros que fueron parte de la histórica protesta pasada, especialmente los que formaban parte de comisarías de grandes ciudades, pasados a zonas lejanas y más rurales con lo que implica el movimiento de toda una familia con niños. “Nos sigue molestando que nos paguen 60 a 70 pesos como Riesgo de Vida y ver cómo un compañero murió en San José y estaba a punto de jubilarse. Las balas que tenemos son de 1997 y las más nuevas de 2007. Y si vamos a un enfrentamiento no tenemos chalecos antibalas. Y se pinchan las cubiertas de los móviles y tenemos que ir a pedir de favor que nos arreglen en alguna gomería porque no nos dan ni siquiera fondos para eso”, narraron los efectivos.“Ver que en el recibo de sueldo hay una suma importante que nos pagan en negro y cuando llega el aguinaldo no nos alcanza para nada. En la Navidad pasada tuve que salir a pedir 50 pesos porque no teníamos ni para comer. Esas cosas nos llevan a exigirle a los que están en la Mesa de Diálogo que se definan: ¿representan estas demandas que el Gobierno no resolvió? O siguen mirando para un costado, vaya a saber por qué, mientras nos reagrupamos para defender nuestros derechos”, advirtió.





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