BUENOS AIRES (NA-Infobae). El ministro de Trabajo, Carlos Tomada, consideró que es “lamentable” la división del sindicalismo y dijo que el Gobierno ve “con mucha preocupación” esa fragmentación.En ese sentido, responsabilizó por el quiebre al jefe de la CGT, Hugo Moyano, por la “confrontación que afectó el proceso dirigencial”Tomada respaldó de esa forma el surgimiento de una nueva central gremial afín al kirchnerismo, que el miércoles elegirá a sus propias autoridades, posiblemente con el metalúrgico Antonio Caló como líder.“Lo que va pasar esta semana es un ícono más en la medida que sea convocante, que pueda llegar a ser una CGT mayoritaria, porque como se llega al proceso es de alguna manera lamentable”, aseguró el funcionario.A su entender, “uno de los elementos” que indujeron a la división “es la confrontación casi producida por el secretario general de la CGT y esta confrontación también afectó el proceso dirigencial”.“Observando esto, uno no puede hacerse el desentendido”, subrayó Tomada en declaraciones a radio Brisas.“Miramos con mucha preocupación este proceso porque estamos convencidos en poder contar con un movimiento obrero unido”, agregó.Según Tomada, en el país “se está viviendo un proceso muy fuerte de unidad incluso de gremios de distintos orígenes”. “Hay un gran proceso de unidad acá en la Argentina mientras se produce esta subdivisión al mismo tiempo se viene conformando grandes confederaciones y a partir de esta semana podemos pensar en una reconfiguración”, añadió en diálogo con radio Brisas.Además, aclaró que “quienes no integren la nueva CGT también serán bien recibidos” en su ministerio en cuanto a situaciones laborales. “Eso no va a ser un problema, el Ministerio de Trabajo ha sido siempre un espacio abierto a todas las organizaciones sindicales sean de la CGT o de la CTA”, acotó.“Hemos atravesado muchos conflictos donde la tensión del capital y trabajo es algo cotidiano y nosotros hemos recibido organizaciones sociales de distintos sectores”, concluyó.Caló o un triunvirato La CGT antimoyanista elegirá el miércoles próximo a sus autoridades, aunque sus integrantes siguen enfrascados en una discusión sobre si la conducción será unipersonal o colegiada.A partir de estos comicios, la CGT quedará formalmente dividida en dos, por un lado, la que integrarán los denominados “Gordos” y sectores de los “independientes”, y por el otro la que encabeza el líder camionero, Hugo Moyano.En cuanto a la conducción de la nueva central, el líder de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), Antonio Caló, aparece como el principal candidato a presidirla.De todas maneras, el metalúrgico todavía no tiene asegurado el apoyo de la mayoría para ser elegido y no se descarta una conducción tripartita o incluso hasta con un cuarto integrante sindical.En caso de un triunvirato, se habla de que estaría conformado por Caló, Héctor Daer (Sanidad) y Andrés Rodríguez (UPC).Tampoco se descarta la posibilidad de que el líder de los taxistas , Omar Viviani, sea el cuarto integrante en la conducción. El armado de la “CGT Alsina”Integran esta fracción cegetista unos 91 sindicatos, entre ellos los estatales de UPCN, los obreros de la Uocra, los metalúrgicos de la UOM, Luz y Fuerza, comercio, los taxistas.Con esta nueva conducción, el mapa gremial quedará conformado por tres CGT y otras dos centrales sindicales.Se trata de la CGT Balcarce, afín al Gobierno; la CGT Azpopardo, del camionero Hugo Moyano, y la CGT Azul y Blanca, que encabeza el gastronómico Luis Barrionuevo.Además, están las dos facciones de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), una con la conducción del oficialista Hugo Yasky y la otra presidida por Pablo Micheli, en la vereda opuesta.Por otro lado, en la jornada del próximo miércoles la CGT de Moyano y la CTA de Micheli, se movilizarán juntos a la Plaza de Mayo, para mostrar fuerzas y hacer visibles sus reclamos. Empresarios advierten sobre la separación sindical(Infobae). Cuando el miércoles quede constituida formalmente la CGT Alsina, el movimiento obrero argentino tendrá cinco representaciones, una división inédita en la historia gremial de la Argentina.Ante ese escenario, desde el empresariado afirmaron que dicha fragmentación no beneficia la capacidad de negociación entre sectores, pese a la visión de algunos empresarios.“Los que nos conviene es un interlocutor claro y nítido. Es importante tener interlocución y para eso hay que tener representatividad. Los fenómenos de elevada fragmentación pueden tender a erosionar la representatividad. Tiene que haber una interlocución con alguien lo suficientemente representativo para expresar la voluntad de los trabajadores”, sostuvo Daniel Funes de Rioja, presidente de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL).En declaraciones a un matutino porteño afirmó: “Importa que entiendan que tenemos la misma realidad. En el mundo hay más pluralismo que unicidad sindical. Hoy acá hay cinco polos sindicales. Está por dirimirse cuál será la central más representativa. Si es Moyano porque ya estaba y la tiene o son los otros sectores”.José Ignacio de Mendiguren, presidente de la Unión Industrial Argentina, se manifestó en favor de un sindicalismo unificado: “El eje está en el diálogo tripartito, especialmente ahora cuando, en el marco de la crisis internacional, se desarrollan procesos como los indignados o la situación en el norte de África que van más rápido que los dirigentes”.En tanto, Marcelo Fernández, presidente de CGERA, indicó que “la fractura dificulta una visión única. Tener posiciones diferentes por protagonismo político impide definir las necesidades de los sectores”.





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