POSADAS. Desde febrero y hasta la semana pasada Misiones notificó 398 casos sospechosos de Influenza A y envió estas muestras para su posterior confirmación al Instituto Malbrán, según confirmó el director provincial de Epidemiología, Julio Roberto Estévez, a PRIMERA EDICIÓN. No todos estos pacientes dieron positivo para “Influenza A” en las pruebas de laboratorios realizadas en la provincia, pero fueron incluidos en el paquete de “casos sospechosos” por nexo epidemiológico (estuvieron en contacto con un paciente diagnosticado con Gripe A) y sintomatología clínica de esta enfermedad infecciosa. Sin embargo, hasta la fecha, el Instituto Malbrán no confirmó ninguno de estos 398 casos de Influenza A con nombre y apellido (tipo y cepa): Gripe A H1N1. En el plano de la salud pública y control epidemiológico, la demora en los resultados por parte del Instituto Malbrán no tiene ninguna implicancia pues, según aseguran desde el Ministerio de Salud Pública, estos pacientes fueron tratados como si tuvieran diagnóstico confirmatorio: se les dio el antiviral y se les suministró un tratamiento para combatir los síntomas característicos, fiebre, tos, dolor de cabeza, decaimiento, dificultad respiratoria. Cuando falta informaciónA nivel comunicativo, las implicancias son importantes porque nadie puede poner nombre a lo que ocurre en el momento que está ocurriendo. El desconcierto es grande entre los funcionarios que carecen de la información que los medios de comunicación reclaman para poder informar adecuadamente a la sociedad. La falta de información precisa alimenta el miedo de la población y la sensación de que se oculta la verdad por cuestiones políticas o turísticas. Y a ningún padre (como fue el caso de Ignacio Alfonso, papá del policía fallecido) que acaba de perder un hijo por una enfermedad que comenzó como una simple gripe se le puede pedir que espere dos o tres meses para saber con certeza el nombre científico de la enfermedad que mató a su ser querido. Si el médico dijo “Gripe A”, sea de la cepa H1N1 u otra de las menos famosas por estar dentro del catálogo de “la gripe común”, la familia no tiene porqué cuidar el vocabulario científico. Pero el virus de la gripe A H1N1 vino para quedarse… quizás en los próximos brotes se logre agilizar el sistema de detección, tratamiento, diagnóstico y confirmación de los casos. Al ser consultado Estévez sobre las razones de la demora en recibir los resultados del Malbrán, el funcionario recordó que ese instituto procesa estas muestras enviadas desde todo el país “y no hace sólo H1N1, es un hospital referencial para muchas patologías del país y del conosur”. Fallas en el sistema de notificación Otra problema aún no resuelta es el de notificación de los casos sospechosos de Influenza A (y otras enfermedades cuya denuncia es obligatoria) que se atienden en el sector privado de la salud. Por ley, el médico tratante está obligado a denunciar a las autoridades epidemiológicas cuando un paciente tiene síntomas sospechosos de Influenza A a fin de agilizar la toma de muestras para enviarlas al Malbrán. “A los médicos les falta formación epidemiológica, recién hace unos años se incorporó esta temática en la formación de los médicos. Los que más criterios epidemiológicos tienen son los pediatras, ellos deben escuchar a las madres porque sus pacientes -por su corta edad- no siempre pueden explicar lo que sienten, si su hermanito tiene los mismos síntomas o estuvo con otra persona con determinado cuadro. Es decir, realiza una investigación epidemiológica intuitiva o formativa. El sistema de notificación es una debilidad en casi todo el país, Rosario es una de las pocas ciudades con un sistema de notificación y denuncia epidemiológica muy bien organizado entre el sistema público y privado. En Misiones, todavía nos falta mucho”, admitió el director de Epidemiología. Más allá de estas falencias sin resolver, Misiones (y el país) no registró hasta el momento una gran cantidad de afectados por gripe A y, consecuentemente, la mortalidad por esta causa no se puede comparar a la letalidad que tuvo el virus en Brasil y Paraguay. Argentina, a diferencia de sus vecinos, vacunó masivamente contra la gripe.





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