POSADAS. Vive con sus padres en Villa María, provincia de Córdoba. Asiste regularmente a sus clases de ingeniería electrónica a la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Un comentario de un docente de cátedra fue el puntapié de un prototipo que podría ayudar a incentivar el consumo de mates en lugares públicos y de mucha afluencia de público. Así comenzó el trabajo del estudiante Marcelo Coppari, de 22 años, que plasmó su paso por Misiones con una foto suya en las Cataratas del Iguazú que se exhibe en su Facebook.En su familia, dedicados todos al trabajo agropecuario, nadie tuvo la iniciativa de estudiar ingeniería. El paso de Marcelo por las aulas de la UTN Villa María, será recordada hasta que produzca otro invento, por el “cebador automático de mates” que ya se utiliza en esa unidad académica.En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Coppari contó detalles de su trabajo académico que ya tiene varios pedidos de reproducción, pero que el joven asegura se realizarán bajo la prioridad de terminar los estudios universitarios. Hasta el momento, este diario dio a conocer prototipos dedicados a el expendió de agua, yerba mate en forma automática. Pero la propuesta del joven cordobés, es que una sola máquina pueda cebar hasta siete mates en forma simultánea, sin importar que los consumidores elijan sabor amargo o dulce. El usuario sólo debe colocar el mate sin contenido, ya que el aparato se encarga de colocar la yerba, el endulzante que se elija y el agua con la temperatura justa. Quienes se ufanan de ser buenos cebadores de mate, siguen casi una ceremonia para iniciar cada cebada. La maquina diseñada también tiene en el menú automático un botón destinado al “primer mate”.Sobre la cadena productiva de la yerba mate, dijo que “lo poco que conozco de la yerba mate, es lo que me explicaron en julio cuando visité Misiones. Fuimos al establecimiento Las Marías. Ahí me interioricé bastante sobre el procedimiento de la yerba mate que no lo conocía”.Artesanía codiciadaMarcelo debió aplicar elementos usados y lo que fue encontrando en lugares de muchos conocidos para empezar a desarrollar la cebadora. El trabajo artesanal, hoy se convirtió en una novedad nacional, con futuro comercial de dimensiones impensadas, que Coppari aún no termina de comprender.“El proyecto nace como una necesidad. Muchas personas a veces nos encontramos trabajando o estudiando o realizando demás actividades, en las que se nos complica el tema del cuidado del mate, resulta una incomodidad. Y muchas veces dejamos de tomar mate por ese motivo. Por ejemplo yo tengo un taller de electrónica y me resulta incómodo preparar el mate, estar cebándome el mate, calentar el agua y demás. Entonces, teniendo la máquina al lado de uno, coloca el mate, presiona el botón y se ceba nuevamente. Se hace mucho más práctico el tema. Nació para suplir esa necesidad”, explicó Marcelo a este diario, telefónicamente desde Villa María.Según el estudiante, la máquina “puede estar trabajando con hasta siete mates al mismo tiempo. El prototipo que yo hice, se hizo pensando para trabajar en un lugar público. Por un requerimiento de la cátedra donde yo lo presenté en la facultad, me sugirieron que lo diseñara con tal fin: trabajar en lugar público y recaudar dinero, por eso trabaja con fichas y es capaz de hacerlo con hasta siete mates a la vez. Esto no significa que cebe los siete al mismo tiempo. Sin embargo, puede haber hasta siete grupos de personas con distintos mates, y cuando cada cual coloque su mate en la base de la máquina, ésta la detecta de manera individual. Yo puedo estar tomado mate amargo y usted uno dulce. Cuando yo coloque mi mate en la máquina, automáticamente me detecta como amargo y me ceba amargo. Cuando coloque el suyo, lo detecta como dulce y le ceba dulce”, destacó. En la invención, se tuvo en cuenta hasta la cuestión de las fichas que habilitan el consumo según los gustos de los materos: “Lo mismo sucede con las fichas y los créditos. Cada ficha habilita a una persona para tomar hasta cinco mates. Dado que la máquina puede identificar a cada mate por separado, es capaz de llevar la cuenta de los créditos de cada mate en forma individual”, detalló el joven cordobés.Por ahora, uso internoCoppari contó que su invento hoy “está funcionando en el laboratorio de electrónica, lo estamos usando todos los que vamos allí. Sin embargo, no está en el objetivo recaudar dinero. Está a prueba y está funcionando libremente”. El futuro ingeniero, sin embargo, no puede patentar la máquina: “El tema invento, para que pueda ser considerado así, debemos estar hablando de una innovación absoluta. Si bien hasta hace algunos días, no conocía un prototipo similar, ahora cuando inicié los trámites de patente, me topé con que se han producido modelos similares no de iguales características, sino similares. Por lo tanto, no lo puedo patentar porque no es innovación absoluta, se considera como una mejora. Sin embargo, no lo he pensado de esa forma”.Por ahora, la trascendencia de la novedosa máquina, lo incentiva a buscar otros modelos: “Yo mismo me he sorprendido de la trascendencia que tuvo. No me lo hubiera imaginado. Si bien no puedo patentar el producto, estoy pensando en producir algún modelo comercial. Pero, hay varias cosas que quiero cambiarle al prototipo y estoy en proceso de diseño y desarrollo de otro modelo”.Seis meses para armarMarcelo recuerda que en seis meses, una idea se convirtió en firme realidad. “Idearlo y verlo funcionando me ha llevado seis meses de desarrollo. Lo comencé en julio del año pasado. En realidad, todo parte con la broma de un profesor, estábamos en el curso y el ingeniero, muy matero por supuesto dice: “me gustaría tener una máquina que nos cebe mate acá en el aula mientras nos encontramos estudiando y dando clases”. Ahí capto esa necesidad. Estaba pensando en un proyecto para otra materia que tenia que presentar en diciembre, así que de inmediato me puse en campaña, hice el diseño, la posterior implementación y en diciembre lo tuve funcionando”.Al menos, el esfuerzo, tuvo su recompensa académica: “Me saqué un 10, me dio muy bien”.Finalmente, Coppari reveló que ha tenido múltiples pedido, pero su prioridad es el estudio: “He tenido mucha gente que me ha dicho: quiero una para poner en mi mesita de luz; quiero una para la oficina o mi negocio… mucha gente se ha interesado en la cuestión. Eso me ha incentivado para desarrollar otros modelos. Por ahora, el estudio primero. En mi tiempo libre, prosigo con el desarroll
o y veo qué puedo hacer. Primero, para mí, esta el estudio. Quiero recibirme de ingeniero. Y como hobby me dedicaré a eso”.Para finalizar, contó que le faltan “unas 20 materias para rendir. Sin embargo, en julio del año que viene terminaré el cursado y después me dedicaré a rendir materias”. Y que “Por el momento ninguna empresa me ha buscado ni se ha comunicado conmigo”.





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