POSADAS. El accidente que protagonizó en pleno centro de El Soberbio un camión cargado con soja disparó el debate viejo, pero siempre vigente: lo caliente de la frontera en esa parte de Misiones. El Soberbio limita con el Brasil, separado por un “permeable” río Uruguay. Está habilitado un paso vecinal fronterizo y para utilizarlo hay que hacerlo con una lancha. La Aduana no está habilitada para el tráfico de mercadería, sino de personas y vehículos chicos.Sin embargo, los pobladores de la zona saben que es “fácil cruzar mercaderías de todo tipo” de un lado al otro del río, pero no por el puerto sino por los lugares clandestinos.En las últimas semanas se notó que por el centro de esa localidad fronteriza, “pasaban camiones cargados que bajaban hacia el río y luego desviaban hacia el sur por la ruta costera 2”, contaron pobladores que pidieron reserva de su identidad. Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, por día llegarían entre cinco y diez camiones con más de veinte mil kilos de soja cada uno, hasta un punto determinado de la zona fronteriza y descargarían en territorio argentino. Luego, en horas nocturnas, pasarían la mercadería con canoas y lanchas hacia el Brasil.El Soberbio cuenta con no más de 20 gendarmes que deben patrullar 90 kilómetros de fronteras. No tienen equipamientos sofisticados, sino que lo hacen en vehículos terrestres y por la ruta, cuatriciclos por los montes y lancha o gomón por el río. La mayor cantidad de kilómetros se deben patrullar en zona selvática de muy difícil acceso.Lo llamativo es que los camiones llegarían a El Soberbio por la ruta provincial 13 y luego tomarían hacia el sur por la costera. Para realizar ese recorrido deben pasar frente al destacamento de la Gendarmería y la comisaría local.El flujo comercial ilegal dependería de las dos economías nacionales. Si el cambio favorece a los argentinos, el contrabando se daría del Brasil hacia la Argentina; mientras que si el cambio favorece a los brasileños, las lanchas llevarían las cosas hacia el vecino país.En varias oportunidades este diario denunció el contrabando de tabaco de la Argentina hacia Brasil. Pero el contrabando también se concretaría con mercaderías comestibles, muebles, animales vacunos vivos, ahora soja a granel y también cigarrillos que llevan desde el Paraguay y cruzan toda la provincia. Sin contar drogas que harían el mismo recorrido con destino a las costas del sur de Brasil.Para los lugareños el paso ilegal de mercaderías es normal, “acá se pasa más por los puertos ‘capibaras’ (ilegales) como los conocemos entre nosotros, que por el puerto donde están las autoridades”, dijo un poblador.La soja que se lleva al Brasil sería proveniente de la zona cerealera del norte de Santa Fe y Chaco. Según detalles que dieron pobladores a este medio, sería al menos de “procedencia dudosa” y el costo pagado en origen sería de un peso con veinte; mientras que, puesto al otro lado del río Uruguay, ascendería a tres pesos con treinta centavos por kilo. También hay soja que se compraría en la provincia y se contrabandearía, pero en mucho menor volumen.En la zona fronteriza al norte de El Soberbio entre esa localidad y los Saltos del Moconá, los colonos siembran soja y comercializan con los comerciantes del Brasil, pero el volumen que se maneja es de mil hasta cinco mil kilos por colono y lo cambian por alimentos, ropas, muebles y herramientas.





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