TOBUNA, EL POLVORÍN Y SANTA ROSA (Sergio Alvez y Juan Carlos Marchak, enviados especiales). El suboficial Melciades Adán Fleitas es el responsable del destacamento policial de Tobuna, puesto que mantiene en soledad y haciéndose cargo de todos los gastos, sin contar con móvil y con la comisaría más cercana -la de San Pedro- a cuarenta kilómetros de distancia. Desde hace dos años, cuando falleció Cristian Javier Ramos, encargado de destacamento del Paraje Cruce Caballero- al recibir un disparo de arma de fuego en la zona abdominal- el suboficial Fleitas es el único personal policial con el que cuentan las poblaciones de Tobuna, Cruce Caballero, El Polvorín, Santa Rosa de Lima y otros parajes aledaños. Despojado de recursos elementales y exponiendo constantemente su vida y la de su familia, hoy Fleitas decidió romper el silencio y dar a conocer su situación. La misma, por un lado expone la complejidad laboral de un trabajador policial casi abandonado a su suerte, y por otro lado refleja la desidia absoluta en materia de políticas de seguridad en estos parajes de San Pedro, donde hace tres años tuvo lugar el fatídico tornado que se cobró once vidas. PRIMERA EDICIÓN arribó hasta el destacamento y dialogó con Fleitas y vecinos de la zona, para conocer la situación de la seguridad en estas colonias. Un solo policía para más de 3 mil personasSegún las estimaciones oficiales, en Tobuna viven unas 700 personas, mientras que en Cruce Caballero tiene una población de 400 y entre El Polvorín, Santa Rosa y los pequeños parajes adyacentes suman unas dos mil personas. En total, cerca de 3 mil personas son las que debe atender el puesto policial de Tobuna, a cargo de Fleitas. “Mi jurisdicción abarca todos estos lugares hasta Irigoyen, hasta salir de la ruta, en total son 42 kilómetros. Es muy difícil, imagínense, para un solo policía, acudir a donde hay delitos, o disturbios, hacer oficios, tomar denuncias y exposiciones, hacer tareas preventivas, en fin, todo lo que representa la tarea policial. Se vuelve muy complicado hacer detenciones cuando así lo amerita el caso, siendo solo una persona. Trato de cumplir con todo lo que puedo y por suerte hay vecinos que son muy solidarios y colaboran a veces”, indicó Fleitas acerca de su labor cotidiana. Recursos ceroFleitas arribó al puesto de Tobuna hace cinco años. “Esto estaba todo abandonado. Tuve que desmalezar, pintar la sala porque estaba en malas condiciones, en fin, me hice cargo de adecuar el lugar. Al principio tenía un móvil, pero se averió y en este momento no cuento con móvil, debo usar mi automóvil personal y hacerme cargo del combustible”, indicó. Los gastos de movilidad no son el único costo que debe afrontar Fleitas, cuando se trata de erogaciones que deberían ser cubiertas por la institución policial. El suboficial se hace cargo de la limpieza, el mantenimiento y hasta de los cartuchos y las hojas de la impresora que utiliza para los trámites administrativos. “Todo lamentablemente debe salir de mi bolsillo, porque de otro modo no podría prestar el servicio como corresponde, y mi misión es atender a la gente como corresponde”, señaló. Población armada, delitos y amenazas, moneda corriente La zona de influencia del destacamento, se caracteriza por ser meramente rural, y con presencia de muchísimas personas oriundas del Brasil. “Acá la población, gran parte, está armada. Hay muchas armas entre los ciudadanos y se suceden delitos con frecuencia, de todo tipo”, comentó el suboficial. Entre estos delitos, se contabilizan desde homicidios, hasta robo de ganado, robos menores, agresiones con arma de fuego, abusos sexuales y hasta raptos de menores. “Acá suceden muchos delitos y la gente reclama seguridad. Es un reclamo constante, pero ¿cómo satisfacer esta demanda con una sola persona a cargo de la seguridad de pueblos enteros?”. En determinados procedimientos, Fleitas fue amenazado de muerte. Cuenta que “hubo ocasiones en que me tocó realizar detenciones y recibí amenazas de muerte. Este es un trabajo donde uno se expone al máximo, y lamentablemente todo puede pasar, como le pasó a nuestro compañero de Cruce Caballero hace dos años”. Solidaridad Limitado de recursos y herramientas, Fleitas encara su trabajo acompañado por la solidaridad de la gente. “Por suerte hay personas que entienden mi situación y colaboran. Muchas veces llevándome a algún lugar o dando una mano con las detenciones, ese tipo de solidaridad siempre está presente, pero no es lo adecuado ya que son simplemente civiles, aunque sin esa solidaridad todo sería aún más difícil”, señaló.Fleitas fue uno de los tantos héroes anónimos que tuvo el tornado de San Pedro ocurrido hace tres años. Al destacamento de Tobuna acudieron las primeras personas afectadas, y con su móvil particular el suboficial asistió a muchas familias, trasladó cuerpos sin vida, y realizó tareas de rescate en soledad, ya que los refuerzos policiales y la ambulancia estaban a cuarenta kilómetros de distancia. Cruce Caballero: asesinato y destacamento acéfaloEn septiembre de 2010, el agente Cristian Javier Ramos, encargado entonces del destacamento del Paraje Cruce Caballero -lindante a Tobuna- falleció al recibir un disparo de arma de fuego en la zona abdominal.El hecho ocurrió cuando el funcionario se encontraba de franco, participando de un evento futbolístico en la cancha del paraje, oportunidad en que los mismos participantes le dieron aviso de una gresca a un costado del campo. Ramos intervino a fin de calmar los ánimos, y en eso un sujeto le efectuó un disparo con arma de fuego. Fue trasladado al hospital local y posteriormente derivado al Samic de Eldorado, pero murió en camino. Tras este episodio, el destacamento de Cruce Caballero quedó acéfalo, no volvió a funcionar hasta ahora, lo que obliga a que toda esa población dependa ahora también del destacamento de Tobuna.





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