PUERTO RICO. La causa que investiga las circunstancias del robo de una tonelada de marihuana de la comisaría Primera de este municipio y el arresto de un oficial de la Policía de Misiones, con 123 kilos de esa sustancia, sumó un nuevo capítulo para el escándalo. Los investigadores detuvieron anoche al cómplice del uniformado, el hombre que al parecer hacía de contacto para la comercialización del estupefaciente que era sustraído de la citada dependencia policial.Fuentes consultadas por este diario indicaron que no es integrante de la fuerza de seguridad provincial, sino un civil que tendría antecedentes en el mundo del contrabando y el narcotráfico.Una versión que trascendió anoche, al cierre de esta edición, indicó que ambos serían parientes, aunque no fue confirmada por fuentes oficiales.El procedimiento que desembocó en la localización y captura de este nuevo sospechoso estuvo a cargo de la Policía de Misiones.Los detectives lo pusieron a disposición de la Justicia Federal de Eldorado, quizás presurosos porque este episodio se resuelva y termine de desdibujar la pálida imagen de la Unidad Regional IV.En la misma línea, trascendió que se trataría de un ex convicto que purgó condena por narcotráfico en la prisión de Devoto. Hace sólo cinco meses recuperó la libertad, indicaron los investigadores que intervinieron en el procedimiento. Según pudo establecer este diario, el hombre iba a ser trasladado anoche a la ciudad de Eldorado y conducido a los estrados del juez subrogante José Luis Casals.El escándalo se desató el lunes, en horas de la madrugada, cuando una patrulla de Prefectura Naval Argentina detuvo la marcha de un coche marca Fiat Palio blanco.El vehículo iba al mando del referido oficial de Policía. En su interior se encontraron 123 kilos de la especie cannabis sativa.El hombre que acompañaba al uniformado, que se supone es el mismo que la Policía detuvo anoche, logró escapar de la redada de la PNA.La investigación seguirá adelante porque los pesquisas están convencidos de que puede haber más cómplices dentro de la fuerza de seguridad provincial.En medio de un marcado hermetismo, se supo que al menos dos integrantes de la fuerza de seguridad provincial estarían en el centro de las sospechas y que habría novedades en las próximas horas.El escandaloso caso fue publicado en exclusiva por PRIMERA EDICIÓN. Al parecer, el oficial era investigado en forma encubierta hacía meses, pero jamás nadie pensó que la historia tendría semejante desenlace.Mal que le pese, la Jefatura de Policía decidió intervenir la dependencia policial donde estaba alojada la droga. Y está bien que así sea. Se trata de un episodio gravísimo que debe ser investigado hasta sus últimas consecuencias.Si se decidió desplazar del cargo al primero o al segundo, es un detalle que poco importa. Lo realmente significativo es esclarecer cómo se produjo la sustracción de los mil kilos de marihuana y quiénes fueron los responsables o partícipes.A eso debería apuntar la Jefatura, al menos si pretende actuar con transparencia y honestidad. El martes pasado, el oficial fue conducido a los estrados del Juzgado Federal de Eldorado. Allí se abstuvo de prestar declaración indagatoria, aunque se espera que cambie de parecer en las próximas horas.Se labran actuaciones con intervención del Juzgado Federal de la Capital del Trabajo, a cargo del magistrado José Luis Casals, concluyó el portavoz consultado por este diario. Nadie desconfiaba de élEl oficial detenido el lunes gozaba de buena reputación, indicó una fuente consultada. En otras palabras, la Policía no tenía la más leve sospecha de en qué andaba.Es más, el 13 de agosto pasado fue transferido al Comando Radioeléctrico de Puerto Rico para mejorar la imagen de la institución.Los investigadores están convencidos de que contó con ayuda para sacar una tonelada de marihuana de la comisaría Primera.La Jefatura ordenó a Asuntos Internos el inicio de las actuaciones administrativas. Obligadoa dar respuestasPRIMERA EDICIÓN publicó de manera exclusiva la detención del oficial con los 123 kilos de marihuana. El día de la captura, la Policía provincial no emitió ningún comunicado dando cuenta del procedimiento. Llamativamente, al día siguiente tampoco hubo voz oficial que brindara detalles de la marcha de la investigación. Hubo que esperar otras 24 horas para que alguien, en este caso el jefe de la fuerza, saliera a hablar. Pero en vez de explicar por qué sucedió esto, que desaparecieran casi mil kilos de marihuana que estaban en resguardo en la comisaría Primera de Puerto Rico y encima apresaran a un uniformado, desmintió que la repartición haya sido “intervenida”. ¿Cómo se llama entonces al hecho de desplazar a quienes estaban al frente de la repartición y disponer que otro uniformado tome el control? Esto es lo que sucede en la comisaría en cuestión, le guste o no a la cúpula policial el término intervención.Sobre el hecho puntual (y grave) de narco-corrupción, el titular de la Policía apenas esbozó unos tímidos conceptos y dio la sensación de que sólo lo hizo por la presión de la prensa y no por convicción.¿Cómo pudieron haber sacado semejante cantidad de marihuana de la repartición sin que nadie haya visto nada? ¿Cómo se cuidaba la droga que estaba en custodia? ¿Hay colegas cómplices del policía arrestado? ¿Por qué no dio a conocer lo sucedido apenas se conoció el caso? Como responsable de la institución y ante un episodio tan delicado, tiene la obligación de dar la cara. Y, sobre todo, respuestas.





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