POSADAS. “Toda nuestra investigación empezó el año pasado, cuando analizamos la presencia de larvas de Aedes aegipty -el mosquito transmisor del dengue- en recipientes que estaban en el patio de la escuela, tachitos, hasta tapitas de gaseosas que la gente tira”, señaló Natalia Castro (12), estudiante de 7º grado de la Escuela 106 de esta ciudad. El trabajo realizado junto a sus compañeros Aín Díaz (13) y Andrés Gayetán (12), y presentado en la Feria Provincial de Ciencias -el 24 de agosto en el Centro de Conocimiento- les valió el pasaporte a la Feria Internacional de Ciencias a realizarse en Foz do Iguazú, Brasil, en noviembre, donde también estarán presentes los otros 59 ganadores del provincial. Además, según deje establecido el orden de mérito que publicará en los próximos días el Programa Provincial de Actividades Científicas y Tecnológicas (ProPACyT), de ubicarse entre los diez primeros puestos, los jóvenes también presentarán su investigación en la feria Tecnópolis, ubicada en Villa Marteli, provincia de Buenos Aires.Punto de partidaEn base al trabajo realizado junto a la profesora Lilian Protel, a cargo del taller de Ciencias Naturales de la escuela en 2011, los estudiantes habían comprobado la presencia de larvas de mosquitos en primavera. Para esta nueva investigación arriesgaron otra hipótesis: que en la Escuela 106 no se encontraban mosquitos en otoño e invierno.A partir de mayo y bajo la tutoría de la docente, los jóvenes comenzaron a investigar al respecto y diseñar una estrategia para poner a prueba su hipótesis. “Teníamos que comprobar la presencia de huevos de los mosquitos, y para eso fabricamos ovitrampas, en base a un modelo sencillo que encontramos en un cuadernillo de la Municipalidad (de Posadas) fabricado con materiales descartables, como botellas de gaseosa cortadas y pintadas de negro que atraen a las hembras del mosquito a depositar sus huevos”, indicó Andrés, quien detalló que colocaron ocho trampas -debidamente rotuladas y numeradas- dentro de la escuela y siete en el patio. Fue en estas últimas donde comprobaron la presencia de huevos.“Fuimos a la dirección de Vigilancia (Epidemiológica) de la Municipalidad para hacer el conteo de huevos. En total eran 184”, agregó el joven. “La trampa que más huevos tenía era la que se ubica en la esquina del patio, donde se cruzan las dos avenidas, y tenía 84 huevos. Suponemos que había más porque tenían las condiciones (ambientales) más adecuadas”, agregó Natalia.“A partir de los resultados obtenidos pudimos comprobar que el Aedes aegipty se reproduce en otoño-invierno en la Escuela 106, entonces descartamos nuestra hipótesis inicial”, indicó Aín.Cambio de perspectivaQuienes ya son especialistas en diferenciar al Aedes aegipty de otros mosquitos que proliferan en la zona, señalaron que “la realización del trabajo nos re cambió el punto de vista, nos hicimos conscientes de la importancia de evitar que los mosquitos se reproduzcan, de usar repelente, evitar picaduras”. Asimismo, Natalia destacó que “el dengue es una enfermedad que no tiene cura y puede provocar la muerte”. En relación a la erradicación de criaderos, que en el patio de la escuela abundaban dado que los transeúntes que pasan por las veredas de las avenidas que circundan la escuela suelen tirar basura hacia dentro del predio, Portel indicó que “es un tema muy difícil de tratar porque la gente no tienen claro que un pequeño envase que junte agua puede ser un criadero de mosquitos, pero en la escuela lo hemos trabajado para que los niños sean responsables en ese sentido”.





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