POSADAS. Como si fuese una constante obligada en la labor deliberativa de este año en el Concejo Deliberante local, una y otra vez se repiten proyectos de ordenanzas sobre los cuales ya se legisló en años anteriores y que actualmente no se tienen presentes. Da la impresión de que para muchos de los integrantes del Gobierno municipal la historia haya comenzado con el arribo de ellos a la función pública o a un escaño en el colegiado comunal.Esto vuelve a demostrar la urgencia que requiere el abordar la elaboración del Digesto Jurídico Municipal, creado en 2011 por ordenanza 2.808, y que sigue demorándose innecesariamente, cuando está próxima a cumplir un año la designación de la Comisión Redactora y ya venció ese mismo plazo establecido en la norma que lo conformó.Temas ya legisladosUn claro ejemplo de esa repetitividad es lo que ocurre en la consideración de las iniciativas de concejales incorporadas en la última sesión del cuerpo, el jueves 29 de agosto. Sobre once proyectos de ordenanzas girados para su estudio a comisión ese día, al menos tres consideran temas que ya fueron legislados y se hallan en plena vigencia. Aunque, en beneficio de sus autores, podría decirse que en su aplicación son ignorados o no tenidos en cuenta, al menos en dos de esos casos.Es lo que sucede con la iniciativa de la concejal Laura Duarte (FR) para crear el Museo de la Memoria y Archivo Histórico de la ciudad (expediente 1.817-C-12), olvidando que ambas instituciones ya tienen entidad legislativa comunal y la última lleva más de quince años de pleno funcionamiento. La primera fue creada en 2004 mediante la ordenanza 1.183 y la segunda, es más antigua, de 1996 y a través de la ordenanza 139/96.A esa propuesta de Duarte se suma otra de su par Lucio Ramón Mariani (FR), quien plantea prohibir la venta o suministro de bebidas energizantes en los locales de diversión nocturna (expediente 1.819-C-12). Aunque no tuvo presente la vigencia de la ordenanza 1.345, sancionada en 2004, que expresamente prohíbe la venta de ese tipo de bebidas en cualquier local comercial que no sea una farmacia.El tercer caso es el de la iniciativa de Magdalena Solari (FR), que dispone la colocación de placas identificatorias y con una breve reseña histórica en los bienes declarados parte del patrimonio cultural de la ciudad (expediente 1.779-C-12). Eso mismo está contemplado en la ordenanza 2.790, sancionada en 2010, que además establece ese proceder para las calles, avenidas, paseos y plazas.Estos dos últimos casos, los proyectos de Mariani y Solari, evidencian además el incumplimiento por parte del Departamento Ejecutivo Municipal (DEM) de normas sancionadas años atrás y que, pese a haber sido promulgadas y publicadas, fueron completamente ignoradas; y, quizá, antes de una norma repetitiva lo que corresponde -y no fue contemplado por sus iniciadores- sería una comunicación advirtiendo al intendente de que esas normas están siendo ignoradas y exigiéndole que se ajuste a ellas.Avenida Isaco AbitbolA estos tres casos, con algunas reservas, podría sumársele un cuarto, también planteado en la sesión del jueves pasado. Fue el presentado por fuera del plan de labor por Pablo Velázquez (UCR), haciendo la salvedad de que desconocía si había designación y requirió que se averigüe antes de resolver cualquier definición. Propuso que a la avenida 147 de ingreso al barrio Itaembé Miní se la designe con el nombre del conductor chamamesero Adelio Suárez. Tenía razón en su advertencia, ya que, aunque pocos lo sepan o lo usen, esa calle tiene el nombre de otro chamamesero desde 1994: Isaco Abitbol (ordenanza 12/94); esa antigua designación es la que habría impedido en 2010 que se la bautizara como Avenida del Bicentenario, con lo que algunos ediles pretendieron sumar su homenaje a la Gesta de Mayo de 1810. Historia atada a un incendioLa madrugada del 11 de enero de 1994 los vecinos del centro de Posadas fueron despertados sorpresivamente por la sirenas de los bomberos que concurrían a sofocar el incendio que destruyó al edificio municipal y con él se perdió valiosísima documentación sobre el municipio. Fue precisamente a raíz de ese siniestro y la necesidad de reconstruir y recuperar esa historia calcinada que dos años después, en 1994, se sancionó la ordenanza 139/96, que creó el Archivo Administrativo Histórico Municipal que, hasta el día de hoy y con algunas limitaciones, cumple con sus propósitos. Funciona en el área de la Dirección de Patrimonio Cultural y Museo, en el Palacio del Mate, habiéndose constituido también en un inapreciable auxiliar para quienes deseen conocer algo más de la ciudad (vecinos, turistas, estudiantes, investigadores). Entre el documental que atesora se encuentran, por ejemplo y ya digitalizados en un 50%, los libros de actas municipales de los primeros cuarenta años del municipio: entre 1872 y 1911; así como los registros históricos del cementerio “La Piedad”, que han permitido en años recientes colaborar con la Comisión Nacional por la Verdad y la Justicia; así como los correspondientes al Festival Nacional de la Música del Litoral, entre 1963 y 2011. También cuenta con un registro de la ciudad aerofotográfico de base satelital de 2007, imágenes de fotoaeroplanimetría de 1979 o planos catastrales municipales, además de una recopilación de ordenanzas, decretos y resoluciones municipales que van de 1960 a 2009.Toda esta documentación, con las reservas lógicas para su preservación, está disponible para la consulta.





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