<p align="justify">PARIS, Francia (AFP-NA). La amenaza de la estanflación se cierne sobre Estados Unidos y Europa, cuyo crecimiento podría verse estancado a raíz de la crisis “subprime”, al tiempo que la inflación sigue subiendo debido al petróleo y los alimentos caros.</p><p align="justify">La “estanflación” designa la coincidencia de un alza de los precios, un mayor desempleo y estancamiento económico, que puede llevar incluso a una recesión (al menos dos trimestres consecutivos de crecimiento negativo).</p><p align="justify">El término fue acuñado en 1965 por el ministro de Finanzas británico Ian McLeod, que explicó entonces al parlamento: “Ahora tenemos lo peor de ambos mundos: no sólo inflación por un lado y estancamiento por otro. Tenemos algo así como una estanflación”.</p><p align="justify">Tras la crisis de los créditos hipotecarios de riesgo en Estados Unidos (“subprime”), cuyos efectos aún sacuden a los mercados y afectarán el crecimiento de los países desarrollados, el mundo ostenta “una acumulación inoportuna de todos los shocks”, dijo esta semana a la AFP Gilles Moëc, economista del Bank of América.</p><p align="justify">El ex presidente de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, Alan Greenspan, consideró recientemente que la probabilidad de una recesión en su país ha “aumentado para ubicarse en torno a un 50%”.</p><p align="justify">“Comenzamos a ver no la estanflación, pero sí sus primeros síntomas”, agregó. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) revisó a la baja a comienzos de diciembre, su previsión de crecimiento para Estados Unidos a 2%, contra 2,5% en mayo. Para la zona euro apuesta por un crecimiento de 1,9%, contra 2,3% en sus previsiones de mayo.</p><p align="justify">Paralelamente, la inflación resurge a raíz de un alza de los precios de los alimentos y del petróleo, por un incremento de la demanda de los grandes países emergentes y de la especulación.</p><p align="justify">El alza de los precios gira en torno a 3% interanual en Estados Unidos y en la zona euro, un nivel que no se alcanzaba desde la primavera (boreal) de 2001 y muy por encima del tope de 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE) y que la Fed está dispuesta a tolerar.</p><p align="justify">Este coctel explosivo de estancamiento económico y de inflación es la peor pesadilla para los gobiernos y los bancos centrales, que para hacer frente a ambos problemas cuentan con herramientas de política contradictorias.</p><p align="justify">La política monetaria y fiscal utilizada para combatir la desaceleración económica -como el recorte de las tasas de interés- empeoran la inflación, mientras las políticas restrictivas de lucha contra el alza de los precios -como la suba de las tasas- tienden a mermar el crecimiento y pueden agravar una recesión. “Tenemos una crisis grave”, con una “desaceleración del crecimiento y una aceleración de la inflación”, sostuvo Christian de Boissieu, presidente del Consejo de Análisis Económico (CAE).</p><p align="justify">Pero “la estanflación hacía referencia a los años 70”, a las crisis petroleras de 1973 y 1979, cuando “teníamos tasas de inflación de dos dígitos en algunos momentos y un crecimiento muy débil”, relativizó.</p><p align="justify">Moëc destacó asimismo que actualmente el alza de los precios responde a factores “exógenos” y “transitorios”, como las cotizaciones del petróleo y los precios de los alimentos.</p><p align="justify">Optimista, De Boissieu apuesta por una desaceleración de la economía estadounidense sin recesión y por un estancamiento del crecimiento mundial, que permanecería no obstante “fuerte”.</p><p align="justify">Moëc por otra parte admite que la economía atraviesa “un rumbo difícil”. Los bancos centrales están “obligados a innovar”, con un BCE “muy duro en su comunicación pero que renunció por ahora a subir sus tasas”. Si el alza de la inflación no se prolonga más allá de la primavera boreal, Moëc espera una normalización del mercado de crédito y estima que la economía mundial evitaría una recesión.</p>
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