POSADAS Y PUERTO IGUAZÚ. A pocos días a anunciarse con euforia que el Parque Nacional Iguazú explotó de turistas gracias a distinción de las Cataratas como “Maravilla Natural”, que los rubros vinculados al turismo lograron fuertes ganancias y que se esperan masas de visitantes cada vez más grandes y de todo el mundo; hay algunas voces que advierten consecuencias y sugieren un replanteo para que la explotación del negocio turístico se mantenga armonioso en los próximos años.No hay duda que la campaña por el mundo y por el país, impulsada por el Gobierno provincial, fue exitosa y derrama sus frutos en forma inmediata, con un incremento notorio de visitantes en Semana Santa y un récord histórico en vacaciones de invierno, con 160 mil visitas durante el mes de junio en el Parque Nacional y un pico de 12 mil ingresos en un día.Sin embargo, en medio de la euforia y las celebraciones se plantean debates trascendentes y a largo plazo como los siguientes: ¿Las ganancias que deja el modelo turístico se distribuyen a otros sectores de la sociedad o quedan concentrados? ¿La ciudad cuenta con la infraestructura para soportar las visitas masivas que se esperan de cara al futuro? ¿El Parque Nacional, su ecosistema y su riqueza natural, pueden sufrir consecuencias irreparables si no se controla su explotación como negocio? ¿Es necesario poner cupo a la cantidad de visitantes?Punto de vista económicoLa masividad del turismo multiplica las ventas entre los comercios y artesanos. El beneficio llega a todos, pero más por efecto derrame que por redistribución. Aunque todos mejoran las ventas, la mayor tajada de la torta queda en pocas manos.En plena temporada récord, a mediados de julio pasado, el titular de la Cámara de Comercio local, Elías Prituluk, declaró: “Hay una gran cantidad de gente y los que trabajan directamente con el turismo, como los artesanos, supermercados y farmacias están vendiendo muy bien”.Pero dijo: “Hay de los que compran souvenirs de dos pesos, que son más, y los que compran cosas de calidad”, que son menos. “La gente que vende embutidos, aceites, alfajor y vinos, que trabaja con el brasileño, no está vendiendo, pero la gran cantidad de turistas hace que el comercio en general que no es exclusivo para el turismo haya incrementado las ventas”Efecto regional.En los municipios cercanos a Puerto Iguazú las sensaciones son positivas pero con algunas deudas pendientes. Por ejemplo, Eldorado, Esperanza, Libertad, Wanda, debieron albergar a turistas que no encontraron alojamiento en Puerto Iguazú; pero más allá de los sectores de hoteleros o alojamiento, el incremento de la actividad comercial fue relativo.En Andresito esperan que las autoridades los integren a la oferta de las cataratas. El secretario de Planeamiento y Desarrollo Local, Hugo Cámara, explicó a PRIMERA EDICIÓN que “entre viajantes y turistas la ocupación fue buena”.Sin embargo, aclaró que “hay una bajada fuerte en el resto de los meses” y que por esta razón están “buscando un tipo de oferta que apunta a tener visitas todo el año; más vinculado con el ecoturismo”.“Lo que encuentra el visitante acá es un ámbito para fotografías, avistaje de aves, senderismo, canotaje, aventuras, no es la típica familia que viene de vacaciones. Son viajes de personas solas o en pareja, en cualquier época del año, por eso la temporada alta (verano e invierno) no es tan significativa para estos emprendimientos”, culminó Cámara.“Viendo el lado positivo, el incremento de visitantes y de las instalaciones hoteleras significó un aumento en el número de puestos laborales. Todas estas construcciones se traducen en algo más de 1.500 nuevos puestos de trabajo para la región”; señala un trabajo editorial “Parque Nacional Iguazú, conservación y desarrollo de la selva paranaense argentina.En el informe publicado en 2009, de más de 300 páginas y elaborado por más de 20 profesionales, se destaca que desde el punto de vista económico: “La fuerza del Real brasilero combinado con un debilitado peso argentino ha llevado a un nuevo fenómeno en el que ciudadanos brasileros cruzan la frontera para comprar gasolina y productos de almacén a precios considerablemente más baratos que los de Brasil. Esta predilección por los productos argentinos ha llevado a un aumento de precios y ha puesto a los residentes en una situación difícil ya que los ingresos no han seguido el paso de la inflación. Una manera de hacer frente a estos incrementos de costos por parte de los residentes locales es construyendo habitaciones extras para alquilar a turistas”.Por otra parte, se indica que “las presumibles facturaciones originadas en cuatro concesiones existentes dentro del Parque, según cálculos propios superarían anualmente los 70 millones de pesos (año 2007). Si a esto se le agregara el monto del cobro de derechos de acceso que para la Administración alcanzan a $ 4.690.780 (año 2007). De esta manera se podría totalizar un monto de $ 74,69 millones, sin contar los ingresos de otros permisionarios (hotel, restaurante), de las agencias de viajes, de los transportistas y de los guías”.“Semejante fenómeno económico y social no podría ser alcanzado si no se dispusiera de suficiente capacidad de atracción, lograda en virtud de una serie de condiciones, estándares y esfuerzos de planificación, gestión, inversión y diferenciación, que provienen de la declaración del área circundante a las Cataratas del Iguazú como también sucede en el caso de otras áreas protegidas- como territorio dedicado a la conservación de sus recursos. Si puede permanecer entre las presumibles siete maravillas del mundo, o en cualquier posición privilegiada de ese ranking de privilegio, se podrá garantizar la sustentabilidad a largo plazo. La existencia a perpetuidad de los valores propios de Conservación de la Biodiversidad del área protegida, guarda una relación estrecha entre la magnitud e importancia del atractivo natural existente, y su puesta en valor efectivo, como fuente de recursos para la economía local y regional, incluyendo de la manera más equitativa a sus actores sociales”, remata el libro, en el tramo que aborda los beneficios económicos.Conservación ambientalMientras que el sector turístico se mostró más que satisfecho por las ganancias, el titular del Iguazú Turismo Ente Municipal (Iturem), Claudio Álvarez, reclamó ampliar la pasarela de Garganta del Diablo para favorecer mayor desplazamiento de turistas.Sin embargo, desde el Parque Nacional Iguazú intentan equilibrar la cantidad de visitantes con un número acorde al área protegida. El jefe de guardaparques
del PNI, Hugo García Paz, aseguró “no está diseñado para recibir más de siete mil personas por día, con esa cifra ya esta colapsando”.En julio hubo un promedio de ocho mil visitas diarias con un récord histórico el día 20, con el ingreso al parque de 11.200 personas.“Algo hay que hacer porque esta cantidad de turistas que llegan va a seguir incrementándose”, aseguró preocupado el guardaparque. Sobre la idea de ampliar las pasarelas, comentó que “rediseñar la pasarela Bustillos sería de una inversión enorme, iría desde el superior hasta Garganta del Diablo y debe ser ancha para que el tránsito sea ágil y seguro, pero no forma parte de la licitación es por eso que sería complicado llegar a una definición”.Como se viene manejando la propuesta desde hace tiempo en el núcleo de la Administración de Parques Nacionales, un límite de capacidad diaria sería una opción.“El cupo sería la mejor solución en estos momentos con un limite máximo por día, que saquen sus reservas, y de esa manera habría gente todo el año. No estamos preparados para recibir a tanta gente”, afirmó García.Como ambientalista, el guardaparque también se refirió al área protegida y las alteraciones que sufre el parque ante la aglomeración de gente. “En la parte ambiental, ni pensar lo que significa esa cantidad de gente, altera todo. Una gran cantidad de coatíes salieron para el área, en lugares donde antes no salían, en búsqueda de comida chatarra, tuvimos muchos problemas y con las urracas también”.El malestar había llegado a todos, porque incluso, desde el Centro de Operaciones de Cataratas, había llegado la denuncia de disturbios en la fila para acceder a Garganta del Diablo, lo cual terminó confirmando Garcia. “Tuve la denuncia de que hubieron puñetes de gente que se quería adelantar en la fila, pero no ha habido desmanes graves”, señaló.Desde el punto de vista socialEl pormenorizado informe, desplegado en el libro mencionado, hace hincapié en un capítulo sobre el impacto en la ciudad, desde el punto de vista social y de infraestructura. “El crecimiento de Puerto Iguazú y del número de visitantes a las Cataratas ha guiado a tres problemas de infraestructura particulares en la ciudad. El primero es que el establecimiento de hoteles y otros emprendimientos ha llevado a la ciudad a experimentar problemas con el suministro de energía eléctrica”, se apunta.Recuerda que en marzo de 2008 se produjo una detención en el desarrollo de varios proyectos en la Selva Yriapú debido a cortes de energía. Otra situación que genera tensión en la ciudad “son los planes de construir un tendido de 1350 kilómetros de tubería de gas y una central termoeléctrica”. “Sumado al problema de la insuficiencia eléctrica otros dos problemas son la falta de agua potable y servicios sanitarios. Mientras la ciudad se encuentra sobre un acuífero propio, los nuevos hoteles son una amenaza ya que usarán más de los recursos de la ciudad. Las áreas marginales de la ciudad ya presentan dificultades para recibir agua durante todo el año y algunas partes no tienen acceso durante los meses de verano. Durante la “temporada alta”, los hoteles utilizan mayor cantidad de agua a fin de que sus huéspedes puedan disfrutar de duchas, baños y piscinas. Más hoteles, solo incrementaría estos problemas”, se describe en el informe.“Finalmente, Puerto Iguazú ya presenta problemas con su sistema sanitario, con desagües sin tratamiento que desembocan en las inmediaciones del río Iguazú o Paraná; problemas que solo serán agravados con el creciente número de hoteles si no son lidiados con rapidez”, añade el trabajo.Mientras que ninguno de estos temas afecta directamente a las Cataratas del Iguazú, todos afectan y continuarán haciéndolo a la ciudad de Puerto Iguazú y a las comunidades aledañas. El Parque Nacional no tiene jurisdicción para controlar ninguno de estos asuntos pero sentirá los efectos de todos ellos a medida que la infraestructura, para albergar mayor cantidad de turistas, crezca.En la conclusión, el trabajo reseña que “los gobiernos de Argentina y la provincia de Misiones, reconocen la vital importancia del turismo para sostener sus economías y promover el beneficio económico, el turismo parece ser la solución lógica. Sin embargo los esfuerzos por la rentabilidad y la conservación deben ser efectivamente balanceados. En este momento el gobierno nacional y el provincial encuentran dificultades para manejar las consecuencias ambientales del desarrollo económico que rodea uno de sus mayores atractivos turísticos. Aunque ambos gobiernos, pregonan apoyar los conceptos de desarrollo sustentable y ecoturismo, la práctica de estos principios resulta compleja.Finalmente advierte que “estudios muestran que aproximadamente la “mitad de los ingresos de turismo que entran en los países en vías de desarrollo retornan al mundo desarrollado en beneficios logrados por compañías extranjeras, gastos de promoción en el extranjero o pagos por trabajos o bienes importados”. Esto pareciera ser uno de los problemas que Puerto Iguazú se encuentra enfrentando en el presente ya que los hoteles internacionales cinco estrellas están siendo construidos en detrimento de la ciudad y sus habitantes. Los habitantes del lugar estarán mucho más predispuestos a ayudar a las iniciativas de conservación si fuesen capaces de beneficiarse de estos esfuerzos ellos mismos”. Los números oficiales“Con 160 mil turistas, las Cataratas del Iguazú batieron otro récord” se anunció con bombos y platillos desde el Ministerio de Turismo. Con un registro de 159.645 visitantes Cataratas cerró exitosamente el mes de julio, con un nuevo récord de visitas para este mes, ya que en 2011 habían ingresado al parque 133 mil turistas, un 18% menos que este año.En tanto, las Ruinas Jesuíticas de San Ignacio tuvieron 42 mil visitas, aunque muchas de ellas no derraman ganancias ya que asisten con operadores turísticos provenientes de Iguazú. Además, el número de camas de este municipio no permitiría la estadía nocturna de no más de ocho mil visitantes en un mes. Al Parque Provincial Salto Encantado ingresaron 3.744 turistas, el Parque Temático de la Cruz superó los 10.000 visitantes, y llegaron a Moconá alrededor de 9.000 turistas. Porcentualmente, se observa que la afluencia de Puerto Iguazú no se distribuye con fuerza en otros puntos ya que San Ignacio llegó al 30% de la ciudad de las Cataratas; Santa Ana al 7%; Moconá al 6% y Salto Encantado 2%.&
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