DAMASCO, Siria (NA-Diarios Digitales). Casi seis meses después de asumir el puesto de enviado especial conjunto de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan anunció su dimisión, admitiendo que el incremento de la violencia en aquel país y el bloqueo de Rusia y China a cualquier sanción al régimen de Bachar el Asad en el Consejo de Seguridad impiden la culminación del plan de paz que laboriosamente elaboró y defendió en repetidas visitas a Oriente Próximo. Abandonará el puesto a finales de agosto.En un discurso no exento de gestos amargos, Annan culpó del fracaso de su plan de paz a la dura represión de El Asad, a la beligerancia de los grupos opositores y a la inactividad en el Consejo de Seguridad, el único organismo de la ONU que tiene la facultad de aprobar sanciones y de autorizar, en última instancia, operaciones armadas como la ocurrida en Libia el año pasado. Había aceptado el papel de negociador el 23 de febrero.“Acepté esta labor, que algunos decían que era una misión imposible, porque creí que era un deber sagrado hacer todo lo que estuviera en mi mano para ayudar a la ciudadanía de Siria a encontrar una solución pacífica a este sangriento conflicto”, dijo Annan en conferencia de prensa en Ginebra. “Pero sin una presión internacional seria, con propósito, unida, también por parte de las potencias de esa región, es imposible, para mí y para cualquiera, obligar al Gobierno y a la oposición de Siria a que tomen las medidas necesarias para comenzar un proceso político”.Crisis humanitariaCerca de tres millones de personas necesitan ayuda alimentaria, agrícola y ganadera, según una reciente evaluación llevada a cabo por las Naciones Unidas y el Gobierno de Siria, informó en una nota la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).De esta cifra, a cerca de millón y medio de personas les urge inmediata ayuda alimentaria durante los próximos tres a seis meses, en especial en las áreas más afectadas por el conflicto y el desplazamiento de población.Otro millón de sirios necesitan ayuda agrícola y ganadera como semillas, combustible y reparación de bombas para el riego.“Mientras que las implicaciones económicas de estas pérdidas son muy graves, las consecuencias humanitarias son mucho más apremiantes”, dijo el representante del PMA en Siria, Muhannad Hadi.“Los efectos de estas importantes pérdidas los sufren en primer lugar, y de forma más brutal, los más pobres del país. La mayoría de las familias vulnerables que fue visitada por la misión señaló que tiene menos ingresos y más gastos: su vida es más difícil cada día que pasa”, aseguró HadiLos insurgentes, desalojados de Damasco tras los enfrentamientos de mediados de julio, concentraron sus fuerzas en Alepo (norte) y aseguran controlar “la mitad” de esa ciudad, capital económica del país.Ayer bombardearon el aeropuerto militar de Menagh, desde donde despegan los helicópteros y aviones del régimen que realizan incursiones contra la ciudad liderada por los rebeldes. “El aeropuerto de Menagh fue bombardeado por la mañana por un blindado capturado por los rebeldes en operaciones previas”, informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), una ONG con sede en Londres. Mercenarios en escenaLos comités de coordinación locales de Siria atribuyeron las muertes en el barrio de Qabún a la shabiha -matones del régimen- e identificaron a dos de los muertos, de los que dijeron “fueron masacrados con cuchillos después de haber sido secuestrados”. Un ejemplo similar es el video difundido donde se ve cuando cuatro shabihas fueron fusilados por milicianos del Ejército Sirio Libre en una plazoleta de la ciudad, en medio de la algarabía de la gente. Sucede que estos mercenarios son los más odiados por la población, ya que vienen cometiendo todo tipo de atrocidad.El grupo opositor indicó además que el Ejército reforzaba su presencia en otros suburbios de la capital con el fin de aplastar los brotes de rebelión.





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