PUERTO IGUAZÚ (Silvina Lorena Azcurrain, enviada especial). Sin limitaciones la música se convirtió en el nexo conductor del ensayo general en el Parque Nacional Cataratas, donde los participantes del “Iguazú en Concierto” dieron una muestra de unión entrelazada por las marcaciones realizadas por la directora artística del festival, Andrea Merenzon. Ante la mirada atenta del multipremiado Gustavo Santaolalla, que sentado frente al imponente escenario, esperaba atento su turno para ensamblarse con los más pequeños. Junto a su madre el músico prestó atención a cada marcación que se iba dando, detrás el público compuesto de padres, parientes y acompañantes de los pequeños grandes protagonistas. Celebridades que se entre cruzaban con la gente, así fue como se captó la presencia de la reconocida periodista Magdalena Ruiz Guiñazú, que se mostró agradecida de poder presenciar ese ensayo.Apasionada de la naturalezaLa periodista contó a PRIMERA EDICIÓN que los dos años anteriores no pudo asistir al festival, “pero este año estuvo dentro de mi agenda de viajes. Así que esta mañana (por el viernes) cuando terminé de hacer mi programa radial en Radio Mitre, decidí viajar a la encantadora Ciudad de las Cataratas. Ahora que estoy aquí miro todo esto y no se puede creer, por la calidad musical de los chicos y el empeño que ponen los grandes”.Parada y siendo parte de esa gran fiesta que fue el ensayo, la periodista también destacó que es importante poder lograr captar la magia que regala la música,“escucharla de la mano de estos pequeños dotados es convencerse que se está haciendo bien las cosas. Ellos están transitando un camino de grandes momentos en lo que eligieron hacer, pero aún es más notable el proceso de aprendizaje que van incorporando”. El maestro y director de orquesta, Norberto García, se acercó a la charla y explicó algunos detalles del festival. Introdujo con mucha pasión a la reconocida periodista al mundo de ese ensayo que mantuvo por dos horas atento a un público que se fue acercando a medida que la banda afinaba y ensamblaba sus instrumentos. El director que tiene como rol en el festival dirigir las cuerdas altas, también dijo que es un admirador de la labor que ejerce Magdalena Ruiz Guiñazú, que luego se acomodó en unas sillas para continuar disfrutando de la música.Por último compartió que Iguazú es una ciudad a la que siempre le gusta llegar para descansar, “más cuando la música se hace el centro de atención y mucho más aún cuando son niños los que desarrollan ese arte”.Agradecida, distendida y feliz se la vio disfrutar de cada nota, delante de ella estaba sentado Gustavo Santaolalla y su madre, que también formó parte de esa gran demostración de mágica expresión musical.Captando atencionesDesde muy temprano Gustavo Santaolalla comenzó a recorrer el escenario que hoy concentrará el cierre de la tercera edición del festival, tomando fotografías y compartiendo charlas se pudo observar a una persona que admira la naturaleza. Acomodando sus instrumentos, compartió que “este lugar tiene magia. Yo sabía que me iba a encontrar con algo emocionante, pero no pensé que esa emoción se volvería inexplicable. En cierto modo pienso que estamos ante un montón de jóvenes que tienen mucho futuro y siento una grata satisfacción”.Yendo hacia el escenario fue alcanzado por el director Miguel Brizuela, que junto a los Grillos Sinfónicos se mostró expectante. Su rostro sólo se dibujaba de emoción y fue uno de los asistentes principales de la directora Andrea Merenzon, a quien se la escuchó hablar con fuerza y compartir opiniones junto al padrino del festival, Gustavo Santaolalla.“La música nos une”Un grupo de chicos que integran el coro de Santa Fe, también dialogaron con el diario y explicaron que es la segunda vez que están en el festival. “Ya el año pasado nos fuimos con el corazón contento, con esas ganas de volver y si bien aún no termino el festival, y ya se siente esas ganas de no querer irnos”, contaron mientras recogían los abrigos que fueron más que necesario en esa tarde fría y gris en la tierra de las Cataratas.“Para nosotros es una gran experiencia, además podemos contar con esa enorme alegría de encontrarnos con chicos de todo el mundo que si bien no hablamos en el mismo idioma, la música nos une”, dijeron este grupo de chicos que tienen entre diez y catorce años. Apostaron al crecimiento musical, por eso con mucho esfuerzo volvieron a Puerto Iguazú: “Nos sentimos como en casa, con la diferencia que acá cantamos ante un público tremendamente explosivo y numeroso. Sin hablar de lo que es el marco maravilloso que le dan las Cataratas. Esto será una gran emoción”.Y con esa frase: “Esto será una gran emoción”, hoy están todos invitados a dejarse llevar por la magia de un cierre magistral, donde la música unirá y demostrará que el mundo está lleno de pequeños grandes talentos.




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