POSADAS. Aportando una imagen sumamente gráfica de la impunidad bajo la que actuaban las fuerzas de la represión, el testigo Hipólito Victoriano Benítez, detenido en octubre de 1976 en plena adolescencia, junto a su hermano Alfredo, de 16 años, ratificó ayer ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal cómo el propio acusado Felipe Nicolás Giménez se le dio a conocer durante su secuestro; invocando su condición de “jefe de Investigaciones” de la Policía provincial.Lo hizo en la ronda de declaraciones de testigos de la defensa en la que comparecieron cinco ex presos políticos; aportando testimonios que complicaron también la situación del médico Roque Mendoza, a quien una víctima aseguró haber visto “paseándose entre los torturados” con una chaquetilla blanca, “diciendo a este sí a este no”, y la de los acusados Giménez y Pombo.En este cuarto Juicio por la Verdad están en el banquillo cinco ex policías por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura militar. El testigo, que describió a Giménez como “un hombre bajo, bastante robusto, morrocotudo, gordo, morocho”, dijo que se enteró después del apellido del jefe de los investigadores, quien estaba al frente de las salvajes sesiones de torturas que se practicaban en el Departamento de Informaciones, a su cargo, en la Jefatura de Policía.Otro testigo, el productor agropecuario Julio Hippler, que pagó el precio de tener dos hermanos mayores activos en el MAM, Anselmo y Waldimiro, hasta hoy desaparecidos, también testificó sobre el terror reinante en la sede de Informaciones, pero lo hizo sin reconocer nombres o personas: “Lo que pasa es que yo estaba despedazado, no sentía más, antes de llegar a la Jefatura estaba más muerto que vivo”, graficó, tras recordar las sesiones de tortura de las que fue víctima en la Policía Federal.Por su parte, Héctor Félix Barrios, también secuestrado mientras cursaba estudios secundarios, fue enfático al afirmar que en la Policía “todos sabían que el Departamento de Informaciones era un centro de tortura y todos los que fuimos detenidos en esa época pasamos por ahí”. “Todos lo sabían”Barrios, que al igual que Hippler, no tenía militancia política alguna al momento de su detención, trabajó un año como cadete en el Casino de Suboficiales de la Policía de Misiones y en base a esa experiencia -que le permitió conocer al acusado Carlos Alberto Pombo- insistió en que “ahí era el centro de torturas y bien lo sabían todos”. En la mañana ratificaron los testimonios brindados en la etapa de instrucción Gladys Beatriz Claver Gallino, quien fue detenida junto a dos hijas menores de edad, separadas de su madre y permanecieron como desaparecidas durante cuatro días, presuntamente en dependencias de la Jefatura de Policía.Por decisión del presidente del Tribunal, el juez formoseño Rubén Quiñones, la Fiscalía dará instrucciones para iniciar una investigación sobre lo ocurrido con las dos niñas. El integrante del Ministerio Público, Diego Ster, confirmó a PRIMERA EDICIÓN que efectivamente, “ante la noticia de la estancia de las hijas de la señora Pérez Rueda en el Departamento de Informaciones, por un período de tiempo no muy grande, lo que se hace es remitir a la Fiscalía las copias para que se abra un expediente, se investigue y se siga todo el proceso para ver si se cometió un delito o no”. “El procedimiento se puede realizar por pedido de la Fiscalía, la querella o el Tribunal, en estos casos el propio presidente del Tribunal toma la iniciativa de remitir una copia a la Fiscalía de instrucción”, precisó. Respecto al siniestro y sistemático “modus operandi” de la represión, que aparece en el juicio, recordó que “ya había quedado claro en los juicios de 2009 a Caggiano Tedesco y Beltrameti y ahora se confirma”. “Todavía estigmatizados”Norma Beatriz Yansat, detenida por el único delito de ser hija de un miembro fallecido del MAM e integrante de ese movimiento, declaró ayer en el “cuarto juicio por la verdad” señalando que su mayor interés “es que sea esclarecido todo lo injusto que se concretó por una patria más justa para mis hijos y nietos”.Secuestrada entre los días 20 y 21 de octubre en Campo Grande, junto a su madre, Cila Gambini. La llevan hasta el campamento de Acaraguá. Allí estuvo unos cuatro o cinco días, había mucha gente. “Se ve que de toda la colonia habían traído, después en un camión los menten y los traen a Posadas”, comentó. Los llevan “a un lugar que era horrible” y recordó que “estaban construyendo porque había olor a cemento”. Ese fue el lugar en el que sufrió la mayor tortura y no pudo recordar como salió de allí, aunque sí pudo que estando en una comisaría pudo ver al comisario Juan Carlos Ríos, el que fuera uno de los principales acusados en la causa que investiga el Tribunal Oral, pero que falleció antes de la etapa oral. “Estaba aterrorizada, era tan ingenua. Me preguntaban por Pedro Peczak y Cerepack”, dijo Yansat. En tanto, el testigo Victoriano Benítez, expresando los deseos que todos los ex detenidos señalan, de una forma u otra, advirtió: “Mi presencia aquí se debe a un deseo de que con nosotros también se haga justicia. Nosotros no sólo perdimos tiempo sino parte de nuestra vida, hemos quedado traumatizados, todavía estamos estigmatizados, seguimos prisioneros mucho tiempo después de haber recuperado la libertad, por mucho tiempo más traumatizados”.
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