POSADAS. “El amor y la vida van de la mano”, explicó el padre Alberto Barro quien fue el encargado de oficiar la misa de Pascuas en la catedral capitalina ayer por la mañana. Aunque con menos fieles que para Domingo de Ramos, la misa de Pascuas fue emotiva, ya que se invitó a los cristianos a renovar las promesas bautismales y recibir a Cristo en los corazones.Jesucristo resucitó y para nosotros hoy “es un desafío vivir como resucitados, reconocer que hay en nosotros de mal y de muerte, para renacer en Cristo, porque donde hay amor, hay vida”, indicó Barro. En parte de la homilía, el sacerdote instó a reflexionar sobre qué se hace cada uno para poner luz en la oscuridad y recordó que el perdón es “pasar de la muerte a la vida”. Además, en la ceremonia los niños fueron nuevamente los protagonistas, ya que participaron como ayudantes en la celebración de la renovación de las promesas de bautismo, uno de los sacramentos más importantes de la fe católica.
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