<p align="justify">La crudeza de la última tormenta que afectó a dos mil personas en Posadas volvió a mostrar esta realidad: mientras cientos de familias seguían reclamando ayuda oficial con piquetes desparramados en toda la capital, el gobierno autorizó una compra directa por cuatrocientos ochenta mil pesos “para atender a la población afectada por los fenómenos meteorológicos”. </p><p align="justify">Según el detalle publicado en el Boletín Oficial del viernes 19, el monto sirvió para adquirir 2.647 bolsas de alimentos, 2.955 frazadas y 2.851 colchones, que están acumulados en el galpón de la firma proveedora, sita en calle Maipú. </p><p align="justify">En tanto, lo poco que llegó a los afectados por el temporal constituyó un bochorno: en barrios del suroeste, los vecinos denunciaron que la mercadería acercada por el gobierno estaba vencida y con gorgojos. Su consumo provocó intoxicaciones en los más pequeños, hecho que tuvo que reconocer el subsecretario de Salud Pública de la provincia, Roberto Chas Robineau, quien llegó hasta el lugar de la protesta a corroborar lo imperdonable. </p><p align="justify">El funcionario prometió reponer la mercadería vencida, pero hasta ayer esto tampoco ocurrió. </p><p align="justify">Ayuda digitada Los demás afectados apenas recibieron chapas de cartón a cuentagotas, mientras que toda la comunidad tuvo que paliar la falta de acción a través de Cáritas Diocesana y otras entidades civiles que juntaron donaciones. El ejército también tuvo que amortiguar los efectos de la falta de sensibilidad oficial con tiendas de campaña en la zona del barrio Aeroclub, en la que servían desayuno y almuerzo para las familias que quedaron sin techo. </p><p align="justify">Para colmo, los afectados denunciaron que la poca ayuda oficial recibida, se digitó puntualmente entre los punteros de la renovación, que a su vez decidieron a quién entregar alimentos.</p><p align="justify">Tareferos sin respuestas</p><p align="justify">Medio centenar de tareferos acampa en la plaza 9 de Julio de Posadas, en reclamo de asistencia directa del gobierno (subsidio de 300 pesos), por los tres meses de paralización de la cosecha que estableció el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).</p><p align="justify">Los productores suman dos mil familias en toda la provincia, y están incluidos en un plan de ayuda interzafra consistente en un bolsón de mercadería por cada núcleo familiar. La bronca de quienes se quedaron sin trabajo por la falta de cosecha se acrecentó hace tres semanas cuando fueron a recibir estas mercaderías y denunciaron que en realidad el oficialismo se las estaba entregando a los punteros de la Zona Centro. </p><p align="justify">CRITICAS Y PLANES</p><p align="justify">• El candidato de Unión Popular, Ramón Puerta, prometió redefinir la política de obras públicas. “Los que hoy gobiernan saben apilar ladrillos al doble del costo de la realidad e impulsar megaobras que no son prioridad. Este gobierno no invirtió en energía eléctrica, rutas, puertos, porque ese no es el negocio del entorno de los que hoy están en el poder”. Puerta propone implementar una línea de créditos individuales para la construcción de viviendas sobre terreno propio, ya que “con lo que el Iprodha paga por cada casa, un particular puede construir el doble de metros cuadrados”. </p><p align="justify">• El candidato de Unión por Todos, Jorge Brignole, dijo que al gobierno nunca le interesó terminar las obras, “simplemente quiso armar fideicomisos para que las empresas vinculadas familiarmente tengan agarrado al próximo gobierno con pagos millonarios”.</p><p align="justify">• El vicegobernador Pablo Tschirsch, del Frente para la Victoria, evita en sus discursos hacer referencia a su condición de fiel defensor de las megaobras públicas antes del quiebre del oficialismo. Ahora, asegura que Rovira “endeudó a todos los misioneros por los próximos 50 años a través de los fideicomisos para las empresas amigas del poder”. </p><p align="justify">• Jorge Galeano, candidato a vicegobernador por Una Nación Avanzada, aseguró que “lo que le interesa al oficialismo es el negocio, y que se termine la obra es otra historia. Vamos a tener que examinar la legalidad de todos los contratos y terminar las que falten concluir para darles otro destino. No hay dudas de que los fondos de estas obras alimentan la campaña, nunca antes se vio el fastuoso despliegue de campaña de los candidatos oficialistas, con carpas dignas de jeques árabes en las plazas. Lo único que les faltan son los camellos”. </p>
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