PUERTO IGUAZU. El Presidente del Pontificio Consejo Justicia y Paz, Cardenal Renato Martino, llegó ayer a Iguazú en el marco de una visita pastoral iniciada en Ecuador, continuada en Brasil y que, en Argentina, tiene a la diócesis del obispo Marcelo Martorell como un importante referente.Martino, el número tres en la jerarquía eclesiástica de la Santa Sede, después de Benedicto XVI y el secretario de estado vaticano, Tarcisio Bertone, arribó procedente de Salta, primera etapa de su gira por Argentina que, tras su estada en Iguazú, concluirá en La Plata. El alto prelado, considerado como el jefe político de la Iglesia Católica en todo el mundo, mantuvo anoche un encuentro con el ex presidente y actual candidato a gobernador, Ramón Puerta, quien recientemente visitó al Papa en el Vaticano.Martino, responsable siempre de transmitir las posturas más delicadas de la doctrina de la Iglesia, advirtió recientemente en Quito que una democracia sin valores “se convierte fácilmente en un totalitarismo abierto o subrepticio”. En esa ocasión precisó que “la democracia auténtica no es sólo el resultado de un respeto formal de las reglas, sino el fruto de la aceptación firme de los valores que inspiran los procedimientos democráticos”. “La Iglesia conoce los peligros y riesgos que afronta hoy la democracia: oligarquías que consideran indiscutible su supremacía y sus privilegios, grupos que se concentran alrededor de un poder de hecho, que olvida la libertad de los ciudadanos. Democracia de Pilatos, que de forma más o menos evidente, trata con escéptica ironía la cuestión de la verdad. Democracia de Nerón o de Barrabás, que pretende someter al voto la verdad, confiándola al consenso clamado por masas acéfalas”, explicó el Purpurado, quien hoy oficiará misa en la remodelada Catedral de Iguazú. Claro respaldoNo es casual la estada del cardenal Martino en Iguazú. Por el contrario, es una muestra del claro respaldo que la Santa Sede otorga al obispo de Iguazú, Marcelo Martorell y a su acción pastoral al frente de la Diócesis a la que accedió, por mandato del Papa Benedicto XVI, hace diez meses, el 8 de diciembre pasado.Martino es un hombre clave en la conducción vaticana y tiene a su cargo nada más ni nada menos que respaldar la doctrina social de la Iglesia. Es uno de los hombres más experimentados de la Santa Sede y su vida transcurrió gran parte arriba de un avión y en los escenarios más cruciales, entre ellos un encuentro en Cuba con Fidel Castro, destinado a mantener viva la esencia del cristianismo en la isla. Nació en Salerno, Italia, el 23 de noviembre de 1932. Fue ordenado sacerdote el 27 de junio de 1957 (cumplió recientemente sus bodas de oro sacerdotales) e ingresó al servicio diplomático de la Santa Sede el 1 de julio de 1962. A partir de esa fecha desarrolló diversas funciones en Nicaragua, Filipinas, Brasil, Tailandia, Malasia, Singapur y fue observador permanente de la Santa Sede ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. Visitó la Argentina en varias oportunidades.
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