POSADAS. Ayer se llevó a cabo la última sesión del Sínodo de esta Diócesis -que se viene desarrollando desde mayo- con una misa oficiada por el obispo Juan Rubén Martínez, quien advirtió en su homilía que “no podemos transmitir la fe siendo misioneros tristes, sino que debemos ser felices y misionar con alegría, como verdaderos discípulos de Jesús”. El prelado remarcó el trabajo sinodal que se llevó a cabo durante todos estos meses y destacó que “a diferencia de los políticos, nosotros no hacemos distinción de los logros, sino de las cosas que faltan por hacer”. Explicó que para celebrar el Año Jubilar era preciso hacer una pausa para reflexionar y ver cuál es el camino a seguir como evangelizadores de la Palabra de Dios, mientras que los logros ya están en manos de Dios. Agradeció a todos los que hicieron posible los encuentros para llevar a cabo el primer Sínodo de la Diócesis de Posadas, que tendrá listo su valioso documento final para marzo de 2008, cuando se inicie el año lectivo. Mientras tanto, la Iglesia Católica se prepara para cerrar el Año Jubilar en Loreto, el 18 de noviembre, en coincidencia con la festividad anual de los Santos Mártires.La responsable de la difusión del Sínodo, Sissy Fontana, consideró que su misión “está cumplida” y afirmó que “superamos ampliamente las expectativas, ya que en las comunidades se habla del Sínodo, hacen oraciones acompañando a los sinodales y creo que ha prendido la llama en nuestra gente. Para mí es un orgullo, la verdad es que estoy muy emocionada y muy contenta porque a medida que avanzaban las reuniones veía en las tapas del diario la noticia y la gente comenzaba a llamar y a preguntar sobre el tema. Fue algo muy fuerte y satisfactorio al mismo tiempo”. El obispo Martínez hizo alusión al número de personas que trabajó para que el Sínodo sea una realidad. Es que en el estudio de los temas participaron más de 7.000 fieles, 4.700 formaron los equipos y 120 actuaron como sinodales, todo un récord de participación de la comunidad laica. Durante las dos últimas jornadas de Sínodo se centraron en las 90 propuestas presentadas y vieron los ámbitos en los que se deberían aplicar para hacer frente a los desafíos de la Diócesis. Principalmente se hizo hincapié en la utilización de los medios de comunicación para anunciar el Evangelio y para la formación de laicos y de catequistas. Uno de los objetivos es precisamente la preparación para hacer el anuncio de la Palabra y que no sea sólo tarea de sacerdotes.
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